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LATINAS EN LA WNBA - PASADO, PRESENTE Y FUTURO: Es difícil ser joven agente libre hoy en día

Para la gran celebración del Mes de la Herencia Hispana 2022, ESPN Deportes les presenta esta serie especial, Latinas en la WNBA - pasado, presente y futuro:


ES DIFÍCIL SER JOVEN AGENTE LIBRE HOY EN DÍA

Para las jugadoras jóvenes en la WNBA, el baile entre ser novata, por ejemplo, y ser agente libre es muy precario. Ninguna de las novatas latinas en 2022 tuvo contrato durante toda la temporada; así que fueron predominantemente agentes libres.

La ex estrella de la liga Rebecca Lobo desglosó el panorama, en entrevista exclusiva con ESPN Deportes Digital, “No sé cuánta gente entiende lo difícil que es meterse a un equipo en la WNBA. Entonces, en términos de porcentaje, es la liga profesional más difícil donde jugar”.

Exploremos las dificultades que enfrentan las jóvenes agentes libres en la liga.

NO HAY BASTANTES CUPOS

La dura realidad de la liga es que simplemente no hay cupos suficientes en la WNBA como para acomodar la gran cantidad de talento de básquet femenino que hay, en Estados Unidos y el resto del mundo.

Por ahora, son 12 equipos, cada uno con 12 lugares o jugadoras en su lista, lo cual significa 144 puestos en la cancha en toda la liga. La expansión de la liga es inevitable, necesaria. Ya se está tramitando añadir dos equipos adicionales para más tardar 2025, porque la actual situación es insostenible a largo plazo.

Lobo no solo está a favor de la expansión, sino que sugiere expandir las listas, agregando dos lugares por equipo. Eso daría 24 lugares más, y además estarían los 28 lugares de los dos nuevos equipos (asumiendo 14 jugadoras por conjunto). Por tanto, serían 52 cupos nuevos, que añadidos a los 144 originales sumarían 196 jugadoras en total. Mucho mejor.

Lobo cree que la expansión podría favorecer a las latinas, “Una de las formas en que las jugadoras de ascendencia hispana pueden tener una mejor oportunidad de llegar a la liga es expandir las oportunidades y esperamos ver eso en los próximos años”.

Precisamente una latina que se vio afectada por la falta de cupos y cambió de equipo como bolita de ping-pong hasta hallar su hogar en las Washington Mystics cerca del final de la campaña. Ella es Evina Westbrook, quien este año se convirtió en la primera mexicoestadounidense en ser drafteada a la WNBA.

Westbrook entiende que hasta las más talentosas pueden quedar excluidas, debido a la falta de espacio, “Hay tantas grandes jugadoras de básquetbol que merecen un lugar en la lista y merecen estar en un equipo. … Al mismo tiempo, es un negocio. Podrías haber jugado el mejor básquet de tu vida, pero tal vez eso no sea lo que el equipo necesita”.

SALARIOS BAJOS (O CERO PAGA SI NO JUEGAN)

Como en cualquier empleo, si no hay dinero o el dinero es escaso, es un gran problema para el empleado. Esto se aplica en particular a las novatas y jugadoras de la WNBA en los primeros años.

Es bien sabido que los salarios de la WNBA son bajos de por sí. Por eso tantas jugadoras van a jugar al extranjero en la temporada baja.

Para las novatas y jugadoras jóvenes, esa complicación se multiplica. Ganan la mitad del salario promedio de la liga ($128,369 en 2022), e incluso los contratos de novatas no están protegidos por el acuerdo colectivo de la liga; o sea, las jugadoras solo reciben compensación por la parte de la temporada en la que realmente están en la lista.

Aquí cabe conocer a la novata Katie Benzan, quien hizo historia como la primera jugadora de sangre dominicana en la liga, firmó con Washington Mystics un contrato de campamento de entrenamiento y luego un acuerdo bajo la cláusula de ‘hardship’ de la liga.

Al terminar esos plazos, Benzan se quedó con las manos vacías y no volvió a jugar… y no volvió a devengar un salario en la WNBA. En julio, con la temporada de la WNBA viento en popa, tomó la decisión difícil de alejarse del básquet por ahora. En vez, aceptó un trabajo con el Utah Jazz en la NBA.

