El piloto de McLaren sufre con su auto, mientras su compañero Oscar Piastri ganó tres carreras y lidera el Mundial.

Su semblante risueño no cambia jamás. Así se mostró Lando Norris, sentado en el sillón de la sala de conferencias, durante la atención a la prensa previa al arranque del GP de Miami, sexta fecha de F1. El inglés llega enroscado en sus propia incertidumbre y nublado en una catarata de errores que tuvo como último capítulo el choque contra un muro de Jeddah durante su primer intento lanzado de Q3. El cuarto lugar final no le alcanzó para defender la punta, que quedó en poder de Oscar Piastri, su compañero en la escudería de Woking, quien, además, ganó tres de las cinco carreras disputadas y mostró una entereza mental enorme en comparación con su endeblez emocional.

Norris le apunta a su MCL39 como uno de los factores que lo llevan a su inconsistencia actual. Entonces, ¿por qué Piastri no muestra inconvenientes, se trata de los estilos de manejo? “Es una pregunta difícil de responder. Sí, muy difícil de responder. Creo que hay ciertas cosas que no me permiten sentir lo que necesito. Y esas cosas son las que me permiten conducir al nivel que puedo: conseguir pole positions e ir al máximo nivel en las carreras. Son detalles. No es que sea imposible conducir de repente. Es solo que, en la clasificación, la diferencia es de centésimas, milésimas de segundo. De eso me quejo. Y nada más. Así que sí, probablemente no pueda responder con un sí o un no. Creo que quizás Oscar se adapta con más naturalidad. Y también creo que es responsabilidad del piloto adaptarse al coche que le den. Pero hay que hacer concesiones. Y el equipo también está ahí para ayudarte a sacar el máximo partido al coche”, explicó.

Norris se sentía mucho más cómodo con el MCL38, el auto de 2024. “Es evidente que ha habido algunos cambios. Y puede que simplemente le convengan a Oscar, o que Oscar realmente haya hecho un mejor trabajo de adaptación. Entonces no me corresponde a mí saberlo, ni intentar averiguarlo, ni perder el tiempo en ello. Pero sí, a mí me ha afectado un poco más. Y no estoy pudiendo rendir al nivel que tenía al final de la temporada pasada. Que creo que es mi mejor nivel. Tenemos el simulador y demás. Y no hubo nada que realmente indicara mucho al respecto".

Por supuesto, el chasis de este año es una versión mejorada de la del año pasado y Norris lo reconoció: “Sabíamos que sería un paso adelante. Sabíamos que sería más rápido. Pero hasta que realmente lo pones en práctica y conduces en diferentes circuitos, no se termina de saber. Hay pistas en las que me sentí mejor y en otras me faltó sensibilidad. Estoy trabajando en mis cosas. Estoy trabajando en qué mejorar y tratando de entender todo lo que necesito mejorar. No es por falta de velocidad ni de habilidad. A menudo he liderado la Q1 y la Q2, pero siempre que llego a la Q3, las cosas no salen como estaba previsto. Así que sí, creo que hay cosas en la conducción y otras en el coche que no han encajado. Pero estoy trabajando en ello y espero que este fin de semana pueda ponerlo en práctica”, avisó.