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Mark Edmondson: el outsider que triunfó en el Abierto de Australia 1976

Mark Edmondson no era conocido en el mundo del tenis hasta antes del Abierto de Australia de 1976. Nacido en Gosford (Nueva Gáles del Sur) en 1954, este tenista quedó inmortalizado en la historia del deporte blanco por poseer uno de los récords (casi) insuperables que aún hoy se mantienen vigentes: ser el jugador de ranking más bajo en ganar un torneo de Grand Slam.

En sus inicios como tenista, Edmondson había tenía tenido que realizar trabajos paralelos para poder solventarse su carrera como profesional. Entre las tareas ocasionales que ejercía, llegó a limpiar pisos de hospitales para costearse sus primeros viajes, que solo realizaba dentro de Australia. Hasta 1976 solo había participado en cinco torneos ATP, algunos torneos menores y dos Grand Slam: el Australian Open y Wimbledon, su primer viaje fuera de la isla.

Sus resultados no eran alentadores ya que de 17 partidos solo pudo triunfar en ocho y con una sola victoria ante un jugador del Top 100. Esto, por supuesto, se vio reflejado en el ranking mundial que había comenzado a regir tres años antes y que lo tenía como el jugador número 212 del planeta a fines de 1975. Con ese panorama para nada alentador, parecía más que imposible que, quien por ese entonces contaba con solo 21 años, levantara uno de los torneos más importantes del mundo del deporte.

En aquella época, en la previa al Abierto de Australia, los candidatos eran todos tenistas locales: Ken Rosewall, John Newcombe y Tony Roche. El mejor extranjero preclasificado (N°4) era el estadounidense Stan Smith, quien se ubicaba como número 21 del mundo. Cabe destacar que a este torneo no asistieron grandes estrellas de ese tiempo como Jimmy Connors, Guillermo Vilas, Bjorn Borg, Arthur Ashe o Manuel Orantes, siendo todos ellos integrantes del Top 5 al cierre del ranking de 1975.

De los 64 jugadores participantes, solamente 21 eran extranjeros, siendo algo totalmente impensado en los tiempos actuales. Además, entre los mejores 16 preclasificados, 13 eran australianos. Las únicas excepciones foráneas eran el mencionado Smith, el norteamericano Charlie Pasarell y el sudafricano Ray Moore. Otro dato no menor es que, del Top 10, el único en jugar fue Ken Rosewall.

Con este panorama, en el Kooyong Lawn Tennis Club de los suburbios de Melbourne se puso en marcha la edición 1976 del Abierto de Australia, que tuvo otro dato curioso: pese a corresponder al mencionado año, su inicio se dio en diciembre de 1975. Es decir, comenzó en un año y finalizó en el otro. Pero volviendo a nuestro protagonista, Mark Edmondson debutó frente al austríaco Peter Feigl, a quien derrotó por 6-1, 4-6, 7-6, 4-6 y 6-1 en un encuentro que fue una verdadera montaña rusa.

La suerte del debut de no medirse ante un cabeza de serie generó que recién en segunda ronda pudiera jugar ante un rival de mayor fuste. En este caso su oponente fue Phil Dent, número 33 del planeta en aquel entonces. Pero pese al pronóstico desalentador, Edmondson dio el primer batacazo de su vida y lo derrotó por un contundente 6-0, 6-4, 4-6 y 6-3. Luego seguiría otra seguidilla de triunfos ante jugadores del Top 100 (Brian Fairlie y Dick Crealy) hasta llegar a las semifinales del torneo, en la cual se vería las caras ante el primer Top 10 de su vida: Ken Rosewall.

El número seis del mundo, quien contaba con 41 años mientras disputaba el Abierto de Australia, ya era una leyenda del deporte en su país y había ganado 41 trofeos a lo largo de su carrera, de los cuales ocho eran de Grand Slam. Una historia contada por el propio Mark es que, previo a jugar su primer partido en la cancha central de Kooyong, John Newcombe le preguntó si alguna vez había jugado allí, por lo que ante la negativa respuesta de Edmondson, Newcombe le dio un par de consejos.

Siguiendo o no las sugerencias del siete veces ganador de torneos major y vencedor justamente de la última edición del Abierto de Australia, Edmondson brindó una de las sorpresas más grandes en la historia del tenis y derrotó a Rosewall por 6-1, 2-6, 6-2 y 6-4. Y como si de un cuento de hadas se tratase, el joven de 21 años que entró por la ventana al certamen (NdR: ingresó gracias a la baja de un tenista una hora antes del sorteo) y tenía trabajos paralelos para costearse su gira profesional de tenis, terminó en la gran final del Australian Open.

Según le relató a CNN en una entrevista en 2016: "No tenía nada que perder. Nunca había jugado con él antes, pero lo había visto cientos de veces. Decidí servir a su revés, porque luego, cuando lo devolvió, lo jugué con su derecha, que supuestamente era mediocre en comparación con ese increíble revés. De alguna manera funcionó, entonces mi mente se relajó y no me preocupé por la final. ¡Había vencido a Ken Rosewall!.

¿Su rival en la definición? Nada más ni nada menos que quien unos días antes le había dado un par de consejos: John Newcombe. El mismo que previamente lo había ayudado, declaró antes de la gran final: "Hoy venció a Ken, pero no se da cuenta de que tiene que jugar contra John Newcombe mañana". Para Edmondson, aquella declaración fue "un poco grosera".

El partido se jugó bajo un clima totalmente desopilante. Durante el enfrentamiento, 130 personas fueron tratadas durante los dos primeros sets a causa del calor que hacía en Melbourne aquel día. Posteriormente, el encuentro tuvo que ser interrumpido por una tormenta que azotó el lugar. En cuanto al juego, hasta la suspensión, marchaban igualados con un set por lado: 7-6 para Newcombe y 6-3 para Edmondson. Tras la reanudación, lejos de haberse enfriado o distraído por la falta de experiencia, quien ocupaba la posición número 212 del planeta sacó adelante el encuentro y ganó los dos sets restantes por 7-6 y 6-1.

"Es demasiado bueno para creer. Creo que podría tener un par de botellas de champán esta noche" le declaró al New York Times después de lograr una de las gestas más importantes en la historia del tenis. Ubicado en el puesto 212, Mark Edmonton es el jugador de menor ranking en la historia en levantar un trofeo de Grand Slam además de ser el último australiano en ganar el Abierto de Australia, por lo que lo hace doblemente especial.

La carrera de Edmondson continuó posteriormente con cinco trofeos más para sus vitrinas (Brisbane 1976, 1978, 1981, Adelaida y Bristol, también en 1981). Además llegó a estar entre los mejores 15 del planeta en 1982 y se dio el gusto de ganar 34 galardones en dobles con parejas como Kim Warwick, Sherwood Stewart o John Marks.

Con el correr del tiempo, su corona en el césped de Kooyong se vuelve aún más increíble. Ningún tenista ha logrado algo relativamente cercano a su historia y, con la profesionalización del deporte en las últimas tres décadas, parece imposible que alguien vuelva a reescribir una de las historias más increíbles en el mundo del tenis.