La estructura de las bebidas energizantes maneja varios escenarios posibles para el próximo año que incluyen hasta una posible salida de Checo Pérez.
Checo Pérez no tiene paz en la F1. Claro, tampoco tuvo buenos resultados en las últimas carreras. El mexicano sumó apenas 41 puntos en los últimos 12 Grandes Premios, contra los 195 que acumuló su compañero Max Verstappen. Si bien el tapatío ya tiene contrato firmado para 2025 se sabe que en la categoría los papeles rubricados pueden volar por el aire de la noche a la mañana, más si se trata de Red Bull, una estructura que ya dio muestras de que no le tiembla el pulso si de sacar a un piloto se trata. De hecho, Daniel Ricciardo fue el último eslabón de una larga lista de recisiones en la historia de la escuadra. El australiano fue cesanteado de Racing Bulls y su puesto lo ocupará Liam Lawson. La posición de Checo para el año que viene comenzó a tambalear y Helmut Marko, asesor ejecutivo de la compañía, no hizo otra cosa que dejarla más oscilante.
"Lo ideal sería que Max estuviera en Red Bull en 2025, e idealmente con alguien de nuestro programa junior", dijo el expiloto en declaraciones al medio austríaco ORF. La sentencia del octogenario asesor, conocido por su manejo casi marcial de la escudería en cuanto a la elección de corredores, añadió leña al fuego interno en medio de las dudas sobre el futuro de sus pilotos.
Habrá que desmenuzar situaciones. Verstappen tiene contrato hasta 2028. Pero la situación interna que vivió el equipo a principios de año con la denuncia recibió Christian Horner, el director, de parte de una empleada con supuesta conducta inapropiada, generó un cimbronazo. Si bien el pope fue declarado inocente por dos investigaciones externas contratadas por la casa austríaca, la situación se tensó. Por si fuera poco, la FIA decidió sancionar al tricampeón a realizar trabajo comunitario para la entidad por su lenguaje soez en la conferencia de prensa de Singapur. El neerlandés ya dijo que no le gusta vivir así y hasta puso en duda su continuidad en la categoría. Más allá de todo este berenjenal, la continuidad de Max en Red Bull para 2025 está asegurada.
¿Y Checo? Tiene contrato firmado para continuar, pero su andar en la última docena de competencias está muy lejos de lo pretendido por Red Bull. Así, su posición empieza a estar en duda. Se deslizó que existiría una cláusula por la que si el mexicano termina a más de cien puntos de Verstappen se podría ejecutar una rescisión (hoy está a 187). ¿Si Red Bull decidiera correr a Checo, quién subiría? Marko ya avisó que deben apuntar a alguien del programa junior. Y ahí aparece Liam Lawson, quien correrá las últimas seis carreras con Racing Bulls en lugar de Ricciardo. ¿Qué pasaría si Lawson anduviera bien, superara a Yuki Tsunoda y Checo no recuperara el rumbo perdido ya hace rato? Marko presionaría por ubicar a Lawson (de buenas cinco carreras en reemplazo de Ricciardo en 2023 y con vínculo hasta el fin de 2024) al equipo principal en lugar del piloto de Guadalajara. Lawson también podría quedarse afuera de todo si sus actuaciones no fueran convincentes. Tampoco hay que descartar la chance de Yuki Tsunoda, con contrato renovado con Racing Bulls para el próximo ejercicio. El japonés acumula 22 puntos en 2024 y está en su mejor temporada desde que llegó a la F1.
Si uno de los dos corredores de Racing Bulls fuera promovido al equipo mayor, quedaría un puesto vacante. Y ahí aparece Isack Hadjar, contendiente al título en Fórmula 2 e integrante del programa de desarrollo austríaco. También está Ayumu Iwasa, hoy en Súper Fórmula Japonesa. Difícilmente abran el panorama por fuera del Red Bull Junior Team.
Quedan seis carreras para el final el ejercicio 2024 y el panorama en los cuatro autos que Red Bull tiene en pista está abierto. Si Checo Pérez recupera la memoria y la confianza en el alicaído RB20 su continuidad estará asegurada y Racing Bulls podría estar con Tsunoda-Lawson en 2025. Cada uno deberá jugar sus cartas en la pista. Marko estará muy atento.