En mayo se cumplirá 10 años de no haber subido a un ring, pero sigue fresco el recuerdo de sus épicas noches en el cuadrilátero que paralizaron el corazón de propios y extraños. Se llama Israel Vázquez Castañeda, tiene 42 años, es originario de Azcapotzalco en la Ciudad de México, tuvo un récord de 44-5 con 32 nocauts y muchos le llamaban 'Magnífico'.
En el ring, fue un guerrero a carta cabal, probablemente el último de su clase.
Protagonista de dos peleas del año, Israel charló con ESPN sobre su historia, nos contó sus proyectos, su nominación al Salón de la Fama, de sus buenas y malas noches, de las batallas con Rafael Márquez y Óscar Larios. Se dio tiempo para opinar sobre la falta de entrega en el boxeo actual y cómo vive tras perder un ojo a causa del deporte, y también de su lucha día a día contra la esclerosis.
Este es el '¿Qué fue?' del gran Israel Vázquez.
¿Cómo ha estado Israel Vázquez tras su retiro?
Bien, gracias a Dios, ya pasaron algunos años. Contento, satisfecho con lo que se pudo lograr y contento porque la gente de alguna manera te sigue recordando y eso es algo por lo cual se lucha cada vez que subes al ring.
Hace poco te nombraron candidato para el Salón de la Fama …
Imagínate, tú sabes, a lo largo de la carrera se trabaja duro para lograr ciertas metas y después de llegar a esas metas, trabajas duro para ser inmortal. Ser Salón de la Fama sería un extra, donde todos queremos llegar por el trabajo arduo, el sacrificio que hemos hecho en la carrera. Si se puede, llegar, estaría maravillado. Ya fui nominado, pero estaban (Bernard) Hopkins, Juan Manuel (Márquez), la competencia era muy difícil.
¿Cómo resumiría ‘Magnífico’ Vázquez su carrera?
Pues creo que cada gota de sudor, levantarse temprano, cada entrenamiento, lo disfruté al máximo. Dicen que no veas un trabajo como una obligación sino como algo que te da para producir y lo vi de esa manera. Cada momento que sacrifiqué en mi vida personal para llegar a ser campeón y lograr que se logró, fue muy satisfactorio. Hice lo que tuve que hacer para llegar a ser lo que fui.
¿Cuál habrá sido tu mejor noche en el ring, alguna de la serie con Rafael Márquez?
Tuve varias, creo que las peleas con (Óscar) ‘Chololo’ Larios, la dos y tres, que me dieron la oportunidad de unificar los títulos del mundo. La segunda por la cantidad de golpes que tiramos, y porque estuvo catalogada dentro de los cinco años de ESPN 2 como la mejor pelea en la cadena, y estuvo nominada para pelea del año, pero fue la pelea de Barrera con Morales y se llevaron el reconocimiento. Incluyo también las peleas de Rafa y otros rivales. Pero si tuviera que elegir una, sería la segunda (contra Rafael Márquez), venía de un hándicap difícil, en la primera pelea me lastimó la nariz, venía de poco tiempo de recuperación y tenía lastimosamente lo de las cortadas. Por la cantidad de golpes, porque fue un buen plan de trabajo que hicimos con Rudy Pérez. Esa noche fue de las más importantes porque le gané a un gran peleador.
¿Y tu peor noche sobre el ring?
Sin duda alguna la cuarta pelea con Rafa, la última de mi carrera, mi peor noche. Estaba con un handicap en contra, estaba muy golpeado, tenía algunas facultades mermadas, pero consciente y bien preparado como para sacar la victoria y tal vez buscar ser campeón en esa división (peso pluma) y retirarme en unas dos peleas más como ganador. Pero no fue mi noche, Rafa cortó pronto mi ceja y eso fue un problema durante los dos rounds siguientes que ya no me pude recuperar.
¿Con quién se quedó ganas de pelear Israel Vázquez, quizá con Manny Pacquiao, con quien sparreabas?
Fíjate que no, Manny subió de división muy pronto. Yo dejé de ayudarle desde que peleó con Juan Manuel (Márquez) en súper pluma, ya era demasiado, yo soy chaparrito y aún así le ayudaba, pero ya la velocidad y ritmo de pelea, ya no lo aguantaba en ese peso. Yo creo que fue la pelea con Jorge Linares, se me hacía un buen peleador, había ganado a Óscar Larios para ser campeón de peso pluma, y sin duda alguna, era y sigue siendo un buen peleador, de élite, que en ese momento estaba ascendiendo y se notaba que iba a hacer historia.
