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Fórmula 1: Lando Norris le pidió perdón a Max Verstappen

La imagen recorrió el mundo y se viralizó casi de inmediato. En pleno festejo del del GP de Hungría, Lando Norris, segundo con su McLaren, golpeó la base de su botella de champán contra el primer escalón del podio para que volara el corcho y comenzar con el baño de burbujas, pero pasaron cosas… Con el cimbronazo del impacto, el espectacular trofeo de porcelana hecho a mano por la casa Herend (la más importante de Europa) que se había ganado Max Verstappen por su triunfo, terminó en el piso. Y, claro, roto.

El bicampeón no tuvo más remedio que recoger las partes de su premio y se fue de la celebración. Ya en conferencia de prensa, el inglés del equipo de Woking, fiel a su buen humor, hasta hizo un chiste: “Bueno, la culpa es de él que lo dejó tan al borde”. La gracia cambió al enterarse que ese trofeo tiene un trabajo de seis meses y un costo de 30.000 euros.

Ya en Bélgica, en la previa de la 13ª fecha del Mundial que se verá por Star+ (no incluye México), el discurso de Norris cambió: “En primer lugar, quiero disculparme. Obviamente no tenía intención de hacer tal cosa. Y sé cuánto significa para los húngaros y que es parte de su cultura. Por supuesto, quiero disfrutar el momento en el podio, pero nunca fue mi intención romper el trofeo. Me disculpé con Max. Sé que hice un par de bromas al respecto, que tal vez no debería haber hecho. Pero me siento mal. ¡Si se lo hiciera a mi trofeo, me enojaría!”, dijo Norris, quien también envió un mensaje para las personas que artesanalmente habían fabricado la copa: “Me disculpo con las personas que dedicaron tiempo y esfuerzo para hacerlo. Realmente no quise que sucediera. Me aseguraré de ser mucho más cuidadoso la próxima vez", aseguró.

Eso sí, ya avisó que no modificará su forma de festejar. Es un clásico en Norris golpear la botella para que el tapón vuele. “No hay ninguna razón por la que deba modificar mi forma de celebrar, solo tendré un poco más de cuidado con lo que hago. Dejaré los trofeos a un lado y luego continuaré".

A todo esto, Verstappen, no se mostró muy preocupado. Claro, tiene su motivo: “El trofeo no es mío de todos modos, es del equipo". Red Bull tiene como política contractual con sus pilotos que las copas ganadas no son de los corredores, sino que pertenecen al equipo y deben ser guardados en las vitrinas de Milton Keynes, donde está la base de la escuadra austríaca. No es nueva la metodología, McLaren tenía la misma en la época de Ron Dennis como máxima autoridad. Como ejemplo vale recordar la cara del expope de la casa de Woking cuando Alain Prost le tiró al público la copa por su triunfo en el GP de Italia de 1989, en Monza. Años después, ya retirado, el francés le llevó una réplica al inglés, quien como fría respuesta disparó: “Gracias, de todos modos, no es la misma”.

La casa Herend ya comenzó el trabajo para reemplazar el trofeo roto. "Tendremos uno nuevo de todos modos, así que está bien", dijo Verstappen, quien, al ser consultado por el roto, dijo: “No sé qué están haciendo realmente con él. Creo que está de regreso en la fábrica en este momento. Pero aparentemente tardan seis meses en hacer uno nuevo, así que supongo que durante seis meses pueden quedarse con el roto en Red Bull".