El ex ejecutivo Bill Polian advierte que Buccaneers y Steelers enfrentan serios obstáculos en su intento por reemplazar a Tom Brady y Ben Roethlisberger
Pese a que se prevé que las tarifas por los derechos de transmisión de partidos de la NFL se disparen en un futuro próximo, algo que llevaría a un aumento importante en el tope salarial, es probable que el frenesí de la agencia libre para la siguiente temporada no sea tan frenético como el del año pasado.
Pero nada está escrito.
Se espera que en las próximas campañas se registre un incremento estratosférico del tope salarial, prácticamente estancado durante dos años debido al impacto de la pandemia del COVID-19 y que ahora está fijado en 208.2 millones de dólares. Aún así, todo ese dinero extra es considerado, al menos por ahora, imaginario. Sin embargo, es también probable que las compras compulsivas que se han registrado cada primavera continúen este año.
"Uno aspira a poder contratar jugadores en caso de que se busque acuerdos a largo plazo", declaró Bill Polian, ex ejecutivo de la NFL y miembro del Salón de la Fama. "Hay que hacerlo este año, cuando se cuenta con argumentos que no favorecen al agente [con menos dinero disponible], si bien es probable que muchos no lo vean así".
Polian advierte que ofrecer nuevos contratos teniendo como un pronóstico de ingresos y de topes salariales futuros es un camino lleno de obstáculos. Ningún acuerdo se hace al vacío, por supuesto, y se debe considerar todo tipo de factores durante las negociaciones.
"En el caso de los quarterbacks, por ejemplo, aspiran a que su siguiente acuerdo sea 5 o 10 por ciento superior que el más alto que se haya firmado antes, y a fin de cuentas así es como sucede la inflación", explica. "Quizá logren allanar los niveles máximos [del tope salarial] porque a ambas partes les conviene hacerlo ordenadamente".
Una parte importante de la historia de la agencia libre ha sido, naturalmente, la obtención de jugadores de renombre. Sin quarterbacks tipo franquicia disponibles en el mercado cuando las ofertas inicien el próximo lunes que los agentes de jugadores pueden escuchar ofertas, algunas de las estrellas de la NFL han recibido la etiqueta de franquicia: El dos veces receptor abierto All-Pro, Davante Adams, con los Green Bay Packers; y el receptor abierto de los Tampa Bay Buccaneers, Chris Godwin, por ejemplo. Eso deja al frente de la generación al tackle ofensivo de los New Orleans Saints, Terron Armstead; al esquinero de los New England Patriots, J.C. Jackson; al esquinero de los Carolina Panthers, Stephon Gilmore; al cazamariscales de los campeones Los Angeles Rams, Von Miller, el ala defensiva de los Arizona Cardinals, Chandler Jones; y el profundo de los Kansas City Chiefs, Tyrann Mathieu.
Al buscar un quarterback de valor en la agencia libre queda claro que no lo hay.
El panorama no ayuda de mucho a Tampa Bay y los Pittsburgh Steelers con los recientes retiros de Tom Brady y Ben Roethlisberger. Sin mencionar a Carolina, New Orleans, los Houston Texans y, después de enviar a Carson Wentz a los Washington Commanders, a los Indianapolis Colts. Más valdría para ellos mostrar cautela en sus búsquedas.