El neerlandés se quedó afuera en Q1 durante la clasificación del GP de San Pablo y anunció que la chance de ganar el título está terminada.
Es el hombre más esperado en el corralito de prensa. A medida los corredores van quedando fuera de la clasificación, están obligados a comparecer ante la prensa. Max Verstappen no está acostumbrado a hablar con los medios mientras sigue el ruido de los autos en pista, porque generalmente está en Q3. De hecho, había llegado a la instancia final de qualy en las últimas 23 clasificación, desde San Pablo 2024, cuando no avanzó de Q2. De hecho, es la primera vez que se queda afuera en el primer segmento sin haber sufrido un accidente o problema técnico y desde China 2021 que no le pasaba. Bueno, las rachas están para romperse y ocurrió en el GP de San Pablo de este año, 21ª cita del Mundial.
Yuki Tsunoda es el primero de los integrantes del grupo de eliminados en Q1 que llegó al corralito. La cantidad de periodistas que instalados esperan a alguien más, por supuesto. Franco Colapinto fue el segundo en aparecer e inmediatamente arriba Esteban Ocon. Finalmente, aparece el tetracampeón del mundo.
Verstappen vivió un año raro con su Red Bull. Arrancó poco competitivo con respecto a los poderosos McLaren, vivió chispazos de brillantez en Imola y Suzuka y un impensado salto de rendimiento después de las vacaciones del verano boreal. Los 104 puntos que lo separaban de Oscar Piastri comenzaron a achicarse, tanto que llegó a Brasil a 36 de Lando Norris, nuevo líder desde México. Con 116 en disputa, Max tenía que hacer casi un pleno en cada cita, pero falló. En México firmó como bueno un tercer puesto sacado casi de la galera. Pero en Interlagos todo se vino a pique. El cuarto lugar en el sprint parecía buen negocio, pero el rendimiento de su auto estaba lejos de poner en aprietos a Norris.
Discusiones con su ingeniero de pista, quejas sobre un auto inmanejable… Y en la clasificación llegó el ocaso: afuera en Q1 y obligado a largar 16º. En el corralito de prensa, impertérrito, Max izó la bandera de rendición en su sueño de enhebrar su quinto título en fila: “Puedo olvidarme del campeonato. En el punto en el que estamos, eso no va a funciona. Y con estas actuaciones, olvídalo”. Después de la pesada frase, Verstappen marcha raudo a su hospitality.
La clasificación fue mala para todo Red Bull porque Yuki Tsunoda fue 19º y último entre los que salieron a girar (Gabriel Bortoleto no se clasificó), Es la peor clasificación de Red Bull desde el GP de Brasil de 2006, cuando David Couthard largó 18º y Richard Doornbos fue 22º. Claro, tiempos en los que el equipo de las bebidas energizantes apenas comenzaba (nació en 2005) y no tenía ni una migaja del éxito actual.
En declaraciones posteriores a Sky, fue más a fondo: “Fue un desastre la clasificación. No podía apretar nada. El coche iba fatal, derrapando constantemente. Así que sí, tuve que ir muy lento para evitar un percance, y eso, claro, no funciona en la clasificación. No es lo que uno quiere ver. El fin de semana ya ha sido bastante duro, pero esto es un poco inesperado, diría yo, después de haberle hecho bastantes cambios al coche. Simplemente no respondía, no tenía grip, así que tuve que reducir muchísimo la marcha y no funcionó”.
En Red Bull no quieren tirar la toalla e irán por la heroica. Al caer la tarde paulista, el único auto que no estaba tapado y precintado como deben estar para el parque cerrado que impone la FIA era el número 1. Si bien hay que aguardar la oficialización, Max largaría desde boxes el domingo. Los trabajos en el RB21 que se veían indicaban cabio de unidad de potencia, entre otras tantas cosas. Perdido por perdido, los de Milton Keynes se jugarán la última carta esperando una remontada épica como la de 2024, cuando el neerlandés largó 17º y ganó, carrera en la que Norris largó desde la pole. Ese día hubo un condimento aliado para el campeón: la lluvia. Para este domingo no parece que vayan a correr sobre mojado, aunque el clima de San Pablo es impredecible.