Benzan sabe lo que es la excelencia en el básquet, pues rompió récords en las universidades de Harvard y Maryland. Tuvo grandes contribuciones en dos de los tres partidos que jugó con las Mystics

No puede haber sido fácil la decisión de Benzan de darle la espalda a su sueño. Pero durante nuestra entrevista, cuando ya estaba lista para partir para su nuevo empleo, ya miraba tranquila a la WNBA en su espejo retrovisor, “La liga está en un punto de inflexión, con lo difícil que es, no solo ser reclutada, sino permanecer en una lista. Ha habido momentos en los que chicas, mujeres reclutadas en la primera ronda que no están en las listas hasta el día de hoy y es un poco desgarrador porque sé cuánto trabajo duro se necesita para triunfar en un alto nivel”.

Los contratos no son negociables, salvo circunstancias de novatas no drafteadas, cuyos contratos pueden ser de uno o dos años.

Una de esas novatas no drafteadas fue la escolta mexicoestadounidense Raina Pérez. Ella jugó un solo partido por el Seattle Storm. Firmó un contrato de campamento de entrenamiento y un acuerdo bajó la cláusula de ‘hardship’ pero fue dejada en libertad.

Para su alegría, nueve días después, todavía en mayo, volvió a firmar otro contrato de ‘hardship’ por cuatro días con Seattle debido a las ausencias por COVID-19 del club. Pero eso fue todo para Pérez; de ahí hasta el final de la temporada, sería agente libre sin ingreso.


FALTA DE EXPERIENCIA

Los astros de la NBA pueden darse el lujo de tomar descanso en la temporada baja -- ya sea para estar con familiares y amigos o dedicarse a estar en forma -- porque sus salarios son tan altos comparado con las de la WNBA.

Diecisiete jugadores de la NBA ganan $35 millones por temporada, según ESPN, mientras que solo 14 jugadoras de la WNBA ganan $200,000 o más, según Sportrac, encabezadas por Diana Taurasi del Phoenix Mercury, Jewell Loyd del Seattle Storm y Breanna Stewart del Seattle Storm, quienes ganaron el máximo de $228,094 en 2022.

Para las jugadoras más jóvenes de la WNBA, el atractivo de jugar en el extranjero no es solo por los salarios más altos… y el hecho de que si fueron agentes libres en la liga estadounidense, allá al menos están garantizadas de ganar un salario.

También es importante que ellas vayan para ganar valiosa experiencia y subir su nivel de juego, lo cual puede, sin duda, aumentar sus posibilidades de sellar un cupo en la liga.

Lobo analiza lo que significa para tantas ir a Europa o Asia a jugar, cada septiembre hasta mayo, durante la temporada baja de la WNBA, “Mejorarán, pulirán sus habilidades y ganarán dinero en el extranjero antes de regresar e intentar firmar con un equipo, ingresar a un campo de entrenamiento y meterse en una lista como agente libre”.

Aumentarán sus posibilidades de llegar a una lista de la WNBA, sí, pero ¿a qué precio? Al jugar en el extranjero, y básicamente autoinfligirse básquet de año completo -- entre la WNBA y la liga extranjera --, existen mayores riesgos de lesiones y fatiga.


INCERTIDUMBRE, PRESIÓN Y MIEDO

Ser agente libre en la WNBA durante la temporada misma es como tener trabajo, pero no tenerlo. Luego, si firmas un contrato de tres semanas o un acuerdo por cláusula de “hardship”, es como si tuvieras que hacer la prueba para la obra de teatro otra vez, igual o mejor que ayer… porque tu futuro depende de ello, literalmente.

Benzan, quien por ahora no regresa a la liga porque las dificultades de ser agente libre fueron demasiado para ella, probó ser sabia más allá de su edad, con sus palabras, “Desearía que hubiera más oportunidades para las mujeres en todo el país, en todo el mundo. Pero cada uno tiene su propio camino, por difícil que sea. Todo el mundo tiene adversidad, por lo que depende de cómo reaccionas ante ella y cómo la enfrentas. Eso determinará tu camino”.

La vida de una joven agente libre de la WNBA está llena de incertidumbre, de presión y de miedo. Ojalá que la expansión de la liga sirva de alivio para esta situación tan complicada. El problema es que no llegará sino hasta dentro de aproximadamente dos años.

Nuestra última entrega de nuestra serie “Latinas en la WNBA -- pasado, presente y futuro” explorará quiénes son las promesas latinas que podrían alcanzar la WNBA. Como hemos visto a lo largo de la serie, la mitad del problema es reclutar más latinas y la otra mitad del problema es mantenerlas, como acabamos de examinar.

En otras palabras, que la liga las reclute para quedarse, no para ser agentes libres, con todas las dificultades que conlleva… en otras palabras, dificultades que podrían culminar en que abandonen la liga, como Katie Benzan. Quedamos pendientes a ver cómo aborda el asunto la WNBA.