Para Carlos Alcaraz será apenas su segunda visita al polvo de ladrillo de Roland Garros. Sin embargo, sus recientes actuaciones en el circuito ya lo posicionan como uno de los grandes candidatos a quedarse con la corona.
Hace un año, cuando llegó como 97 del mundo, ya dejó su huella, convirtiéndose en el primer tenista procedente de la fase previa que alcanzaba la tercera ronda desde 1992. Los espectadores recuerdan la potencia de sus zarpazos, una fuerza que no supo canalizar en el duelo contra el veterano alemán Jan-Lennard Struff, su verdugo.
El de 2022 es otro Alcaraz, más asentado entre los mejores, que afronta el torneo desde el puesto 6 del ranking y con cuatro torneos en un solo año, entre ellos sus dos primeros Masters 1000.
Si la victoria en Miami tuvo tintes épicos, la de Madrid lo propulsó a otra galaxia, porque en el camino dejó a Rafael Nadal, a Novak Djokovic y a Alexander Zverev en la final, lo que le convirtió en el jugador más joven en derrotar, en un mismo torneo, a tres "top 5".
El español llega también como el mejor tenista sobre tierra batida desde hace un año, con 23 triunfos y solo tres derrotas, una sola de ellas concedida en 2022, frente al estadounidense Sebastian Korda en segunda ronda de Monte-Carlo.
Alcaraz no oculta su ambición, pero sabe que este Roland Garros puede ser decisivo para su futuro, marcar en cierta forma su carrera. En París ya ha tenido que forjar su carácter. El duelo contra el francés Hugo Gastón, con todo el público en contra, es de los que endurece su personalidad. La de un candidato. La de un favorito...