A la distancia, ¿cómo ves la serie de cuatro peleas con Rafael Márquez?
Creo que esa es la que la gente más identifica. Yo recomiendo que vean la de Óscar Larios en 2002 por el título interino del CMB, tiramos más de tres mil golpes entre los dos. El otro día vi a Rafa. Susy Castillo nos propuso a Rafa y a mí una comida, se concretó y tuve la oportunidad de saludarlo. De vez en cuando nos comunicamos en Facebook, tengo buena comunicación con él, buen camarada. Todo lo hicimos bien, profesionalmente, arriba del ring el que acabara de pie, y abajo del ring: “sabes qué, buena pelea”, y reconociendo el trabajo. Llevamos buena relación, no tomamos café muy seguido pero cada que podemos chatear lo hacemos bien. No nos llevamos la rivalidad a la casa.
Y después de protagonizar esas peleas, ¿qué le hace falta al boxeo actual?
En mi caso, yo era de entregarme, incluso en el sparring. Cuando no tenía pelea, en el sparring casi nunca me pegaban, mi estilo era más de piernas, de moverme, aunque no pareciera, pero a la hora de la pelea me transformaba. Yo tenía que mostrarme y agradar al público. El boxeo en la actualidad nos está quedando a deber en cierto modo, los chavos no arriesgan demasiado, lo que provoca que la gente a veces vaya o no vaya. Hay peleas buenas, no puedo decir que todas son malas, pero la mayoría nos quedan a deber. Ahí deben poner mano dura los promotores para seguir llamando la atención de los fanáticos para que el boxeo no lo tomen como chiste. Dicen “ya sabemos el resultado, siempre se compran”, pero no, hay que tratar de que cada gota de sudor lo reflejen a la hora de la pelea.
¿Crees que hace falta más respeto al público por eso que dicen de entregarse en el ring?
Claro, siempre lo dicho. A pesar de lo que me pasó del ojo (perdió un ojo tras múltiples operaciones por un desprendimiento de retina), de la nariz rota, de todo eso, no me arrepiento ni un solo momento de lo que viví e hice, porque todo lo entregué en cuerpo y alma, por mí, por mi beneficio, pero también por la gente que pagaba un boleto y te apoyaba para que en la siguiente función te vuelvan a poner. Falta entregarse en cuerpo y alma, muchos pelean en marzo, y como no agradaste te vas hasta diciembre. No, la cuestión es darle a la gente las peleas que quiere para que te sigan llamando y te conviertas en campeón del mundo y sigas siendo recordado por mucho tiempo.
Ahora que mencionas lo del ojo, ¿cómo estuviste tras perderlo y cómo vas recuperándote de la esclerosis?
Lo del ojo está superado, tengo la prótesis, incluso en algunos videos que subo ya estoy más acostumbrado. Sigo teniendo los lentes, pero ya estoy adaptado. En realidad, no perdí completamente la visión, pero médicamente no estaba apto para cerrar el ojo y andar por la calle, lo cual me hacía ciego, pero con la prótesis estoy tranquilo. Me siento más seguro, ya ves que cualquier defecto que la gente tenga te baja la autoestima, pero no, ya lo logré superar. Y lo de la esclerosis es un problema que se quedará por siempre, nada más el tratamiento. En febrero me dijeron que estoy estable, nada más cosas de seguir tratamiento, me toca chequeo a finales de mayo, pero es bueno, entre más tiempo mejor. Perdí como 40 libras, prácticamente, y pues ahorita según la especialista estoy estable, pero recuperar mi masa muscular al 100 por ciento es difícil, fueron demasiadas libras, quizá pueda recuperar un 50 por ciento, y si se puede, más.
Finalmente, ¿qué proyectos tiene Israel Vázquez, hace años tenías un gimnasio?
Tengo un gimnasio más pequeño, el otro estaba muy grande, no logré lo que me propuse. Poner el gimnasio y lograr un campeón en menos de 10 años, pero no se pudo. Ahora hice un gimnasio más pequeño más dedicado al fitness, seguimos ahí tratando de que haya más actividad dentro del boxeo. El gimnasio se llama Magnífico Boxing Gym y está en Magnífico Boxing Gym en South Gate, California. No sé si más adelante llegue un boxeador profesional.