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Shakur Stevenson da un golpe de realidad a Óscar Valdez

En la vida y en el boxeo hay jerarquías y tamaños.

De eso se percató, a la mala, Óscar Valdez en su pelea unificatoria de los títulos superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB) ante Shakur Stevenson. El mexicano no pudo seguir su plan, nunca le encontró la cuadratura al círculo y terminó más frustrado que golpeado. Su rostro, al finalizar el combate, denotaba más dolor por el coraje que por el castigo.

Óscar sabía que este combate era complejo, las apuestas así lo vaticinaban también, pero también era su gran oportunidad de dar un golpe en la mesa y para eso apelaba al orgullo, a la buena estrategia y su personalidad para salir adelante.

Lo intentó, nunca renunció, pero no encontró el camino, nunca pudo mostrar combinaciones y conectar a Stevenson, ni siquiera lastimarlo. Hay noches que la gallardía no es suficiente.

El futuro es complejo para el Nativo de Nogales, Sonora. Como lo dijo, tendrá que seguir aprendiendo, continuar entrenando para volver ser campeón del mundo. Las circunstancias y los momentos le pueden permitir volver, pero lo que luce claro es que Valdez no será un inmortal, una superestrella como si pinta Shakur.

Óscar tendrá que pegar ladrillo a ladrillo para volver a ser protagonista, reinventarse y volver a pelear.

Es cierto que él habla de sus grandes sueños, de altas expectativas, pero ahora hay que apelar a la paciencia y el trabajo como única forma de reinventarse, de recuperar protagonismo y confianza. Valdez se lo debe a sus aficionados, pero sobre todo a él mismo.