Las Leonas son campeonas panamericanas. En un partido ajustado por demás, la selección argentina de hockey femenino ratificó su poderío en la región y obtuvo su octava medalla de oro en la historia de la competencia y el condimento de la clasificación directa a los Juegos Olímpicos de París 2024. Fue por 2 a 1 ante Estados Unidos en la final con goles de Agustina Gorzelany y Eugenia Trinchinetti.
Sufrió por demás el conjunto sudamericano ante las norteamericanas que plantearon un partido muy trabado y con una defensa muy férrea ante los constantes ataques de Argentina. El partido se abrió rápidamente a través de su goleadora, Agustina Gorzelany (12') que hizo muestra de su especialidad, la arrastrada en córner cortos en un día muy especial para ella: cumplió 100 partidos con la camiseta albiceleste.
Las Leonas continuaron dominando en el marcador y en el juego hasta que llegó la primera polémica de la noche. Megan Robertson, de pésima actuación, sancionó un penal dudoso a segundos del cierre del segundo cuarto. Situación que aprovechó Ashley Sessa (30') que tiró cruzado, sin dejar posibilidades para la arquera Clara Barberi.
Los 30 minutos finales se vivieron a pura tensión. Con el empate 1 a 1, las chances de gol llegaban una tras otra para las dirigidas por Fernando Ferrara, a través de la habilidad de María José Granatto para desequilibrar, los desbordes de Pilar Campoy y las media vueltas de Julieta Jankunas. Parecía que nada alcanzaba para romper la igualdad en el resultado y la posibilidad de definir la final en shoot-outs se acrecentaba.
Sin la efectividad que precisaba en un momento así, Argentina siguió insistiendo y acrecentando la figura de la arquera Kelsey Bing, que, además de atajar varios córner cortos durante el partidos, le sacó un misil teledirigido cruzado a Valentina Raposo a nueve minutos del cierre. Pero, luego de esa gran atajada, llegó el alivio y el grito contenido. Apareció finalmente el gol del título. Eugenia Trinchinetti (51') se metió en diagonal al área para desviar un disparo centrado y vertiginoso de Gorzelany y, así, desatar la locura y alegría de un equipo que merecía la victoria. Sin dudas un festejo que será recordado por mucho tiempo.
Los minutos finales fueron de película, con las estadounidenses al ataque y las subcampeonas del mundo y olímpicas defendiendo con una jugadora menos (Majo Granatto había sido amonestada). Y llegó el final. Las Leonas lograron terminar con el fantasma de caer derrotadas con Estados Unidos en Juegos Panamericanos (habían perdido en Guadalajara 2011 y Toronto 2015). De esta manera se colgaron su segunda medalla de oro seguida y empezarán a emprender el viaje hacia París 2024. Un sueño latente, que inició con una sonrisa.