Santiago Harp agradece haber crecido en el seno de una familia apasionada del beisbol y contar, hasta ahora, a sus 23 años, con la guía en este camino de don Alfredo Harp Helú, su padre.
La aseveración es contundente, irrefutable. Uno de los grandes 'bienes' recibidos hasta ahora de manos de su padre es, sin duda, el amor por el beisbol, el deporte que hoy por hoy marca el rumbo de vida de Santiago Harp Grañén en más de un sentido, en lo profesional, como aficionado y conocedor del deporte de las inteligencias. El Vicepresidente del Consejo de Administración de Diablos Rojos del México agradece haber crecido en el seno de una familia apasionada del beisbol y contar, hasta ahora, a sus 23 años, con la guía en este camino de don Alfredo Harp Helú, su padre, quien se ha distinguido también por su gran pasión y destacadas aportaciones al beisbol mexicano.
"Crecer con un papá tan apasionado por el beisbol... yo siempre se lo he dicho, que es el mejor manager de la vida, porque me heredó el mejor regalo que puede haber, que es la pasión por el beisbol y el amor por Diablos Rojos. Desde niño, desde que nací, he estado en el beisbol, es el tema de conversación en la casa todos los días, podemos hablar horas de beisbol, de estadísticas, de Ligas Mayores, Liga Mexicana de Beisbol y es algo que, sin duda, está en mi sangre", subraya Santiago.
"Desde niño me sabía estadísticas de las Ligas Negras, de jugadores de hace mucho tiempo, por las historias que me contaba mi papá, los libros que me contaba mi mamá en las noches sobre los grandes jugadores y las grandes leyendas que ha habido. Eso, sin duda, me ha ayudado ahora en la parte deportiva de la gerencia, a estar pendiente de todo lo que pasa en el mundo del beisbol y todo lo que ha cambiado a través de los años, cada vez las estadísticas son más importantes para el análisis del armado de los equipos", explica.
La feliz niñez de Santiago está atada a decenas de recuerdos beisboleros. En alguna ocasión, cuando Diablos Rojos del México jugaba aún en el Foro Sol, se uniformó con la legendaria franela capitalina para pelotear con los jugadores que integraban el lineup para ese compromiso. Los directivos de la Liga Mexicana de Beisbol le advirtieron al C.P. Alfredo Harp Helú que este episodio era motivo de una multa para el equipo.
¿Qué respondió el propietario de Diablos Rojos del México?
"Muy bien, pago la multa y cóbrenme de una vez la de mañana porque va a volver a ponerse el uniforme".
"Este recuerdo lo tengo muy presente y aún no se lo perdono a la Liga Mexicana que me multó por agarrar rolas ahí antes del partido", recuerda Santiago con una amplia sonrisa y con esa vivacidad en la mirada que le distingue durante la charla sobre el beisbol y sus Diablos Rojos.
"Precisamente, yo diría que el momento más importante de mi vida es el haber crecido con grandes ídolos de los Diablos, haber podido compartir los mejores momentos que he vivido, los campeonatos, las hazañas, el compartir todo esto con mis grandes héroes, sin duda, me ha formado y me ha ayudado a crecer junto con ellos, ha sido muy bonito. Ver crecer sus trayectorias y también con sus retiros, la llegada de nuevos jugadores, pero, sin duda, yo soy parte de Diablos Rojos, el beisbol y Diablos Rojos son mi vida; por supuesto, eso me ha ayudado a ser lo que soy hoy, porque me han formado para la gran responsabilidad que estoy teniendo ahorita".
Daniel Fernández, José Luis 'Borrego' Sandoval, Roberto 'Metralleta' Ramírez, Miguel Ojeda, Víctor 'Flamingo' Bojórquez e Iván Terrazas, apenas algunos de los selectos nombres al lado de los cuales Santiago Harp vivió su infancia. Fernández, jardinero central; Sandoval, shortstop, ambos integrantes del Salón de la Fama del Beisbol Mexicano, encabezan el ranking de favoritos de aquel niño que hoy día está convertido en directivo del club escarlata.
"Se me ponen celosos los demás, pero, sin duda, Daniel Fernández fue mi primer ídolo, mi primer número fue el 11. Después cambié al 2 por Derek Jeter. ‘El Borrego’ Sandoval, sin duda (es otro de mis ídolos), yo soy shortstop como él, y ver las grandes jugadas del Borrego Sandoval, de Daniel Fernández, como decía mi papá, hacen levantar a todo el estadio, aplaudir, y hace que valga la pena pagar el boleto para verlos. A esos dos jugadores los tengo muy presentes cada día y los recuerdo con mucho cariño. Después, el capitalino Iván Terrazas, quien ahora es de mis manos derechas en la parte deportiva, y creo que justo esta parte de haber podido compartir todos estos momentos en sus grandes carreras me hace sentir muy especial", subraya.
Como nueva cabeza de Diablos Rojos del México, ¿Santiago Harp está listo para imprimir su sello al frente al club o seguirá la línea que marcó su padre a lo largo de las tres últimas décadas?
"Siempre lo he comentado con mi papá, nadie puede ser como mi papá", resalta. "Es único en la vida y eso lo tengo muy claro, él lo tiene muy claro también, lo que sí quiero es tener sus principios, obviamente, seguir su visión con nuestros amados Diablos, pero sabe también que ahora el deporte ha cambiado, el deporte y todo el entretenimiento a nivel mundial y tenemos que hacer cosas nuevas, diferentes, para seguir atrayendo la atención de nueva afición.
"Creo que ahí es donde entro, el lado creativo llega por parte de mi mamá, la conexión con el arte, con el diseño, con las grandes experiencias que vamos a tener en el estadio", comparte Santiago sobre su madre, la Dra. Isabel Grañén Porrúa, historiadora del arte y Presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú Oaxaca.
"Entonces, esto es un valor agregado que llega a la experiencia de los Diablos porque no es sólo traer el mejor beisbol posible, que lo vamos a seguir haciendo sin quitar el objetivo principal que es ganar el mayor número de campeonatos, pero también vale la pena y yo quiero posicionar al Estadio Alfredo Harp Helú como el mejor plan para la Ciudad de México para todo el público, van a venir al estadio, se le van a pasar bien y van a regresar, y poco a poco se van a ir haciendo aficionados a nuestro beisbol que es lo que buscamos, que cada vez más mexicanos conozcan este gran deporte".
Con metas y objetivos claros, Harp Grañén está listo, entonces, para mostrar su mano en Diablos Rojos siempre con el ejemplo intachable de su padre, quien, de manera amorosa, no obstante las interminables charlas beisboleras en estos casi 24 años de vida, le ha compartido a su heredero el mejor consejo para conducirse en la vida y en el beisbol sin decir una sola palabra.
"Siempre voy a estar muy agradecido con mi papá porque cuando yo jugaba en la escuela, en La Salle Oaxaca, él estuvo en todos mis partidos, todos los sábados él estaba ahí presente y eso me hizo salir a ganar todos los juegos, porque sabía que había alguien que estaba ahí pendiente de mí, sin duda, era el fanático número uno cuando yo jugaba y eso me enseñó.
"Ahora yo le intento transmitir a los muchachos que toda nuestra afición hace un esfuerzo por pagar un boleto, venir a vernos; los niños que por primera vez van a venir a ver a sus ídolos jugar, todo esto se los tengo que transmitir para salir a ganar en cada partido y no sólo en el beisbol, sino en cada partido de tu vida, salir cada día con grandes ánimos a triunfar en la vida es algo que me queda muy marcado de mi papá, que va con los valores de los Diablos y lo seguiré haciendo".