A días de de ingresar oficialmente al Salón de la Fama del béisbol de Estados Unidos en Cooperstown, New York, el lanzador panameño Mariano Rivera y el bateador designado puertorriqueño Edgar Martínez ya terminaron de refinar sus discursos de aceptación, que ambos planean comenzar en inglés y terminar en español.
"Oh, habrá, habrá, habrá algo de español, sí", dijo Rivera durante una conferencia telefónica organizada por el Salón de Fama. "Después de que termine mi discurso en inglés, hablaré en español con los hispanos y los panameños que estarán allí, obviamente", agregó el histórico cerrador.
"Empiezo en inglés. Hay una parte enseguida después a la introducción, en donde doy las gracias al Salón de la Fama y a los escritores. Entonces hay una parte que es en español", adelantó Martínez. "El párrafo es más en general, pero reconociendo especialmente a la gente en donde me crié en Puerto Rico", agregó el toletero derecho.
No es que sea la primera vez que el dulce sonido del español inunde Cooperstown, la villa de dos millas de tamaño y menos de 1,900 habitantes que es sede del Museo y Salón de la Fama de la pelota estadounidense.
Con Rivera y Martínez aumenta a 11 el club de peloteros latinoamericanos que alcanzan el Salón de la Fama por el desempeño en los diamantes de Grandes Ligas.
Los otros integrantes del grupo son los puertorriqueños Roberto Clemente (1973), Orlando Cepeda (1999, vía Comité de Veteranos), Roberto Alomar (2011) e Iván Rodríguez (2016); los dominicanos Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero (2018; el venezolano Luis Aparicio (1984), el panameño Rod Carew (1991) y el cubano Tany Pérez (2000).
También fueron seleccionados por el Comité Especial de las Ligas Negras los peloteros cubanos Martín Dihigo (1977), José Méndez (2006) y Cristóbal Torriente (2006), mientras que tres narradores hispanos recibieron el premio Ford Frick, que distingue a los hombres de la radio y la televisión como miembros de Cooperstown: El argentino Ely "Buck" Canel (1985), el ecuatoriano Jaime Jarrín (1998) y el cubano Rafael "Felo" Ramírez (2001).
Las ceremonias donde fueron homenajeados Alomar, Martínez, Rodríguez y Guerrero resultaron ser las más ruidosas y alegres que recuerdan los habitantes de Cooperstown.
Pero esta es la primera vez en la historia del Salón de la Fama, que tuvo su ceremonia inaugural en 1939, que dos hispanoparlantes fueron electos simultáneamente por la Asociaciación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA) para la función del próximo domingo en el Complejo Deportivo Clark, que también tendrá de protagonistas a los lanzadores Mike Mussina, Lee Smith y Roy Halladay (fallecido) y al bateador designado Harold Baines.
"Representar a Panamá, para mi es el pináculo", dijo Rivera, el primer pelotero en la historia del Salón de la Fama que es electo de forma unánime, habiendo sido aprobado por los 425 periodistas que votaron en esta ocasión.
"Quiero decir, viniendo de Panamá, un pequeño pueblo llamado Puerto Caimito lo que significa representarlo en el más alto nivel que hay en el béisbol para mí fue un privilegio, fue un honor representar a mi país y representarlos bien", agregó el relevista de 49 años.
"Estoy seguro que habrá algunas banderas en Cooperstown y me sentiré orgulloso. Me sentiré orgulloso. No sé qué tan sentimental podría ser o no, pero definitivamente estaré orgulloso de que mi gente esté allí apoyándome y compartiendo de la misma forma en que lo hicieron a lo largo de toda mi carrera", dijo Rivera, quien se retiró como jugador en el 2013.
"Mi mensaje está terminado. Lo que he estado haciendo es practicarlo mucho", dijo Martínez, quien nació en New York, pero creció en Dorado, al oeste de San Juan, la capital de Puerto Rico.
"Trato de memorizarme lo más posible del discurso, pero como es de 12 minutos, es difícil. Por alguna razón, hablar en público no es fácil para mí, porque no es algo que he hecho regularmente. Jugar béisbol es algo que hacía todos los días y podía mejorar, hablar es diferente", dijo Martínez, quien fue electo con el 85.4% de los votos en su décimo y último año en la boleta de la BBWAA.
Batear, no hablar, fue la mejor habilidad durante su carrera para Martínez, un siete veces Todos Estrellas, que tuvo porcentajes de .312 en bateo y .418 de OBP con 309 jonrones, 514 dobles y 1,261 carreras impulsadas en 18 temporadas con los Seattle Mariners. En cinco ocasiones ganó el Bate de Plata y dos veces fue líder de los bateadores de la Liga Americana.
Rivera, el líder de salvamentos (652) de todos los tiempos, también ha sido uno de los pitchers más dominantes de la historia en temporada regular y playoffs, donde tuvo foja de 8-1, efectividad de 0.70 y 110 ponches en 141.2 INN, incluyendo 11 rescates y efectividad de 0.99 en 24 apariciones de Serie Mundial.
El taponero 13 veces Todos Estrellas y miembro de cinco ediciones de los Yankees que ganaron el clásico de otoño, fue electo Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1999 y de la Serie de Campeonato de la Liga Americana del 2003.
Antes de ser un cerrador histórico, Rivera fue abridor por debajo de regular para los Yankees en su primer año en Grandes Ligas, 1995, cuando tuvo efectividad de 5.59 en 19 partidos, incluyendo 10 aperturas.
La última vez que Rivera abrió un juego en su carrera fue el 5 de septiembre de 1995 en el Bronx, y el último bateador que enfrentó en el cotejo fue Martínez, quien lo despidió con un sencillo que empujó a Joey Cora y adelantó a tercera base a Ken Griffey Jr. En su carrera, incluyendo la postemporada, Martínez bateó .579 en 23 turnos contra Rivera. En partidos de serie regular, bateó de 16-10 con tres dobles, dos jonrones y seis impulsadas ante Rivera.
"Es inexplicable como era Edgar", dijo Rivera.
"Creo que la diferencia con Edgar era que él bateaba la pelota a donde fuera lanzada. Si yo tiraba la pelota afuera, él la golpeaba afuera, y si tiraba adentro, él halaba el pitcheo. No tenía demasiados hoyos, ya sabes, y era capaz de batear la bola mejor que el resto, supongo", agregó.
"Esto, obviamente, es un gran honor y un reconocimiento muy especial", dijo Martínez, de 56 años.
"El hecho de que voy a entrar con Mariano significa mucho y especialmente porque no solo fue un gran relevista en el juego, sino que también es un gran ser humano, es una gran persona. Y el hecho de que obtuvo el ciento por ciento de los votos, también lo hace muy especial, estoy en el mismo lugar, en la misma clase, en el mismo año", apuntó.