El seleccionado argentino juvenil levantó la Copa del Mundo tras imponerse por 4-2 ante su par de Alemania en la final celebrada en el Kalinga Stadium. De esta forma, repitieron lo conseguido en esta competencia en Rotterdam 2005 y sumaron el segundo título en esta categoría masculina.
La eficacia les sonrió a los argentinos y los tres cortos que tuvo el equipo terminaron con la bocha dentro del arco. El cordobés Lautaro Domene logró precisión en sus tiros y canjeó los tres por goles (a los 10 minutos, a los 25, y luego a los 50 para el 3-2)
Argentina le cerró los caminos a su contrincante, tapándole sus circuitos de juego y obligando a buscar otras variantes. El entrenador, Lucas Rey, había mencionado antes de partir hacia la India que el conjunto alemán era el equipo a vencer. Si bien el encuentro en la zona de grupos no fue el esperado (Argentina cayó por 3 a 2), le sirvió a la delegación nacional para comprender cómo debía enfrentar este partido y poder anular las virtudes de su rival.
En el segundo tiempo el equipo europeo cambió el libreto y cortó con la pasividad en su juego para buscar las opciones que no pudo conseguir en los primeros cuartos. Aparecieron así los dos goles que pondrían la igualdad en 2 a 2: Hayner a los 36 minutos y Pfandt a los 50.
Para cerrar el encuentro Alemania sacó el arquero y Franco Agostini -a falta de un minuto- aprovechó para poner el 4 a 2 definitivo. El festejo fue un mensaje a quienes los inspiraron el Río 2016, y copiaron aquella imagen de Agustín Mazzilli y Manuel Brunet sentados en el arco.
Los Leoncitos, otra vez, levantan la Copa del Mundo Junior.