Las dos caras de la moneda. Éxtasis al máximo nivel por un lado y desazón absoluta por el otro. El italiano Flavio Cobolli (22°) protagonizó un gran gesto de deportividad con el belga Zizou Bergs (86°) luego de vencerlo 6-3, 6-7 (5) y 7-6 (15) en una dramática definición para clasificar a su nación por tercera edición al hilo la final de la Copa Davis.
Pese a las sensibles bajas de Jannik Sinner (2°) y Lorenzo Musetti (8°), el combinado local volvió a apoyarse en las condiciones del romano Matteo Berrettini (56°) y del florentino en cuestión, prescindiendo de los servicios de los talentosos doblistas Simone Bolelli (13°) y Andrea Vavassori (14°), tal como en el cruce contra Austria por los cuartos de final, al imponerse versus Raphael Collignon (86°) en sets corridos y ante el mencionado Bergs en una verdadera batalla, respectivamente.
The highs and lows of sport ⬆️⬇️
— Davis Cup (@DavisCup) November 21, 2025
Flavio Cabolli comforts his opponent Zizou Bergs 😢#DavisCup pic.twitter.com/7bPJFCPkHF
Sin embargo, después de desatarse la algarabia total en el SuperTennis Arena de Bolonia, el dueño de dos títulos en el circuito masculino, que salvaría siete match points en un tiebreak para atesorar por largo rato y rompería su remera en pedazos en búsqueda de liberar la energía contenida durante más de tres horas de partido, exhibiría su don de persona con su rival de turno al acercarse al banco, brindarle unas cálidas palabras y ofrecerle un abrazo mientras lloraba desconsoladamente.
De esta manera, el último cuartofinalista de Wimbledon, que no registraba antecedentes en el tradicional evento de naciones y asumió sin inconvenientes la presión generada en torno a la ausencia de los dos mejores embajadores de su país, dejó en claro que siempre hay un tiempo para el fairplay y buscará grabar su nombre a fuego este domingo, cuando enfrente al segundo singlista del ganador del duelo entre España y Alemania.