Los mecánicos del equipo austríaco le dieron la orden de salir al tetracampeón, justo cuando venía el italiano de Mercedes. Toque, roturas y penalización.
El enorme dominio de Red Bull en los últimos años tuvo un rubro en el que, directamente, les pasaba el trapo a los rivales: las paradas en boxes. Carrera a carrera los mecánicos del equipo de Milton Keynes derrumbaban el récord para el cambio de los cuatro neumáticos. Desde la mitad de 2024 y en el arranque de la actual temporada, la escudería de las bebidas energizantes perdió el control total que tenía y, claro, el rubro detenciones también entró en la debacle. Ya en el GP de Baréin, una falla en el sistema lumínico de habilitación de salida mostró falencias que costaron tiempo a los pilotos y, como si fuera poco, se sumó también algún neumático trabado. Pero lo de Miami ya pasó de castaño oscuro.
En el alocado sprint de la sexta fecha del Mundial, con la lluvia que complicó de entrada, con la pista que se secó y llevó a los pilotos a buscar neumáticos lisos, transformó a la calle de boxes en el lugar más transitado de la pista. Y ahí fue Max Verstappen por caucho nuevo, los mecánicos le cambiaron las cuatro cubiertas y le dieron la orden de salida. Claro, el detalle es que justo venía Kimi Antonelli con su Mercedes. El golpe fue inevitable y con consecuencia tremendas para ambos. El neerlandés volvió a pista con el alerón delantero roto y el italiano no pudo parar en su pit, que estaba justo delante del de Red Bull, porque con el choque tuvo que seguir de largo. Antonelli tuvo que dar otro giro y volver a detenerse. Finalmente, y con el auto de seguridad que neutralizó la competencia hasta el cierre, apenas fue décimo, nada para la ilusión que tenía al largar desde la pole.
“Oooh, vamos, muchachos, por favor”, fue la reacción de Verstappen después del golpe contra el Mercedes. La bronca del tetracampeón fue clara porque supo rápidamente que la culpa era de su propio equipo y que la sanción recaería sobre él. Y así fue nomás, los comisarios deportivos castigaron con diez segundos al neerlandés, quien cayó del cuarto puesto en pista al 17º final. En un año en el que sumar le cuesta mucho al campeón, regalar esas unidades puede ser un lastre grande para cuando llegue la definición.
"Nadie quiere que eso pase, pero pasó... Tenemos que investigarlo, pero por otro lado, me alegra que nadie haya resultado herido. Quedó clarísimo lo que pasó, así que no tengo mucho que añadir", fue la resignada frase de Verstappen. Christian Horner, director del equipo, aseguró ante Sky que se trató "de un error humano".