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'Hulk iraní' avergonzado en pelea de boxeo

Se juega al fútbol, se juega al básquetbol y se juega al béisbol, pero no se juega al boxeo. Y esa máxima debió entenderla Sajad Gharibi, conocido como el Hulk Iraní, en su debut como boxeador.

En época de youtubers, ex basquebolistas, ex futbolistas invadiendo los límites cuasi sagrados del Arte de Fistiana, el también conocido como 'Hércules Persa', quiso probar suerte y el resultado no fue el que esperaba, aunque el hecho se ha vuelto tendencia en redes sociales.

En apenas 40 segundos se rindió este gigantón fisiculturista que se ha hecho famoso en redes sociales por sus peculiares rutinas de entrenamiento y su extraordinaria fuerza, que le permite doblar una sartén con sus manos.

Pero este domingo en Dubai, Djumanov Almat Bakhytovich, conocido como 'El Titán Kazajo' y que también se dedica al fisiculturismo, le dio un baño de realidad al influencer iraní de 30 años, que aparentemente creyó que iba a tener la misma suerte de los hermanos Jake y Logan Paul, quienes han popularizado este tema de saltar de las redes sociales al boxeo.

Si bien Jake Paul ha tenido éxito, todavía no ha peleado contra un boxeador real. Aunque a su favor está que se ha tomado muy en serio su nueva profesión, al punto de dedicarle mucho tiempo a entrenar y mejorar sus habilidades para intentar cumplir su objetivo de ser campeón mundial en tres o cuatro años.

El Hulk Iraní, que pesó para el combate 300 libras, 80 más que su oponente, mostró sobre el ring que no tiene noción alguna de los elementos básicos para un deporte tan rudo.

Su entrenador explicó, según el diario inglés The Mirror, que "la pelea se estableció antes de que Sajad viniera a mí y firmara el contrato. No había forma de cancelarla a menos que pagara una gran multa por la cancelación.

"Tuvimos una mala situación. Sajad vino a Teherán para su entrenamiento [pero] tuvimos un problema financiero, el patrocinador no cumplió su palabra. En resumen, Sajad entrenó conmigo solo dos semanas y le dije que no estaba listo para pelear, pero tenía que estar con él porque tenía que pelear y alguien tenía que entrenarlo".

Poco después de la humillación, y quedando en evidencia la realidad, Sajad Gharibi no le quedó más remedio que disculparse: "no tengo nada que decir, pero estoy avergonzado y pido disculpas al pueblo iraní".