Las cosas están cambiando y ahora los jugadores toman control de su carrera, y el ejemplo más reciente es el de Aaron Rodgers.
La polémica de Aaron Rodgers y los Green Bay Packers es la más reciente de una súper estrella de un equipo de la NFL con su actual organización.
De acuerdo a reportes, Rodgers no está contento con la organización por algunas decisiones, y si uno analiza lo que ha pasado en los últimos años, su inconformidad tiene sentido.
Si bien es cierto que lo que más se le ha dolido al conjunto de Green Bay es la defensiva. Llama la atención que por tantos años, el equipo de Wisconsin se haya negado a draftear jugadores de impacto que puedan ayudar al jugador más importante para la organización. Rodgers nunca ha tenido un receptor de primera ronda, y si bien es cierto que Davante Adams es hoy uno de los mejores de la liga, desde hace varios años parece ser la única amenaza real con la que el número 12 de los Packers salta al emparrillado.
El mundo evoluciona, y la NFL, así como la relación de los jugadores con sus equipos, no es la excepción. El caso de Aaron Rogers no es el único, recientemente hemos sabido que Russell Wilson está inconforme con les Seahawks Seattle, Deandre Hopkins tuvo un divorcio desagradable de los Houston Texans, y hablando de Houston, Deshaun Watson, antes de sus problemas legales, había expresado inconformidad por la manera en cómo estaban sucediendo las cosas en el equipo.
Cada vez es más común que las grandes estrellas tomen en el control de sus carreras y expresen sus opiniones de manera pública sobre el rumbo de las franquicias.
Las carreras de los deportistas profesionales, y particularmente las carreras de los jugadores de fútbol americano, son muy cortas. Muchos critican que estas estrellas quieran forzar a los equipos a que sucedan algunas cosas, sin embargo, a mí me parece aceptable y celebro que en una situación que no es sencilla, pidan que sucedan algunas cosas como lo está haciendo ahora el todavía quarterback de Green Bay. Al final, Rodgers sabe qué es el jugador más importante de la franquicia y sabe también que los empacadores sin él no estarían, como ha sucedido en los últimos dos años, a una victoria de jugar el Super Bowl.
Parece que los días de Aaron Rodgers en un uniforme de los de Green Bay Packers están contados, y si eso termina por confirmarse, los Packers y sus fans se lamentarán, porque un talento tan especial como él no llega muy seguido a la NFL.
Las cosas están cambiando y ahora los jugadores toman control de su carrera, y el ejemplo más reciente es el de Aaron Rodgers que probablemente haya jugado en la final de la Conferencia Nacional contra Tom Brady su último partido con el uniforme de Green Bay.