Sucedió la noche del viernes 26 de agosto en el estadio Vicente Polimeni de Las Heras, provincia de Mendoza, en una organización de Chino Maidana Promotions. En el mismo escenario en el que ganó títulos continentales y mundiales, y ante una gran multitud, Juan Carlos Reveco, con 39 años recién cumplidos, no pudo ante el boliviano Miguel Angel Canido y perdió por nocaut técnico en el tercer asalto. Habría que agregar: perdió también ante el Padre Tiempo, que es inexorable.
Canido, que suma 14 victorias, 19 derrotas y 5 triunfos por nocaut, no hubiera sido rival exigente para el “Cotón”, como todos conocemos a este mendocino de Malargüe. Pero el hubiera no existe. Con problemas de deshidratación y de una inactividad, luego de tres años, Reveco fue derrotado y casi enseguida nomás anunció que colgaba los guantes, dejando atrás no solamente un ilustre pasado de títulos mundiales sino también el recuerdo de un excelente boxeador, con un gancho de izquierda al cuerpo como mostrarlo en videos en los gimnasios.
Totalizó 41 peleas ganadas, con 20 por nocaut, y perdió 5. Histórico pupilo de otro ex campeón mundial de la talla de Pablo Chacón –y por ende, heredero de la legendaria Escuela Mendocina-, Reveco fue siempre un campeón trabajador, voluntarioso y de bajo perfil.
Fue titular minimosca WBA en 2007 ante el tailandés Nethra Sasiprapa, justamente en el Vicente Polimeni de Las Heras. La corona estaba vacante.
Luego vino una apresurada defensa ante Brahim Asloum en Francia que le costó perder la corona, dando muchas ventajas: fue aquella una pelea bisagra en su vida, puesto que para la mayoría de los expertos, se lo expuso prematuramente ante un Asloum que, como local, tuvo todo a su favor, incluyendo el guiño de los jurados en pelea muy cerrada.
Sin embargo, logró volver y en Cozumel, México, se anotó una valiosa victoria ante el local Francisco Rozas el 15 de agosto de 2009, coronándose campeón Interino minimosca de la WBA. En el 2011 subió a la división de los moscas y se consagró campeón WBA nuevamente en Mendoza ante Jean Piero Pérez, realizando 8 defensas exitosas.
Enfrentó a rivales como Kazuto Ioka en dos oportunidades y a Donnie Nietes, ante quienes perdió. Con severos problemas con sus cejas, que se abrían con gran facilidad, y con un boxeo muy agresivo y continuo, se anota como un grande para la historia del boxeo mendocino, que tuvo campeones como Pascual Pérez, Nicolino Locche o Hugo Pastor Corro.
Detrás de sus estadísticas queda la imagen y el recuerdo de un hombre silencioso y humilde, que nunca renegó de sus orígenes cuando cosechaba papas en su tierra natal. Conflictos con su apoderado, de quien intentó separarse y con quien finalmente debió retornar, le impidieron haber tenido una carrera más protegida, pero eso queda ahora en la historia y la anécdota.
Se despidió del boxeo Reveco, quien retornó luego de tres años de inactividad para comprender, amargamente, que no se puede contra el Padre Tiempo. Quedará el recuerdo de un excelente boxeador, de un campeón sólido y de un hombre de bajo perfil, que peleó en diferentes escenarios del mundo y, ganando o perdiendo, siempre bajó con la frente bien alta, seguro de haber cumplido con la ley del ring, esa no escrita, que marca a quienes dejan todo por la victoria, sea como sea.
Y en eso, el “Cotón” nunca dio un paso al costado; por el contrario, puso su corazón de peleador hasta la última instancia, como los gladiadores de verdad.