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Lucha Aymar En Primera Persona: "Quería que Rosario 2010 no se terminara nunca"

Rosario 2010, la Copa del Mundo que Lucha atesorará por el resto de su vida. AP

Luciana Aymar conversó con Mechi Margalot en "En Primera Persona" por ESPN y revivió uno de los momentos más emocionantes de su carrera: la noche en la que se consagró campeona del mundo junto a Las Leonas en Rosario, su ciudad natal.

En 2010 Lucha vivió una noche mágica, que recuerda como uno de los grandes hitos de su vida deportiva. En aquella oportunidad, después de ganarle 3-1 la final a la poderosa Holanda, le tocó levantar el trofeo frente a los ojos de más de 12 mil espectadores, entre los que se encontraban su familia y muchos de sus afectos.

"Fue un Torneo totalmente diferente, muy emotivo, y cada partido que pasaba yo no quería terminara, quería que el torneo fuera más largo porque estaba disfrutando muchísimo de mis compañeras, de Rosario, de mi familia, de la gente. Son esos pocos torneos en los que se da todo perfecto", recordó. Y agregó:"Cada vez que ponían el himno antes de jugar mirábamos las tribunas y se nos ponía la piel de gallina. Era el último empujón anímico para empezar el partido, jugar de local es un plus tremendo para tener a favor".

Mientras cumplía su partido número 300, la ocho veces elegida mejor jugadora del mundo se deleitaba con un sueño hecho realidad. "No imaginaba todo lo que iba a vivir con este deporte. Nunca pensé que iba a poder jugar un mundial en Rosario, donde no había sintético, no había un estadio. Pero gracias a la historia y los resultados de Las Leonas se logró".

"Hasta el día de hoy mi familia no entiende cómo me cargué tanta presión encima. Me pongo más nerviosa ahora mirando esa final que estando en la cancha. Si tuviera que revivir un momento sería la Copa del Mundo en Rosario en 2010", le admitió Lucha a ESPN.

La excapitana de Las Leonas no puede contener la emoción al intentar transmitir cuáles fueron las sensaciones que atravesaron su cuerpo en ese momento: "Es muy difícil explicar con palabras lo que sentí, solo me quedaba agradecer lo que estaba viviendo, estaba desbordada de felicidad. Me acuerdo que cuando terminó el partido nos estaban esperando con un colectivo abierto y nunca viví algo semejante. Fue único, la gente salía de las casas, de los negocios, cantaban a la par nuestra. Hasta que llegamos al Monumento a La Bandera...¡y la cantidad de gente que nos estaba esperando. Era muy difícil creer lo que estaba viviendo, lo había deseado un montón pero nunca imaginé vivir algo igual".

La Maga no deja dudas de que Rosario 2010 es un recuerdo que atesorará por siempre y repite: "Esa noche no quería que se termine nunca. Quería quedarme para siempre con la gente ahí, festejando sin parar".