Carlos Alcaraz nació para hacer historia. A los 19 años, conquistó el Abierto de los Estados Unidos y se convirtió en el N°1 más joven de la historia. Con toda una carrera por delante, y con una experiencia valiosísima consigo, cederá la primera posición ante Novak Djokovic o Stefanos Tsitsipas (el que gane el Abierto de Australia se quedará con el ansiado puesto).
Su camino comenzó oficialmente el 12 de noviembre del año pasado y concluirá el 30 de enero de 2023. ¿En el medio? 20 semanas como líder absoluto, las mismas que Mats Wilander. En la cima del ranking jugó tan solo diez partidos con un saldo de seis victorias y cuatro derrotas. Sus mejores torneos dentro de esta etapa fueron el ATP 500 de Basilea dónde hizo semifinales y el Masters 1000 de París dónde alcanzó los cuartos de final.
Su travesía como número 1 no salió de la mejor manera. En París se tuvo que retirar durante el partido ante Holger Rune por una molestia abdominal. Esa misma se convirtió en una lesión, la cual no le permitió competir en las ATP Finals y las finales de la Copa Davis.
Lamentablemente, el 2023 tampoco comenzó con el pie derecho. A pocos días de que comience el Abierto de Australia, anunció que sufrió una lesión en el músculo semimembranoso de la pierna derecha por lo cual no iba a poder ser de la partida y tampoco sumar puntos para el ranking.
Recuperado y como nuevo 2° del mundo, participará en la Gira Sudamericana sobre polvo de ladrillo con un objetivo en claro: recuperar la cima. El murciano está anotado para jugar el Argentina Open (ATP 250) y el Río Open (ATP 500).