<
>

Boca-Fluminense, un duelo de extremos entre la carencia de uno y la potencia de otro

A lo largo de la fase final de la CONMEBOL Libertadores, Boca Juniors marcó un precedente. En busca de la anhelada séptima copa, el Xeneize avanzó ronda tras ronda sin conseguir ninguna victoria, registro inédito en la historia del certamen.

Pero los seis empates -nobleza obliga: así como no ganó, tampoco perdió- no solo dejan en evidencia lo cerradas que fueron las series ante Nacional, Racing y Palmeiras, sino que demuestran una gran solidez defensiva y algunos inconvenientes para convertir, características con las que no se puede identificar a Fluminense, su rival el sábado 4 de noviembre en el Maracaná desde las 17:00 (ARG/URU/CHI/BRA) y 15:00 (COL/ECU/PER), con transmisión de ESPN en Star+ (sólo para Sudamérica).

Después de pasar sin sobresaltos una zona accesible, también integrada por Deportivo Pereira, Colo Colo y Monagas, en la que ganó cuatro partidos, empató uno y perdió el restante, anotando nueve tantos y recibiendo apenas dos, el club de la Ribera se plantó en la llave.

Con el Bolso igualó 0-0 y 2-2, mientras que ante la Academia no se movió la red en los 180 minutos y frente a Palmeiras empató 0-0 y 1-1, clasificando en los tres casos por penales, con Sergio "Chiquito" Romero como héroe.

Aunque en estos mata-mata, que en la jerga futbolística suelen ser considerados como finales (en realidad, a esta altura del partido, casi todos los partidos reciben esa denominación), esta faceta del Xeneize se exarcebó, el equipo de Jorge Almirón es, ante todo, pragmático.

En el campeonato argentino, Boca acumula 46 goles en 37 partidos, es decir, 1.24 celebraciones por cotejo, cifras levemente superiores a las del plano internacional.

Con 13 tantos en el año, el uruguayo Miguel Merentiel es el máximo artillero azul y oro, en el marco de un equipo que anotó más de dos goles en un partido ocho veces, aunque solo en una ocasión contra un rival 'importante', Racing, en abril (3-1). Sin haber explotado esta faceta desde su llegada, Edinson Cavani, autor del 1-0 parcial ante Palmeiras, tratará de dejar su huella en el Maracaná para incorporar un trofeo más a su laureada carrera.

Del otro lado, sin tratarse de un elenco avasallante, aparece un Flu que ha demostrado mayor poderío ofensivo en 2023, particularmente en la Libertadores, donde surfeó con 10 tantos un grupo difícil, junto con River Plate -le ganó 5-1 en Río-, Sporting Cristal y The Strongest.

Luego, el conjunto de Fernando Diniz eliminó a Argentinos Juniors (3-1), sobre la hora; Olimpia (5-1), que se había cargado a Flamengo, su clásico rival; e Internacional (4-3), épica remontada de visitante mediante, completando 12 goles en seis encuentros, nueve más que su próximo rival.

Aunque ese promedio no se traslada al Brasileirao, donde festejó 42 veces en 29 cotejos, sí lo hace al Campeonato Carioca, en el que sumó 32 dianas en 15 juegos y, claro, se consagró bicampeón, tras imponerse en el Fla-Flu de la definición.

Su máximo exponente es, sin dudas, Germán Cano, el delantero argentino que por segundo año consecutivo figura entre los máximos goleadores a nivel mundial (lleva 36 en 40 partidos, con un mejor promedio que en 2022, cuando acumuló 44 en 70). El ídolo del DIM también es el máximo artillero de la Copa, con diferencia: acumula 12 gritos en 11 presentaciones, y anotó seis veces entre cuartos y semifinales.

Pero el conjunto tricolor, que desarrolla un juego invertebrado, rupturista y sin una estructura definida, también cuenta con el poderío ofensivo del colombiano Jhon Arias, del joven John Kennedy y de los experimentados Ganso y Keno. Además, en el banco Diniz tiene esperando a otro histórico atacante, Luiz Adriano.

La final del Maracaná será, también, un choque de estilos, donde ambos tratarán de imponer condiciones. Boca buscará repetir lo que hizo, por ejemplo, en cancha de Palmeiras, donde no llegó tanto pero jugó cómodo en el primer tiempo, antes de aguantar la igualdad en el complemento, tras la roja de Marcos Rojo, quien no podrá jugar ante el Flu, y el gol de Joaquín Piquerez.

Su solidez defensiva -no dirá presente el capitán, pero la estructura de Almirón en esa zona de la cancha no tiende a resentirse a pesar de las bajas- enfrentará al dinámico, cambiante y versátil ataque comandado por Cano, en una final que promete muchas variantes tácticas, futbolísticas y emotivas.