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Zoe Díaz, elegida la mejor jugadora del mundo junior

Zoe Díaz jugando los Juegos Olímpicos de París 2024. (Photo by Alex Pantling/Getty Images)

Ni en sus más remotos sueños Zoe Díaz se hubiese imaginado estar recibiendo el máximo reconocimiento a la mejor jugadora sub-21 del mundo, no por el hecho de creerlo imposible, sino por las circunstancias en las que la joven de 18 años vive los días como si no hubiese mañana y eso la hace sacarle todo el jugo a cada instante por exprimir.

El 8 de noviembre de 2024 no será un día más en su vida, ni tampoco para los que la acompañan, porque si bien era de público conocimiento las aptitudes que maneja en la cancha, hace años no es novedad, en el Bajo Flores, donde se desempeña regularmente, la magia que desprende cada sábado con la camiseta del Club Italiano que fue la que la elevó a estar recibiendo este tipo de galardón.

En una votación reñida, la medallista más joven de la historia argentina, se impuso por el 35,90% de los votos, seguida por Tan Jinzhuang con 29,20% y se convirtió en una nueva Leona distinguida con este reconocimiento. La última había sido Lucina Von der Heyde, en 2018. Antes le tocó a Majo Granatto, en 2017 y en 2016. Atrás de ella, Florencia Habif en 2014 y la primera fue Sole García, quien lo logró en 2002 y 2004.

Zoe irrumpió en la escena del deporte en 2023, cuando al realizar su primer proceso junior cautivó a propios y ajenos, por su desfachatez a la hora de ejercer lo que tanto disfruta que es jugar al hockey. Desde el Mundial de su categoría, disputado en Chile en diciembre, su carrera se catapultó meteoricamente al ser citada para iniciar el 2024 junto a Las Leonas y posteriormente demostrar su intrepidez en la Pro League para tomar la bocha, lanzar penales decisivos y seguir.

En julio del corriente año, cuando quedaba poco para que Fernando Ferrara entregue la lista final de Las Leonas que viajarían a París, Díaz de Armas se metió como la más pequeña del equipo y también de la delegación argentina. La ciudad de las luces fue testigo de los miles de focos que se posaban en su número 33, que no se debía por brillar más que una estrella, sino el simple hecho de brindar espontaneidad y dinamismo en momentos estructurados y sin tanto ritmo. Zoe no teme a enfrentarse a los contextos, los abraza sin pretextos, en búsqueda de seguir creciendo y aprendiendo a ser mejor persona y deportista, a su manera -tan única y de ella- de intentar siempre poner todo de si para ir develando, en su interín, lugares que Argentina no ha llegado y todavía le restan por descubrir.