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¿Por qué Roland Garros 2021 quedará en la historia?

La edición 2021 de Roland Garros no fue una más, ni en el polvo de ladrillo de París ni en cuanto al resto de trofeos del Grand Slam. Este torneo fue, por varios condimentos, de los más destacados en las últimas décadas.

El certamen comenzó, en la previa, con la noticia de que Roger Federer (8°) volvería a decir presente en la capital francesa y disputaría un major luego de un año y medio. Es que el suizo, debido a sus dos operaciones en la rodilla derecha (doble artroscopía), se perdió la edición 2020 del torneo parisino, el US Open 2020 y el Abierto de Australia 2021.

Su vuelta generó mucha expectativa y mostró a un Federer mucho más sólido que en sus presentaciones anteriores (Doha y Ginebra) pero al alcanzar la cuarta ronda de Roland Garros, su cuerpo le dijo basta. "Luego de dos cirugías de rodilla y más de un año de rehabilitación es importante que escuche a mi cuerpo y estar seguro de no exigirme muy rápido en mi camino a la recuperación. Estoy emocionado de haber ganado tres partidos. No hay mejor sentimiento que estar de vuelta en el circuito. ¡Nos vemos pronto!" manifestó el suizo al anunciar su retiro del torneo.

Durante el transcurso del torneo se dio un hecho también particular y sorpresivo: la derrota de Rafael Nadal (3°) en el patio de su casa. El manacorí, que lleva acumulados 13 trofeos de Roland Garros e iba camino a su 14° título, fue frenado por Novak Djokovic en las semifinales. El dato se vuelve más impactante cuando el propio Nadal, luego de ganar el primer set, se había adjudicado los 97 partidos que había disputado, es decir, nadie había podido remontar un partido de esa manera ante él. Pero el serbio lo hizo posible: 3-6, 6-3, 7-6 (4) y 6-2 fue el resultado final.

"El hecho de haber afrontado al mejor rival en una pista donde ha conseguido tantos éxitos en 15 años es increíble. Además el ambiente ha sido extraordinario. Será una de esas noches de las que te vas a acordar siempre", dijo el serbio luego del partido, que será recordado como uno de los mejores de toda la historia de Roland Garros por la calidad de los puntos y por la tensión que se vivió durante el juego.

Además hay que remarcar que Nadal tiene solo tres derrotas sobre el polvo de ladrillo de París: 2009 ante Robin Soderling en los octavos de final, 2015 contra Novak Djokovic en los cuartos de final y la ya mencionada en la edición 2021. Por eso es que, sin dudas, el destrono del rey de París fue uno de los hechos más rutilantes del certamen.

En cuanto al cuadro femenino, los hechos destacables estuvieron, primero, con la eliminación de Serena Williams (8°) a manos de Yelena Rybakina (22°) en la cuarta ronda, lo que la privó de su Grand Slam N°24 e igualar el récord de Margart Court, y la derrota de la campeona defensora, Iga Swiatek (9°) a manos de Maria Sakkari (18°). Además se dio un hecho muy particular y es que fue la segunda vez en la historia que las cuatro semifinalistas de un torneo del Grand Slam femenino debutaban en dicha instancia. Las jugadoras fueron la mencionada Sakkari (18°), Anastasia Pavlyuchenkova (32°), Tamara Zidansek (85°) y Barbora Krejcikova (33°). La última vez en la historia que esto ocurrió fue en 1978 con Diane Evers (ex N°42), Chris O'Neil (ex N°80), Christine Dorey (ex N°82) y Betsy Nagelsen (ex N°25).

Párrafo aparte para Krejcikova que fue, sin dudas, la revelación de Roland Garros. La checa, previo a este torneo, solo contaba en su haber con un torneo WTA (un 250 en Estrasburgo obtenido una semana antes de su participación en París) y tenía cuatro participaciones en torneos del Grand Slam. Pero contra todo pronóstico derrotó a jugadoras importantes como Elina Svitolina (6°) o Coco Gauff (25°) en su camino al título. Su emoción al final del torneo, que se lo dedicó a su ex entrenadora (Jana Novotna, fallecida en 2017), fue el momento más emotivo. "Fue una gran deportista, muy humilde y me gustaría ser como ella" manifestó.

Pero la checa no se conformó con hacer historia en singles, sino que también lo hizo en dobles. Junto a Katerina Siniakova (75°), Krejcikova se deshizo de Iga Swiatek y Bethanie Mattek-Sands en sets corridos por 6-4 y 6-2. ¿Pero es normal obtener un trofeo de Grand Slam en singles y dobles? Claro que no. La checa batió un récord que no se lograba en París desde el 2000 con Mary Pierce (Ex N°3 del mundo) y en general desde 2016, cuando dicha marca fue conquistada por Serena Williams en Wimbledon.

En este repaso tampoco nos podemos olvidar del jugador que ilusionó a toda Grecia: Stefanos Tsitsipas. Es que el ateniense, de solo 22 años, logró transformarse en el finalista más joven de Roland Garros desde que lo hiciera Rafael Nadal en 2008 y en el más joven en cuanto a finales en general desde lo hecho por Andy Murray en el Abierto de Australia 2010. Su emoción se vio reflejada luego de lograr esto al recordar a su entrenador de pequeño: "Ha sido el torneo favorito de mi entrenador. Yo crecí con él. Es un torneo que siempre seguimos, siempre miramos. Sobre todo estaba emocionado por ponerme en esa posición. Estaba un poco emocionado por él. Estoy bastante seguro de que está muy orgulloso de mí hasta ahora" manifestó el griego.

Pero pese al envión que venía teniendo en el certamen luego de derrotar a jugadores como Alex Zverev (6°) y Daniil Medvedev (2°), fue frenado por el mejor jugador que tiene hoy por hoy el circuito masculino: Novak Djokovic. El número uno del ranking mundial fue capaz de sobreponerse a los dos sets ganados por Tsitsipas y se terminó llevando la gran final en cinto sets (algo que no ocurría desde hacía 17 años cuando Gastón Gaudio venció a Guillermo Coria) y ganó su 19° trofeo del Grand Slam.

Levantar la copa de los mosqueteros seguramente no haya sido como levantar cualquier otro para el serbio. Es que su obtención significa estar a un solo paso de igualar a sus grandes rivales: Rafael Nadal y Roger Federer. Tanto el español como el suizo cuentan con 20 majors cada uno y el serbio es el principal favorito a llevarse tanto Wimbledon como el US Open.

Por último no está de más destacar la gran participación de la gente. En medio de una temporada en la que el Covid-19 no da tregua, Roland Garros habilitó la asistencia de público y colmaron, cada vez que pudieron, las canchas de París. "Tendremos que volver a acostumbrarnos a jugar con público" había dicho Nadal durante el torneo. Por eso (y por ellos), esta edición de Roland Garros será recordada por mucho tiempo y tendrá una vara muy alta y difícil de superar.