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¿Debe ser dominicano el presente (y futuro) de los jardines en Oakland?

Ramón Laureano, Cristian Pache y Luis Barrera han producido resultados mixtos para unos A’s que luchan por salir del fondo de la División Oeste de la Liga Americana

Los Oakland Athletics perdieron su tercera serie consecutiva durante el fin de semana, dos de ellas ante Los Angeles Angels, los que les coloca en la última posición de su división, medio juego por debajo de Seattle, cayendo en 7 de sus últimos 10 compromisos.

Luego de diversos cambios que le hicieron perder a algunas estrellas, la ofensiva de los A’s se ha desplomado en estos meses de inicio de temporada, siendo la peor de las Grandes Ligas con promedio de bateo de .205, un .OPB de .272 y slugging de .313, los más bajos de toda la gran carpa.

En lo que a dominicanos se refiere, uno de los puntos a destacar es como se ha dado la oportunidad de que Ramón Laureano, Cristian Pache y Luis Barrera compartan en los jardines.

¿Es este trío lo que necesita Oakland para salir del sótano? ¿Pueden mantenerse los tres en el equipo a mediano o largo plazo? ¿Debe alguno ser remplazado? Analizamos la situación de cada uno en el equipo.

Ramón Laureano (2022: .167, 0 HR, 2 BR)

Para muchos salió de la nada deslumbrando a los fanáticos con su potente brazo y las increíbles jugadas en el jardín central para los Athletics. Laureano fue drafteado por los Houston Astros en 2014 y adquirido en 2017 por los A’s.

Su camino en las Grandes Ligas se vio interrumpido la temporada pasada al ser suspendido por 80 juegos por violar el programa de prevención de dopaje y desde entonces ya no aparece en ‘highlights’ ni se menciona tanto su nombre.

En sus disculpas públicas el nativo de Santo Domingo expresó con firmeza que no necesita de ningún tipo de sustancia prohibida para actuar en un campo de béisbol pero le toca ahora demostrarlo con su juego en el terreno.

Laureano será elegible para arbitraje en 2023 y a sus 27 años le queda un mundo por delante donde debe trabajar fuerta para asegurar su futuro con Oakland o en cualquier otro equipo de las Grandes Ligas.

Cristian Pache (.154, 2HR, 9 CI)

Llegó en el cambio que envió a Matt Olson a los Atlanta Braves como una de las piezas principales y el y pareciera que con su defensa se ha adueñado del jardín central del Coliseo. Pache ha recibido en Oakland las oportunidades que no vio en Atlanta y con solo 23 años luce como un activo interesante para el equipo que lo tendrá bajo control por lo menos hasta 2024.

Firmado por un año y solo un salario base de $710,000 dólares, pudiendo ser elegible para arbitraje por primera vez en 2025, Pache se perfila como uno de los recursos valiosos de la organización para el futuro a mediano plazo a pesar de su inicio ofensivo por debajo de lo esperado.

Pache es el que aparenta ser la mejor opción de los tres, ya sea para formar parte del proyecto de Oakland o convertirse en una ficha atractiva de cambio, por su edad y potencial.

Luis Barrera (.303, 1 HR, 5 CI)

Una de las (pocas) gratas sorpresas de la temporada han sido los 10 imparables conectados por Barrera en 38 turnos al bate por Barrera. El oriundo de Tamboril fue mandado a Triple A a finales de marzo, pero en los últimos días se ha mantenido jugando en los jardines izquierdo y derecho de los Oakland.

Al igual que Pache es elegible para arbitraje por primera vez en 2025 y ya ha dejado jugadas para el recuerdo como su batazo para dejar en el terreno a los Angels el pasado 14 de mayo, su primer cuadrangular en Grandes Ligas.

Otros jugadores de los A’s que han accionado en los jardines son Chad Pinder (30 años) y Seth Brown (29), y de momento no aparenta que ninguno tenga una posición fija asegurada, incluyendo a los tres dominicanos que se han ido rotando en diferentes posiciones del outfield.

A la fecha, aunque no ha dado resultado en la tabla de posiciones, hay un buen ambiente entre los patrulleros dominicanos por lo mostrado en sus redes sociales, pero más temprano que tarde llegará el momento de tomar decisiones si Oakland quiere despertar la ofensiva y salir del sótano de la división.