Clarito, clarito. Como si estuviese en Buenos Aires o en Córdoba. El amor por Novak Djokovic trasciende fronteras, banderas y continentes y en pleno Rod Laver Arena se escuchó un grito familiar. Familiar por el tono de voz: "El número uno, Nole".
Andrey Rublev se disponía a sacar en un momento delicado del tercer set del duelo de cuartos de final y el silencio permitió distinguir al fan argentino del serbio.
El resto es historia. Triunfo, décima semifinal en Australia y a pensar en Tommy Paul. El rival que lo separa de la gran final del Australian Open 2023.