Josh Taylor posee todos los títulos mundiales en el peso welter junior, pero insiste en que tiene hambre de más mientras apunta a la división de peso welter después de la pelea del sábado con Jack Catterall (5 p. m. ET por ESPN+).
Taylor, conocido como "The Tartan Tornado", ha estado privado de apoyo local desde 2019 debido a las restricciones del coronavirus, y espera con ansias su primera pelea en Escocia desde que venció a Ivan Baranchyk en Glasgow, para comenzar su reinado como campeón mundial.
Taylor (18-0, 13 KOs), de 31 años y natural de Edimburgo, defiende sus títulos de peso junior welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Asociación Mundial Boxeo (AMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB) contra su compañero zurdo Catterall (26-0, 13 KOs), de 28 años y oriundo de Chorley, Lancashire, después de unificar cinturones a través de una victoria unánime por puntos sobre el californiano José Ramírez, en mayo.
Para volver a tener una pelea tan grande como la que tuvo contra Ramírez, Taylor tendrá que subir una división, algo que planea hacer siempre que venza al retador inglés Catterall.
La división de peso welter está repleta de talento, como el No. 1 libra por libra y campeón de la OMB Terence Crawford, el campeón de la FIB-CMB Errol Spence, el monarca de la AMB Yordenis Ugás, Vergil Ortiz Jr., Jaron Ennis y Keith Thurman.
Taylor dice que la perspectiva de peleas más grandes más allá de Catterall significa que no le ha faltado motivación para el sábado, incluso si no es tan prestigiosa como su última presentación.
"Realmente es bastante fácil [mantenerse motivado] porque él viene a tomar algo que he trabajado tan duro para lograr y tiene la oportunidad de hacerlo en una pelea, ganar el premio gordo", dijo Taylor a ESPN.
"Todavía tengo grandes objetivos que quiero lograr en el deporte. Quiero estar en la cima el mayor tiempo posible y tengo un gran deseo de seguir siendo el líder en esta división de peso, pero siento que he logrado mucho en esta división de peso ahora y todo lo que queda por hacer es defender los títulos una y otra vez.
"Quiero lograr más en el deporte que eso y agregar más títulos a mi nombre, para convertirme en un campeón mundial indiscutible de dos pesos, que es algo que nadie ha logrado en este país. Esos son objetivos enormes y así es cómo me mantengo hambriento, todavía tengo estas cosas que quiero lograr.
"Hay grandes peleas para mí en el horizonte. Quiero ser el mejor de Gran Bretaña en la historia reciente y para lograrlo tengo que asegurarme de que nada salga mal en mi próxima pelea".
La reciente demanda de Crawford contra la promotora Top Rank, que promueve tanto al estadounidense como a Taylor, no le ha dado motivos a Taylor para no pensar en una futura pelea con el nativo de Nebraska.
"No, no es así, sigue siendo una pelea que es bastante fácil de hacer", dijo Taylor.
"Solo porque algo así está sucediendo, todavía es una pelea que podría hacerse".
Taylor, que ha estado entrenando en Inglaterra con el coach Ben Davison, espera volver a escuchar algunos aplausos en The SSE Hydro en Glasgow el sábado, el mismo lugar donde fue coronado campeón mundial por primera vez.
"No puedo esperar para boxear frente a mis propios fanáticos nuevamente, es aún mejor ahora porque se han levantado todas las restricciones de COVID-19 y es la primera vez que boxeo en casa en algunos años", dijo.
"De hecho, no he boxeado frente a una multitud desde que vencí a Regis Prograis en Londres en mayo de 2019. Mis últimas dos peleas han sido a puerta cerrada y luego con una multitud limitada, cuando ninguno de mis fanáticos de casa pudo viajar para verme pelear contra Ramírez debido a las restricciones del coronavirus, lo cual fue realmente frustrante para ellos y para mí".
Catterall nunca antes ha boxeado por un título mundial, ni se ha enfrentado a un oponente de élite, pero Taylor cree que presenta un desafío mayor de lo que mucha gente espera.
"Es muy buen boxeador, no ha boxeado al nivel que yo tengo como profesional, pero eso es porque no ha tenido la oportunidad", dijo.
"Tiene un buen coeficiente intelectual de boxeo, es muy vivo en el ring y tiene una mano bastante dura, así que tendré que respetar eso en la noche. Tengo una pelea más difícil en mis manos de lo que la gente espera".