ARLINGTON, Texas -- Se suponía que sería un gran duelo de pitcheo el Juego 4 de la Serie Mundial, pero sólo se presentó uno para el reto este viernes por la noche.
Tal vez el otro retador llegó y sus enemigos lo hicieron desaparecer pronto.
El abridor de Los Ángeles Dodgers Walker Buehler se llevó por completo la noche en su duelo con Charlie Morton, de los Tampa Bay Rays.
Buehler, de 26 años, ponchó a diez Rays en seis implacables entradas y secundado por una ofensiva que pegó con saña y rápido, llevó a sus Dodgers a la mitad del camino del título de las Grandes Ligas que se ha escondido para ellos desde 1988.
"He aprendido de mis fallas y de los aciertos de mis compañeros", dijo en entrevista de televisión al final del juego Buehler, cuyos 15 de los 21 bateadores que enfrentó recibieron strike en el primer lanzamiento. "Obviamente, mi equipo me dio un buen colchón temprano así que pude ser muy agresivo".
Los Dodgers ganaron 6-4 jugando un béisbol de "librito", porque además del pitcheo espectacular de Buehler, que incluyó pelota de tres imparables, entre ellos par de dobletes en la quinta entrada para la única carrera que recibió, su ofensiva salió como la de temporada regular y similar al del partido inaugural de este Clásico de Otoño.
"Walker estuvo increíble", dijo el receptor Austin Barnes. "Es lo mejor que he visto a Walker. Hizo mi trabajo muy fácil. Tuvo un gran comando. Su recta anduvo bien igual que sus bolas rompientes. Tuvimos gran comunicación".
Estos Dodgers se están convirtiendo en históricos. Sólo les falta ganar ese campeonato que se les negó en las Series Mundiales del 2017 y 2018, con el mismo núcleo de jugadores y rosters casi idénticos.
De hecho, este equipo de los Dodgers está corregido y mejorado, con la llegada Mookie Betts, quien de nueva cuenta jugó ofensa y defensa. Pegó par de hits, produjo una carrera y tuvo al menos par de lances en el jardín derecho, de los que valen el boleto.
Ese bateo de los Dodgers castigó a Morton, que había ganado siete salidas consecutivas de postemporada, con cinco carreras en apenas cuatro entradas, a partir del cuadrangular que Justin Turner conectó en el primer episodio del encuentro.
Ernesto Jerez y Luis Alfredo Álvarez analizan lo que sigue en la Serie Mundial luego que el equipo de Los Angeles se puso arriba 2-1.
Turner se convirtió en el que más cuadrangulares ha pegado (11) en la historia de una franquicia que ha tenido jugadores realmente para la eternidad. Es además el décimo quinto pelotero que alcanza los 30 extrabases en los playoffs de Grandes Ligas. Max Muncy, el primera base, también conectó dos hits y es el primer Dodger que llega al menos 30 veces a las almohadillas en postemporada.
Estos Dodgers que otra vez enseñaron todas las fases del juego, también tuvieron a un receptor, cuya tarea fue manejar el pitcheo de Buehler, y con quien se dieron el lujo de realizar un toque suicida exitoso en la cuarta entrada, antes de que también pegara jonrón en la sexta.
Y para terminar, tres relevistas --Blake Treinen, Brusdar Graterol y Kenley Jansen-- casi sacan tres entradas perfectas, de no ser porque al último Randy Arozarena le pegó un cuadrangular solitario en la última entrada; apenas el cuarto hit de la noche para los Rays.
"Jugamos un partido completo en todas las fases y por eso pudimos ganar un partido tan duro como este", dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. "Pero todavía falta mucho para llegar a donde queremos llegar".
Este sábado, los Dodgers intentarán ponerse a una victoria del campeonato con el zurdo mexicano Julio Urías en la loma para abrir su primer partido de Serie Mundial. Enfrentará al derecho de Tampa Ryan Yarbrough, en el que parece será un juego de bullpen para ellos.
"Va a ser un trabajo difícil", anticipó Urías. "Ya sabemos el plan que traen ellos y conocemos el plan que traemos nosotros".
Los Dodgers saben de la trascendencia contextual de tener la serie 2-1, ya que de 59 equipos que estuvieron así en el Clásico de Otoño, 38 se pusieron la corona.