Saúl 'Canelo' Álvarez es un maestro para medir los tiempos del negocio, y ahora tiene mucho que pensar...
Saúl Canelo Álvarez es un hombre sabio cuando se trata de encontrar el timing, y no precisamente de una pelea sobre el ring. Se trata del momento económico, de los negocios y las ganancias. Si como boxeador es bueno, como empresario es de Grandes Ligas, por eso no sorprende que se ha negado a las tentaciones del dinero árabe… por ahora.
Sólo Saúl Álvarez sabe cuánto tiempo más estará alejado de ese modelo de hacer negocio, pero cada día que transcurre es uno menos para concretar la alianza. Lo sabe Canelo en la versión de empresario que aspira algún día a ser billonario, no el Saúl Álvarez que sube al ring para pelear con los rivales que él mismo ha palomeado.
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El mexicano entiende claramente su rol en este momento, ha tomado un nuevo aire en el mundo del boxeo, con bríos renovados tras su victoria sobre Jaime Munguía y ha mandado el mensaje que puede ser el rostro económico del boxeo en Norteamérica por los siguientes años.
¿Canelo puede ser una isla del boxeo?
Todos los grandes promotores y boxeadores han ido cayendo en el redil de la promoción árabe, pero Canelo es diferente. Y su distancia, hasta ahora, no radica en que se vaya a negar o por alguna convicción; se trata de medir el momento económico en que le conviene aliarse.
Primero hay que partir de la idea de que fuera del mercado de Estados Unidos y México, de Norteamérica, Canelo no resulta tan atractivo. No es, por ejemplo, lo que Terence Crawford puede representar para esa parte del mundo.
Por eso ha surgido incluso la versión de que los árabes, encabezados por Turki Alalshikh, presidente de la Autoridad General de Entretenimiento, ya explora la posibilidad de que Saúl pelee en territorio estadounidense, pero los árabes organicen el combate. Como se dice coloquialmente: ‘Si la montaña no viene a mi, yo voy a la montaña’.
“Estoy trabajando en la pelea Canelo vs Crawford, quiero esta pelea. Estamos pensando en hacerla en Estados Unidos porque queremos que sea grande, en un gran estadio y (tener) un buen pago por evento. Queremos que sea a finales de año o a principios del próximo (2025)”, dijo Alalshikh a MMA Hour.
Esa declaración puede ser el mejor rumbo en esta alianza, el negocio hay que hacerlo donde funciona. “Creo que los que van por allá y hacen las peleas que están haciendo es porque les va mejor. Ahora, si quieren que vaya para allá, pues si les va a costar un poquito más”, dijo Canelo en mayo pasado, durante un torneo de golf en la ciudad de México, donde luego soltó una petición de 200 millones de dólares para pelear contra David Benavidez.
Para Canelo todo depende del dinero, no importa si es en Riyadh Season o las Vegas, lo que vale es donde puede sumar más, cuidar su margen de victorias y seguir siendo la imagen del boxeo. Y es que no se puede negar, de Canelo se habla para destacarlo o para criticarlo, pero se habla.
Y a pesar del bache en que cayó ante Bivol, la conversación siempre estuvo a su alrededor. Es un peleador competitivo y atractivo al mismo tiempo para cualquier promotora, incluido él mismo en esa faceta.
Los árabes, por su lado, han logrado que todos los caminos del boxeo sean hacia su territorio, con dinero han hecho posible lo que a otros les cuesta trabajo: La histórica pelea entre Tyson Fury y Oleksandr Usyk, o una Dmitry Bivol vs Artur Beterbiev.
Y para cerrar el cículo una cuestión clave: Nadie puede pagarle más al Canelo que Alalshikh. Canelo se puede pelear contra quien quiera, eso él ya lo sabe, y también bajo las circunstancias que quiera, pero el hombre de negocios que toma decisiones sobre el futuro del boxeador entiende que, quizá más temprano que tarde, esa alianza será una realidad.