En la última década la República Dominicana ha tenido grandes bateadores de poder, algunos que mantienen todavía una buena producción de cuadrangulares y otros que han sufrido ya el declive natural que trae el aumento en edad.
Nelson Cruz, Edwin Encarnación, Albert Pujols, José Bautista y Robinson Canó son algunos de esos jugadores que azotaron al pitcheo de las Grandes Ligas durante años y cuyas carreras llegan ya a su parte final.
Pero hay dos hombres que mostraron el año pasado que deben ser parte importante del relevo que tendrá la República Dominicana en materia de poder en las mayores.
Hablamos de Miguel Ángel Sanó, de los Mellizos de Minnesota y Franmil Reyes, de los Indios de Cleveland, quienes tuvieron un 2019 productivo, pero cuyos nombres quedaron relegados ante otros jóvenes de talento como Juan Soto, Eloy Jiménez, Vladimir Guerrero y Fernando Tatis, que acapararon gran parte de los titulares el pasado año.
Sanó es un jugador del que siempre se han esperado grandes cosas, pero distintas lesiones han frenado su avance en las Grandes Ligas. En la pasada campaña, el nativo de San Pedro de Macorís apenas jugó en 105 partidos y tomó 380 turnos, pero eso le bastó para conectar 34 cuadrangulares, el total más alto de su carrera y su primera campaña con 30 o más.
Cuando se celebró el partido de pretemporada en la República Dominicana entre Minnesota y Detroit el pasado 7 de marzo, Sanó mencionó que se encontraba en su mejor forma física en mucho tiempo, libre de lesiones. Proyectar una temporada de 40 jonrones para Sanó, si se encuentra libre de molestias físicas, sería bastante fácil.
Sanó, con apenas 26 años, debe entrar a la etapa más productiva de su carrera.
Al igual que con el jugador de los Mellizos, a Franmil Reyes se le ve el poder de lejos. Con seis pies y cinco pulgadas de estatura y 275 libras de peso, Reyes es un mastodonte que destruye la pelota con facilidad.
A pesar de esas condiciones, sorprendió un poco que Reyes, cambiado durante la campaña de San Diego a Cleveland, se juntara con una temporada de 37 jonrones en apenas su segundo año en las mayores.
Los jonrones llegarán para Franmil, su gran trabajo en los próximos años será elevar de manera consistente un porcentaje de embasarse que fue de apenas .310 en la pasada temporada.