Imagínense para las nuevas generaciones ir a jugar al paraíso del Pacífico Mexicano al estadio Rafael Nadal
No es retórica, sino una sugerencia directa a Raul Zurutuza, deben nombrar ya de forma oficial “Rafael Nadal” a la cancha principal del nuevo complejo de tenis de Acapulco, es una oportunidad genial que cumpliría el doble propósito de dejar un legado imborrable para la ciudad y a la vez blindar la relación con el máximo ganador de Gran Slams de todos los tiempos.
¡Hazlo realidad, Raúl! Y trae a Rafa a debelar la placa tan pronto como sea posible para demostrarle que en México está el público que más lo quiere fuera de España, aún por arriba de París, porque Roland Garros es tan grande que ahí se pueden diluir los corazones, pero Acapulco no tiene problemas en entregarse fielmente a un solo hombre de por vida.
Para Rafa el torneo ya significa demasiado, ahí ganó por primera vez y ahí firmó su mejor arranque de temporada, el actual de 14 victorias, además está estrechamente ligado a las playas mexicanas por sus inversiones turísticas, así que tendría una razón más para venir cada febrero a defender sus títulos, su leyenda, en su cancha y frente a sus 10 mil aficionados.
Es cierto que alguien tuvo esa idea primero y desde el 2017 la cancha principal del Abierto de Barcelona se llama Rafael Nadal, lo cual tiene mucho sentido porque ha ganado la bestial cantidad de 12 veces el torneo que, para colmo, es en arcilla, pero nadie lo ha hecho en las sedes principales del circuito en una cancha rápida como es Acapulco y menos fuera de su país natal.
Es más, si el nombre del complejo entero no estuviera ya vendido a un patrocinador, la organización bien podría darle el honor también al español, lo cual sólo haría más prestigioso al Abierto… Imagínense para las nuevas generaciones ir a jugar al paraíso del Pacífico Mexicano al estadio Rafael Nadal ¡wow! Tan solo hacer una ace ahí sería un sueño cumplido.
Acapulco ya ha tomado grandes decisiones en sus aspiraciones a ser un Masters 1000, como ser la antesala a Indian Wells con la conveniencia de estar a un par de horas de California, dejar la arcilla y construir un complejo de calidad mundial, bueno, piensen en el nombramiento de la cancha Rafael Nadal como un paso más hacia el sueño porque ¿cómo podría ser eso una mala publicidad?
Después está el legado deportivo para una ciudad que de por sí ya recibe una inyección económica importantísima y que ahora podría tener en sus venas un poco más de la sangre de una leyenda que inspire a los niños a tomar una raqueta o acercarse de alguna forma a la actividad física.
No sé qué se necesite para tomar una decisión así, pero lo más importante debe ser voluntad y atrevimiento, pues venga Raúl Zurutuza, tú que tienes tan buena relación con su equipo, hazles la llamada y pregunta si les gustaría, no creo que digan que no, y ya con su bendición, manda a hacer una placa y una estatua dignas del enorme Rafa Nadal.
