PANAMÁ -- A Vladimir Guerrero Jr. le persiguen incesantemente las preguntas y comparaciones con su padre homónimo, otrora recio bateador dominicano y actual inquilino del Salón de la Fama.
"Ya él cumplió su gran carrera y quisiera ser igual que él", destacó el joven pelotero de rizos dorados, cuya cuna fue un estadio de béisbol y que se perfila como una mega estrella en las Grandes Ligas.
La gran joya de los Toronto Blue Jays, quien visitó el fin de semana Panamá para disputar un partido de exhibición de sóftbol, sabe empero que apenas comienza a labrar su carrera.
Guerrero hijo se prepara con todo para lo que será su primera temporada completa en el 2020, luego de un debut explosivo el año pasado y una fabulosa exhibición de poder en el Derby de Jonrones, previo al Juego de Estrellas. Es consciente que debe mejorar en su físico para su exigente labor como antesalista y enmendar aspectos de su potente bateo.
El ADN de bateador de largo metraje lo tiene.
"Estamos tratando de aprovechar todo el tiempo posible para prepararnos", señaló a The Associated Press, mientras un grupo de peloteritos panameños se abalanzaban sobre él para que les firmase pelotas y gorras en el Estadio Rod Carew en Panamá. "Tengo que trabajar duro, aspiro a mejores números".
Después de imponer guarismos espectaculares en las menores, Guerrero hijo, de 20 años, subió a las mayores el 26 de abril. Bateó para .272 en 123 partidos y 464 turnos, con 15 jonrones, 53 anotadas y 69 empujadas. También acumuló 91 ponches.
Como antesalista, Guerrero demostró buenas manos con el guante y un tiro de rayo a primera base.
"Hiciste un buen trabajo en este primer año, ahora toca descansar un poco para seguir trabajando duro", le dijo en un tuit su papá Vladimir Guerrero, exaltado al Salón de la Fama del Béisbol en 2018.
Pero el "El K", como se le llama en las Grandes Ligas, dejó claro que un asunto en el que tenía que trabajar era en la parte física y quitarse algunos kilos de más.
Durante una visita a mediados de diciembre a San Juan, Puerto Rico, para participar en una actividad organizada por la fundación del receptor de los St. Louis Cardinals, Yadier Molina, Guerrero hijo se internó en el gimnasio y realizó sesiones de fildeo y bateo a puerta cerrada en el Estadio Hiram Bithorn ante la mirada de entrenadores de su club.
Guerrero también busca mejorar aspectos de su bateo. Es reconocida su fuerza sobrenatural, pero los expertos y algunos renombrados grandes ligas retirados consideran que debe ser más paciente, tener más control con el madero y golpear mejor la pelota. El año pasado, en el tramo final de la temporada en particular, se lo vio tirándole a curvas fuera de la zona con la cuenta en su contra.
"Su poder es fenomenal", comentó el retirado grandes ligas, el curazaleño Andruw Jones, quien invitó al jugador nacido en Montreal, al receptor venezolano de los Kansas City Royals, Salvador Perez, entre otros amigos, a participar de la exhibición en Panamá. "Tiene todo el talento, él va a explotar más".
Eso es lo que esperan los Azulejos, que apuntan a comenzar a sacar los frutos en la próxima temporada a una camada de jóvenes talentosos y gran proyección, encabezada por Guerrero Jr. y que también incluye al segunda base Cavan Biggio, 24 años e hijo de otro integrante del Salón de la Fama, Craig Biggio; y el torpedero Bo Bichette.
Guerrero proclamó, en efecto, que buscarán "en conjunto ir a los playoffs".
A nadie sorprende lo que Guerrero demostró en su primer año con Toronto y en lo que le queda por exhibir ofensivamente en el futuro. Después de todo, él nació con el béisbol en sus venas, desde pequeño acompañó a su padre a los estadios y heredó la pólvora de su madero. Guerrero padre se retiró con bateo de .318 y 449 jonrones en 16 temporadas en las mayores.
"Yo crecí en este deporte, desde los ocho meses estoy en el terreno de juego", manifestó Guerrero hijo en Panamá. "Uno crece y ve lo que hace tu padre y tú quieres hacer lo que hace él. Él es mi consejero, aparte de mi padre".
En noviembre, Guerrero padre posteó en las redes sociales un vídeo en que se lo ve a él y a su hijo haciendo swing. Guerrero padre aparece bateando en sus inicios y al final de su carrera, con su vástago en el medio haciendo lo propio. "Esto no se enseña, es hereditario", escribió el integrante de Cooperstown.