“Puedo decir que ya hay 19 pilotos que saben que no serán campeones este año”. El tajante vaticinio lo lanzó Fernando Alonso durante los ensayos de pretemporada que la Fórmula 1 realizó en Bahrein. Por esos días, las miradas de todos recaían en ese inesperado diseño que Adrian Newey había creado para el RB20, el modelo de Red Bull para 2024. Cuando el mundo de la F1 esperaba un desarrollo del tremendamente exitoso RB19, que ganó 21 de los 22 Grandes Premios del ejercicio pasado, el ingeniero inglés puso en pista un coche con cambios radicales: delgados pontones, entradas de refrigeración de radiadores verticales, tapa de motor diferente… “Sabíamos que el resto de la parrilla iría detrás de nuestro desarrollo del año pasado, por eso decidimos cambiar”, contó el gurú de la categoría. Claro, los nueve equipos restantes del Mundial fueron detrás del diseño ganador y qué hizo Red Bull: ¡lo cambió! ¿Y qué pasó? Sí, Max Verstappen arrasó en Sakhir, en el arranque de la 75ª temporada.
No eran pocos los que dudaron al ver el RB20. Es que ese camino de desarrollo tuvo que ser desechado por Mercedes después de fracasar en pista. ¿Qué hizo el team de Brackley? Trató de emular el RB19. En el equipo de las bebidas energizantes encontraron el secreto con el que esperaban sorprender las Flechas de Plata. Claro, el piso del chasis salido de Milton Keynes es irrepetible. Sin embargo, algunos dudaban sobre el nuevo Red Bull. Pues bien, todo eso quedó disipado con el triunfo arrollador, aplastante, avasallante, imponente… Sí, y todos los adjetivos que se quieran agregar a la victoria de Verstappen.
Ferrari parecía una amenaza, una vez más. Ya en la pretemporada había mostrado velocidad en su SF-24 y en la clasificación, Charles Leclerc batalló por la pole position, pero no pudo en Q3 con Verstappen. Aunque el tiempo de Q2 del monegasco fue mejor que el logrado por el tricampeón para asegurarse el primer cajón de partida. Eso generaba entusiasmo en los tifosi. Pero en cuanto comenzó la carrera, Verstappen se fue en punta, mientras a Leclerc le costaba llevar su Ferrari por la pista, a pura bloqueada y pasada de largo. Una vez más, la Rossa mostró que su ritmo de carrera está a años luz del Red Bull.
El neerlandés aplastó en Baréin y fue inalcanzable para sus rivales en el arranque del Mundial de F1.
El neerlandés sigue en otro planeta, como en 2023. La enorme diferencia que le sacó a Checo Pérez es el botón de muestra. Nada hizo temblar al tricampeón y Red Bull. Ni cambiar radicalmente el diseño del auto, ni que Ferrari amenazar con su velocidad, ni que Mercedes mostrara algún atisbo de recuperación y ni siquiera el tembladeral interno que vivieron con la investigación bajo la que estuvo Christian Horner, director del equipo, por la denuncia de una empleada por conducta inapropiada. El abogado externo que puso la lupa en el caso descartó la denuncia y Horner se mantuvo en su puesto, por más que la situación sumó capítulos en Baréin y hasta la FIA intervino. Pero ni eso conmocionó la parte deportiva del equipo que domina a voluntad en la F1.
Poco análisis se puede hacer del éxito de Verstappen. Algunos números: Max ganó 35 de las últimas 45 carreras y Red Bull 39 de esas 45. Inalcanzables, no hay dudas. El neerlandés llegó a 55 victorias (ocupa cómodamente el tercer lugar del podio histórico) y se encamina a su cuarta corona consecutiva. Para el equipo autríaco, es el 114º triunfo e igualó la línea de Williams. El resto, allá lejos. Si su compañero Checo Pérez llegó a más de 22 segundos. Para el mexicano, el resultado fue bueno, fue el mejor del resto, la condición sine qua non que le puso Helmut Marko para sumar chances de continuar con el equipo más allá de diciembre de este año, cuando se vence su contrato.
RESULTADO DEL GP DE BARÉIN AQUI
¿Y el resto? Ferrari se mostró como el segundo equipo en el arranque, con un auto veloz, que mejoró el ritmo de carrera con respecto al año pasado, pero que no está para luchar con Red Bull. Carlos Sainz fue el que comandó al Cavalino, sí, el que se va. El español está en su última temporada con la Rossa porque su lugar será ocupado por Lewis Hamilton en 2025. Probablemente, el superar a Leclerc tenga un gusto especial para el madrileño. El monegasco finalmente fue cuarto. Cuando su SF-24 quedó más liviana por el consumo de combustible, su andar mejoró. Se terminaron las bloqueadas y las salidas de pista para terminar una carrera en la que parecía que lucharía más adelante y el cuarto lugar parece tener gusto a poco.
De ahí para atrás, otro mundo. George Russell le peleó a Ferrari, pero en la última parte de la carrera, con las máquinas rojas más descargadas, se terminó la chance de su Flecha de Plasta. Hamilton apenas fue séptimo, tras dominar el primer día en los entrenamientos. Sí, todos lejos de Verstappen.
“Ya hay 19 pilotos que saben que no serán campeones”, dijo Alonso en la pretemporada. Parece que tiene razón.