Nota del editor: Esta nota se publicó originalmente en marzo de 2021.
La rivalidad entre Muhammad Ali y Joe Frazier no terminó el 1 de octubre de 1975 con el tercer combate entre ambos en Manila. Además de continuar su batalla fuera del ring, hubo un capítulo adicional, menos comentado, con mucho menos glamour, pero con un toque de la intensidad que caracterizó la trilogía entre los grandes pesos pesados del Siglo XX.
El 8 de junio de 2001, Laila Ali y Jacqueline Frazier-Lyde, las hijas de los dos grandes rivales, se enfrentaron en un combate a ocho asaltos. La pelea Frazier-Lyde vs Ali fue promocionada como ‘Frazier-Ali 4, la nueva generación’, pero la rivalidad entre las dos, contrario a las de sus progenitores, duró una sola noche.
Cualquier pelea con los apellidos Ali y Frazier hubiese sido la estelar de un cartel en Las Vegas, el Madison Square Garden o, como lo demostró el ‘Thrilla en Manila’, en cualquier parte del mundo. El encuentro entre Ali y Frazier-Lyde no llegó a tales escenarios, pero pasó a la historia como la primera pelea entre mujeres televisada a través del sistema de pay-per-view, y sirvió de antesala a la exaltación del Salón de la Fama del Boxeo. La cartelera se celebró en el Turning Stone Resort & Casino de Verona, New York, a unos 10 minutos de la sede de los inmortales del boxeo en Canastota.
La hija de ‘Smokin’ Joe’, llegó al boxeo a los 38 años. Una ex jugadora de basquetbol en American University, abogada y madre de tres hijos, debutó en febrero de 2000, cuatro meses después del primer combate de Ali. Con una vida relativamente cómoda y saludable, una profesión que le daba estabilidad económica, ¿qué la llevó a subirse al ring? Sencillo: Laila Ali. Y no perdió tiempo en dejarlo saber.
Vea La Pelea del Siglo Ali vs. Frazier I
“Laila Ali, querías saber si yo era una boxeadora profesional; ahora lo puedes ver”', dijo Frazier-Lyde, inmediatamente después de noquear en su debut a Tela Reese. “Laila Ali, te patearé el trasero. Te estoy desafiando. Quiero la respuesta. No me hagas ir a buscarte”.
Laila, quien aparece en boxrec.com como de 5’10” (1.78 metros) de estatura, generalmente dominaba en estatura y alcance a sus rivales, incluyendo a ‘Sister Smoke’ Frazier de 5’9” (1.75 metros). Y con 23 años en el día del pleito, era 16 años más joven que su oponente.
Frazier puso en aprietos a Ali en un movido primer asalto. Los primeros tres capítulos fueron dignos de un combate de esos apellidos, con feroces y constantes intercambios. Ali tomo control de la pelea tras un sólido cuarto asalto, pero Frazier mantuvo la presión constante, como su padre en los tres combates con Ali. Al final, ambas dieron un gran espectáculo y Ali se quedó con la decisión mayoritaria en un combate que debe haber enorgullecido a sus legendarios padres, aun cuando Muhammad Ali no aprobó inicialmente la carrera de la octava de sus nueve hijos. La peleadora conocida como ‘She Bee Stingin’ fue favorecida en dos tarjetas 77-75, 79-73, mientras que un tercer juez la vio empate 76-76. Al menos, Frazier-Lyde pudo vanagloriarse de que con casi 40 años fue una de tres mujeres que le llegó la distancia a Ali.
¿Pelearon fuerte? No lo dudes. Frazier-Lyde salió con un ojo inflamado y según reportes, Ali sufrió una fractura de clavícula. Segun una nota reciente del Philadelphia Inquirer, ambas utilizaron armas que hicieron famosos a sus legendarios padre; Ali recurrió al jab picante que aprendió del genio de Louisville, mientras que Frazier-Lyde trato de definir con el legendario gancho de izquierda filadelfiano que ayudó a ‘Smokin Joe’ a terminar 27 de sus 32 victorias antes de límite.
Para Frazier-Lyde fue la octava pelea de 15 que realizó en su carrera profesional. Terminó con marca de 13-1, con 9 nocauts y un ‘no contest’, con un título semipesado en el camino antes de retirarse en 2004 y volver a su oficina de abogada. Más adelante se convirtió en juez municipal en Philadelphia, la ciudad natal de su padre.
Ali tuvo una carrera más larga y exitosa. En diciembre de 2020 fue exaltada al Salón de la Fama del boxeo, convirtiéndose en la única combinación de padre e hijo o hija de cualquier deporte en el mismo salón de la fama. Terminó con 24-0 (un récord invicto del que Muhammad Ali no pudo alardear) con 21 nocauts y ganó coronas mundiales en los pesos supermediano y semipesado.
Ali ganó la corona vacante femenina supermediana de la Asociación Internacional de Boxeo al noquear en dos rounds a Suzette Taylor. Luego, se quedó con todas las coronas del peso al noquear en el octavo asalto a Valerie Mahfood en una pelea unificatoria el 8 de noviembre de 2002. Aun con la importancia de ese combate, apenas fue semiestelar en una cartelera celebrada en el Stratosphere Hotel & Casino de Las Vegas. ¿La estelar? Un combate del peso crucero entre O’Neill Bell y Arthur Williams por el título crucero de la North American Boxing Federation.
En 2002, demolió en cuatro asaltos a la legendaria Christy Martin, la figura más visible de la época y de quien, según la propia Ali, se inspiró para dejar un negocio próspero y entrar en el mundo del boxeo.
¿Por qué no hubo una segunda pelea? Después del combate, Frazier-Lyde pensó que la decisión fue injusta y reclamó una revancha, pero nunca llegó a concretarse. Al menos, en una noche, lo dejaron todo en el ring.