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Canelo y 'su música': Rancheras, reguetón y corridos tumbados

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Canelo, sobre choque contra Crawford: "De las peleas más grandes de mi carrera" (2:57)

En entrevista exclusiva con ESPN Deportes, Canelo Álvarez revela que la pelea con Terence Crawford será uno de los eventos más importantes de su carrera. (2:57)

Más que un detalle, la música en sus entradas al ring se volvió una puesta en escena que define la identidad de Canelo Álvarez


La música ha sido parte esencial en la evolución de Canelo Álvarez como peleador, empresario y referencia mundial. En su camino al ring ha atravesado distintas metamorfosis musicales: en su juventud exploró con canciones en inglés, ya como campeón mundial se arropó en las rancheras; cuando saltó al estrellato empezaron los shows con mariachis en vivo y, ahora que su nombre es una marca con vida propia, impuso su sello con la nueva tendencia: corridos tumbados.

Desde sus inicios hasta su primera defensa la música utilizada en su camino al cuadrilátero no parecía algo que importara mucho. Canciones estilo mariachi, otras solo música de DJ instrumental y, en su combate contra Matthew Hatton y primera defensa de su título superwelter del CMB contra Ryan Rhodes, repitió Burning Heart de Survivor: “hay tanto fuego... una sed insaciable... En el código de guerrero no hay rendición”.

A partir de ahí se marca un antes y un después en sus elecciones musicales para subir al ring.

Afianza su identidad mexicana

El nombre Canelo empezó a sonar como figura mexicana rivalizada con Julio César Chávez Jr., quien desarrollaba su carrera paralelamente a la de Saúl, con la diferencia que tenía la mitad del camino ganado en carisma con el público por ser hijo de la leyenda. Por su parte, Canelo debía ganárselo y no solo por lo que hacía dentro del ring, sino también proyectando identidad mexicana en Estados Unidos camino al cuadrilátero, y la música como elemento patriótico empezó a hacer su función.

Y Canelo no necesitó de mariachis en vivo o artistas famosos acompañándolo camino al ring, sino que hay canciones que tienen alma, vida y corazón, como México Lindo y Querido, El Rey y No me sé rajar, interpretadas por Vicente Fernández, que eran suficientes para hacer vibrar cada escenario y desatar la euforia de los fanáticos mexicanos en cada escenario.

Desde septiembre de 2011 cuando enfrentó a Alfonso Gómez en Los Ángeles hasta Sergey Kovalev (2019) el mexicano sumó 18 combates. En 15 de ellos reprodujeron México Lindo y Querido (Cintrón, Mosley, López, Trout, Mayweather, Angulo, Cotto, Khan, Smith, Chávez Jr., Golovkin 1 y 2, Fielding, Jacobs y Kovalev); No me sé rajar sonó con Alfonso Gómez y El Mexicano de Jorge Negrete ante James Kirkland y contra el cubano Erislandy Lara hizo una combinación de México Lindo y Querido junto a No me sé rajar.

Show de superestrella

Mientras Canelo nadaba en su mega contrato de 365 millones de dólares por 11 combates en la plataforma DAZN y su nombre había alcanzado niveles de superestrella en el deporte, convirtiéndose en el rostro del pugilismo a nivel mundial, sus entradas dejaron de ser más una caminata con música mexicana, para transformarse en una experiencia estilo “superbowl” tamaño bonsái.

A partir del combate contra Callum Smith en el Alamodome de San Antonio, en diciembre de 2020, Canelo introdujo la música en vivo. Empezaron a sonar los mariachis interpretando The Final Countdown, de la banda sueca de rock Europe. Canelo se alimentaba del sonido de las trompetas y, mientras empezó a caminar hacia el ring, cambiaron a México Lindo y Querido, enloqueciendo al público.

En la siguiente pelea en Miami contra Avni Yildirim entró con J Balvin al ritmo del reguetón; frente a Billy Joe Saunders Canelo invitó a Pepe Aguilar y sus hijos Leonardo y Ángela hicieron un mini concierto con México Lindo y Querido, El Rey y Viva México; contra Caleb Plant, para convertirse en monarca indiscutido de las 168 libras, lo acompañó Maná y con su estilo rock alternativo interpretó El Rey. Ante Dmitry Bivol regresó a los mariachis, repitiendo la misma entrada que hizo con Callum Smith. En la tercera con Golovkin Alejandro Fernández entonó México Lindo y Querido y cerró su etapa de mariachi en el Estadio Akron ante John Ryder con un espectáculo de luces, pantallas, y un mix entre Eye of The Tiger y El Tapatío.

La era de los corridos tumbados

A finales de 2023 Canelo lo había alcanzado todo. Se había convertido en sinónimo de México, un ícono y referente mundial. Y como todo artista en la cúspide se dio el lujo de romper con lo acostumbrado. Sorprendió contra Jermell Charlo con Santa Fe Klan y Tornillo Vázquez, quienes interpretaron Por mi México, una fusión entre regional, corrido tumbado y rap: “Soy mexicano esa es mi bandera / Yo la levanto por donde quiera”...; luego ante Jaime Munguía continuó esa línea con Luis R. Conríquez, quien cantó por primera vez Martes 13, una canción dedicada a Canelo: “soy el terror... soy tu mala suerte... me los como en caliente...”, en una combinación de violines y efectos visuales.

Para entonces Canelo ya proyectaba su marca personal. Y ante Edgar Berlanga, Fuerza Regida hizo una adaptación de la canción Billete Grande para el pugilista mexicano. Meses después, Álvarez volvió a apostar por el mismo género de los corridos tumbados, pero ahora en un escenario inesperado: Arabia Saudita. Allí, frente a William Scull, fue Conríquez quien interpretó Mexicano Soy, un corrido bélico que resalta el orgullo y la identidad mexicana.

De Vicente Fernández a Fuerza Regida, de los mariachis al corrido tumbado, la música cuenta la misma historia que Canelo: un peleador que nunca ha dejado de evolucionar.