El pelotero dominicano se reencontrará con su ex equipo en el estadio Alfredo Harp Helú durante la serie entre New York y México
Robinson Canó llegó como un refuerzo bomba a los Diablos Rojos del México. El pelotero dominicano no pidió nada del otro mundo para firmar con la novena escarlata, solo fue muy específico en dos cosas. La primera es que quiere ser campeón de la Liga Mexicana de Béisbol. La segunda, el acento en su uniforme.
Los Diablos Rojos del México no ponen acentos en sus uniformes debido a que la tipología de letras que usan, además de que es en mayúsculas, no permite que tengan el lugar para hacerlo, pero el ex ligamayorista fue muy claro, quería el acento.
Fue Raúl Torres, diseñador de modas de profesión y sastre por oficio, quien hizo esto posible, pues con 16 años trabajando para los Diablos Rojos, le dio gusto al dominicano para que disfrute su estadía con los Pingos.
"Canó, en esta letra no manejábamos acento, y él sí quiere el acento a fuerzas porque no es Cano, sino Canó. Me pone a desbaratar una letra para poner el acento", dijo con buen humor Raúl Torres, el sastre oficial de la novena escarlata.
"Pero Canó me lo regresó porque no llevaba acento y tiene la razón del mundo. A mí me pones Torres con Z y te lo regreso", agregó entre risas detrás de su máquina de coser al recordar que el refuerzo estrella de los Diablos Rojos pidió algo muy particular.
Trevor Bauer no pidió nada especial y el resto de los jugadores solo quieren que el uniforme les quede de la mejor manera, pues buscan la mejor imagen en el diamante. Raúl Torres compartió que a las 5:30 de la mañana del sábado quedaron listos los uniformes de los Diablos para medirse a los New York Yankees.
En su taller solo le dio los últimos retoques al uniforme de Alfredo Harp Helú, presidente del Consejo de Administración de los Diablos Rojos, quien llevará el número 1 en color menta con su apellido en la espalda en lo que es la franela roja, edición especial, con rayas negras simulando el ‘Pinstripe’ de los Yankees.
"Tenemos 86 jugadores personalizados con los cuatro jerseys. Ahorita para mí es de las temporadas más difíciles porque es cuando se me acumula muchísimo trabajo. Ahorita debo empezar el siguiente uniforme con el que abren la temporada. No dormí. En mi casa tengo personal y maquinaria y me los llevé ayer para acabarlos", resaltó.
Con una agilidad y destreza única con la máquina de coser, pasó por el Foro Sol, el Fray Nano y ahora está en el Alfredo Harp Helú. Le gusta el béisbol, pero admitió que por el trabajo lo disfruta más en televisión porque no puede verlo en vivo. Y aseguró que, si los Yankees le piden que arregle algo, lo hace con gusto.
"Tengo qué [si Yankees pide algo]. Porque todos los visitantes, al menos en México, ninguno tiene taller, entonces muchos llegan y un número o un cierre que se descompuso lo hago. Solo pido que no vengan directo, sino con Don Gabino que es mi jefe. No porque me regañen, sino por respetar jerarquías. Don Gabino lleva más de 60 años trabajando para Diablos y si él me dice que no, no se arregla, pero nunca ha pasado", concluyó Raúl Torres, el mago que puso el acento a Robinson Canó.