Hay peleas en las que todo el mundo quiere estar. Son combates que marcan quién es alguien y quién "no existe".
Pero no se trata de lo que pasa dentro del encordado, donde por supuesto hay una batalla por ver quién es mejor, sino a la batalla en ringside por un lugar de privilegio en un evento deportivo.
En el mundo del espectáculo, arte e incluso la política, quien no está en las filas que rodean en ring en una gran pelea, una de verdad, vive totalmente "out".
Eso pasa ahora y ha pasado desde hace años, pero la pelea donde quizás se notó más esto fue en la que protagonizaron hace 50 años, Muhammad Ali y Joe Frazier en el Madison Square Garden.
Woody Allen, Miles Davis, Diane Keaton, Hugh Hefner, Barbie Benton, Bob Dylan, Walt Frazier eran sólo algunas de las personalidades que cubrían esas primeras filas de privilegio, pero muchos otros se quedaron fuera.
Unos más como el actor Burt Lancaster se encontraron un trabajo para poder entrar. Así, junto a Howard Cosell, la estrella de "De aquí a la Eternidad" comentó la pelea en vivo.
Pero no fue el único. El cantante más famoso del mundo en ese momento, un auténtico monstruo del showbusiness, Frank Sinatra no tenía boleto.
"Ojos Azules" tenía un año "retirado" ya que en 1970 había dicho que no volvería a grabar ni a cantar, pero eso no significaba que dejara de ser una estrella.
Sinatra deseaba estar en el evento deportivo del año, la "Pelea del Siglo" por varias razones. Primero por ser un gran aficionado al boxeo, pero también por el odio que sentía por Cassius Clay, ahora llamado Muhammad Ali.
Frankie no comulgaba con las ideas de Ali de Derechos Civiles, de no ir a la guerra ni de sus creencias religiosas y de hecho apoyó públicamente a Floyd Patterson unos años antes para que derrotara a Ali, algo que no sucedió.
Ali representaba la lucha de los negros en Estados Unidos, mientras que Frazier era visto como el peleador que representaba los intereses de los blancos que no querían al que "volaba como mariposa y picaba como avispa", y deseaban que lo derrotara. Eran tiempos de gran confrontación por los temas Vietnam, Derechos Civiles, épocas de cambio en la Nación más poderosa del mundo.
Es decir que Ali no quería a Sinatra y viceversa, lo cual complicó al cantante en su afán de conseguir un buen boleto y ¿cómo iba a estar en un asiento muy lejano, eso sería humillante?
Cuenta la leyenda que el intérprete de "New York, New York" entabló comunicación con el editor en jefe de la revista "Life" y acordaron que él fuera acreditado como fotógrafo de la publicación para la cobertura de la pelea.
El líder del "Rat Pack" era un fotógrafo aficionado, así que aceptó sin dudarlo y "Life" tenía un elemento más para hacer especial su cobertura de Ali-Frazier, ya que también habían contratado al escritor Norman Mailer para escribir la historia.
Así, el famoso crooner, que en ese entonces contaba con 56 años se convirtió en fotoperiodista por un día.
Lo cierto es que en las nueve páginas de cobertura de "Life" para el pleito se publicaron cuatro gráficas de Sinatra, incluida la foto de portada, que no era ninguna maravilla, pero tenía su firma y con eso bastaba.
Años después, Ralph Graves de "Life" negó que hubieran dado la acreditación a Sinatra porque no tenía boleto, sino que siempre fue su plan que él fuera uno de sus fotógrafos en el cartelera.
El cantante nunca más volvió a tomar fotos para ninguna otra publicación, pero la noche del 8 de marzo de 1971 fue la tercera persona más fotografiada en el Madison Square Garden, una de las más felices por el resultado, aunque lo que quedó en los rollos de su cámara 35 milímetros, no fuera nada digno de un concurso sólo de la anécdota.