Taylor Fritz es, de un tiempo a esta parte, uno de los mejores jugadores del circuito. Absolutamente instalado en la élite del tenis por su adaptabilidad a las distintas superficies no para de cosechar mejoras en su rendimiento en los grandes torneos.
Su clasificación a semifinales en Wimbledon es un fiel reflejo sumado a su actualidad en la gira sobre césped. Desde el 11 de junio (momento en que se calzó las zapatillas con tapones) festejó en 13 de los 14 partidos que jugó. Solo perdió con Corentin Moutet en un debut algo polémico de Queen´s. El estadounidense ganó los títulos en Stuttgart y en Eastbourne antes de llegar a Londres, ciudad en la que ya se impuso en cinco partidos.
Superó dos duelos a cinco sets, contra Giovanni Mpetschi Perricard y Gabriel Diallo, y desde entonces doblegó a Alejandro Davidovich, se aprovechó del retiro de Jordan Thompson en octavos y acabó con Karen Khachanov para estar por primera vez en su carrera entre los cuatro mejores del Grand Slam más tradicional de todos.
Suma sus segundas semifinales de un Major, después de las del pasado Abierto de Estados Unidos en el que cedió en la final contra Jannik Sinner, y va por más.
El otro que bien puede adjudicarse dicha "medalla" es Carlos Alcaraz. Con su corona en Queen´s en su primer contacto con el pasto y un andar supremo en el All England Club puede soñar con repetir.
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