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Grandes figuras de los Mundiales: Jonah Lomu

A poco del comienzo de la Copa del Mundo de Francia 2023, en Scrum, un repaso de las grandes figuras en la historia de los Mundiales. Mira toda la cita mundialista, en Star+.

La Copa del Mundo de Sudáfrica 1995 dejó entrañables historias y figuras memorables. Pero pocos jugadores lograron tanta repercusión y reconocimiento internacional como el wing neozelandés, Jonah Lomu. Su contundencia, potencia y velocidad en ataque se tradujeron en siete tries que lo convirtieron en el tryman del certamen, junto con su compatriota Marc Ellis. Cuatro años después, mejoraría su marca y repetiría el galardón con ocho conquistas, para llegar a un total de quince anotaciones, que lo convierten en uno de los tryman histórico en Mundiales, junto al también wing sudafricano Bryan Habana.

Lomu estaba fuera de todo molde, tenía su propia y única etiqueta. Arribó al país que gobernaba Nelson Mandela con apenas 20 años y sorprendió por su tamaño, poco común para un wing: 1,96 metros y 119 kilos. Pero la más llamativa de sus cualidades era la velocidad: su mejor marca fue 10,8 segundos en los 100 metros. Para ponerlo en contexto, basta con aclarar que el récord olímpico lo ostenta Usain Bolt con un tiempo de 9,58.

Laurie Mains, entrenador de aquellos hombres de negro, debe seguir agradeciéndose, día tras día, por la osada decisión que tomó. Aquel certamen catapultó a Lomu al estrellato, a ser prácticamente el primer rockstar del mundo del rugby.

La explosión, el auge y furor por el back se dio en la semifinal frente a Inglaterra, donde apoyó en cuatro ocasiones. En una de ellas, y seguramente la más recordada, pasó, literalmente, por encima al fullback rival Mike Catt, quien años después rememoraría su experiencia: "Recuerdo que una masa de 115 kilos se aproximaba hacia mí, allí pensé en todo lo que mis entrenadores me habían enseñado durante años sobre las técnicas de cómo tacklear. Lo próximo que recuerdo es estar tirado sobre mis espaldas, viendo como él apoyaba la pelota en el ingoal". Los All Blacks se impusieron en aquel encuentro 45-29, accediendo al match definitorio ante los dueños de casa, donde no podrían conseguir el tan ansiado objetivo.

Lomu nació el 12 de mayo de 1975 en Mangere, un humilde suburbio de la ciudad de Auckland, donde creció junto con sus padres, oriundos de Tonga. A los 14 años mutó del rugby league al Rugby Union y, dadas sus condiciones físicas, en un principio se desempeñó como tercera línea. Sus primeros pasos con la camiseta negra los dio en 1991, en menores de 17. Su crecimiento fue paulatino, por lo que, con apenas 19 años y 45 días, tuvo su primera participación internacional frente a Francia en 1994, lo que lo convirtió en el debutante más joven en la historia de su selección.

De todas maneras, tal como ocurría con David Campese, otro ícono de este deporte, los números no otorgan una clara dimensión para reflejar la importancia que su imagen le otorgó al rugby internacional. Porque ciertamente Lomu era eso: la imagen del rugby. Sus dos mejores temporadas fueron justamente durante las citas máximas que disputó (1995 y 1999), donde marcó 20 de sus 37 tries, en los 63 tests que vistió la indumentaria negra.

En 1996 comenzaron a sonar las alarmas, luego de que surgieran sus primeros problemas físicos, que lo dejaron fuera de la gira por Sudáfrica y de la competencia doméstica a lo largo de 1997. Fue allí donde se le detectó el Síndrome Nefrótico, una condición que causa que los riñones dejen escapar proteína de la sangre a la orina. A pesar de ello, pudo retornar la actividad a finales de ese año, para ponerse nuevamente la camiseta negra durante la ventana internacional europea, donde se midieron frente a Gales, Inglaterra e Irlanda.

Durante 1999 sólo ingresó desde el banco de suplentes en los tests e incluso fue relegado al segundo equipo de Nueva Zelanda A. Pero, gracias a su voluntad inquebrantable, se recuperó a tiempo para la máxima cita, donde volvió a brillar como en sus mejores días o aún más todavía.

En Gales redobló la apuesta. No pudo levantar la William Webb Ellis, pero en lo personal se superó a sí mismo en anotaciones marcadas. Tonga en dos oportunidades, uno ante Inglaterra y dos más a Italia, durante la fase de grupos. En cuartos de final, Escocia sucumbió ante el por entonces jugador de Chiefs y luego, en semifinales, apoyó dos imponentes y recordados tries en la dura derrota frente a Francia, siendo el único que no fue cuestionado por su desempeño ni por la prensa ni por los aficionados.

Continuó como jugador de los All Blacks hasta 2002, cuando nuevas figuras emergentes le ganaron la pulseada por el puesto y su situación de salud no le permitió rendir al máximo. En su carrera, Lomu concretó 122 tries en 185 partidos. Su último match con los hombres de negro se dio el 23 de noviembre de 2002, contra Gales, en Cardiff, a sus 27 años. En los 63 tests con los All Blacks enfrentó a doce rivales distintos y sólo a tres de ellos no pudo marcarle tries: Fiji, Sudáfrica y Gales. Quienes más lo sufrieron fueron Inglaterra (ocho tries en siete partidos), Escocia (siete en seis) y Australia (seis en seis). Contra Los Pumas sólo jugó dos veces y marcó un try.

Pese que a su carrera estuvo truncada por sus problemas de salud, fue considerado entre los mejores jugadores del mundo y también reconocido por distintas instituciones. En 2003, la Asociación Internacional de Jugadores de Rugby (IRPA, por sus siglas en inglés) lo galardonó con una Mención Especial, que sólo habían recibido dos jugadores en toda la historia (Jason Leonard y John Eales), por su contribución al juego a nivel internacional. Desde 2011, forma parte del Salón de la Fama de World Rugby.

Su enfermedad incluyó un trasplante de riñón en 2004, que privó a los amantes de este deporte de disfrutar durante más tiempo de su potencia y determinación al encarar el ingoal rival, pero su brillantez en las Copas del Mundo de Sudáfrica 1995 y Gales 1999 quedará para siempre en la memoria de los fans.

Lomu falleció en Auckland la mañana del 18 de noviembre de 2015. La noche anterior había regresado al país junto a su familia tras pasar unas vacaciones en Dubái. Su funeral tuvo un gran despliegue y guerreros maoríes escoltaron su féretro ante un emotivo haka imposible de olvidar por parte de jugadores y exjugadores de los All Blacks en el mítico Eden Park, despidiendo así a quien por tantos años fue la imagen central del rugby moderno.