MIAMI -- El debate fue incansable en las semanas previas al Draft de la NFL.
Los Bengals sabían que tenían que proteger a su joya más preciada Joe Burrow, sobre todo teniendo en cuenta que venía de sufrir una rotura de ligamentos cruzados en la rodilla
Cincinnati tenía la quinta selección del draft, y el tackle ofensivo Penei Sewell, de la Universidad de Oregon, parecía ser la opción con mayor sentido.
Pero en el otro lado del espectro apareció una opción por demás tentadora. El ex receptor abierto de la LSU y compañero de Burrow en su tiempo universitario, Ja´Marr Chase.
En el papel era una mancuerna ideal, pero los Bengals se debatían entre suplir una necesidad urgente, o ir por quienes ellos consideraban era la mejor opción disponible.
Looking back. Thinking forward. pic.twitter.com/DC7KojjiYc
— Cooper Kupp (@CooperKupp) February 2, 2022
“En mi opinion, Chase es el mejor receptor en salir de la Universidad en los últimos tres años”, sentenció el coordinador ofensivo de los Bengals, Brian Callahan. “Es tan explosivo que creíamos que era el jugador que podia terminar hacienda la diferencia en nuestra ofensiva”.
Chase respondió con 81 atrapadas para 1455 yardas y 13 touchdowns, y rompió el récord de franquicia de yardas por aire que le pertenecía a Chad Johnson.
La capacidad que tiene para ganar los ovoides 50/50 y de acumular yardas después de la recepción, te dejan con la boca abierta.
Pero aún más importante para los Bengals, es que se ha crecido cuando su equipo más lo necesitaba.
En la semana 17, los Bengals necesitaban el triunfo ante los Chiefs para asegurar su boleto a la postemporada, y Chase respondió con 11 recepciones para 266 yardas y tres touchdowns.
No quedan dudas de que a Cincinnati le hubiese venido bien un tackle ofensivo franquicia, considerando que la línea ofensiva ha sido es eslabón débil de los Bengals. Pero tampoco quedan dudas de que Chase tiene el potencial para ser uno de los mejores receptores de la NFL durante muchos años.
La química con Joe Burrow, con quien ya brillaron juntos para darle el campeonato a LSU en 2019, es evidente.
Y cuando sumamos a las otras dos terceras partes de este cuerpo de receptores, es que la ofensiva de los Bengals por momentos se vuelve un acertijo indescifrable.
Tee Higgins fue seleccionado al tope de la segunda ronda en el draft anterior a Chase, y rápidamente se ha establecido como un arma confiable para Burrow.
Con tamaño idóneo para ser factor en la zona roja, Higgins se siente cómodo fuera de los números, y cuando su equipo lo necesitó en el centro del campo tras la lesión del ala cerrada C.J. Uzomah, respondió con creces.
Con apenas 22 años de edad, Higgins sobrepasó los 200 objetivos, las 2000 yardas por aire y la decena de touchdowns en sus primeras dos temporadas.
Tyler Boyd es el “anciano” del grupo con 27 años, pero no deja de ser un lujo que se dan los Bengals como tercer objetivo.
Pese a haber convivido con la mejor versión de A.J. Green en su inicio de carrera en la NFL, Boyd se las ingenió para tener dos temporadas de más de 1000 yardas en el 2018 y en el 2019.
Y en las últimas dos campañas, a pesar de tener otro rol, superó los 200 objetivos, las 150 recepciones, las 1700 yardas por aire y finalizó con 9 touchdowns. Boyd es sinónimo de consistencia.
“Sinceramente creo que tenemos el mejor trio de receptores de la NFL”, enfatizó el mariscal Joe Burrow. “Hacen mi trabajo mucho más fácil”.
Los Bengals podrán gozar de este trio de receptores durante al menos dos temporadas más. Tras el 2023, tanto Higgins como Boyd se convertirían en agentes libres.
El contrato de novato de Chase expiraría en 2024, pero cada vez está más claro que la idea de los Bengals es retener a al menos dos de lost res receptores a largo plazo.
Mientras tanto, aprovechando la capacidad que tiene tanto por tierra como por aire Joe Mixon, los Bengals sienten que pueden ser una de las ofensivas más explosivas de la NFL.
La potencial baja de C.J. Uzomah para el Super Bowl LVI los afecta, pero no hay muchos equipos que tengan la profundidad que tienen los Bengals entre sus receptores.
A esta altura del partido, si bien la línea ofensiva sigue siendo un área de déficit, el debate parece haberse termiando.
Chase mostró tener pasta de estrella y los Bengals están en el Super Bowl.
Y aunque pocos se animen a decirlo, tienen quizás el mejor trio de receptores abiertos de la NFL.