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Bryce Harper, Vlad Guerrero Jr. y los prospectos más publicitados en la historia de Grandes Ligas

Rob Tringali/SportsChrome/Getty Images

Como es obvio, nos encantan los prospectos dentro de las organizaciones del Béisbol de Grandes Ligas. Quizás no sea justo prestarles tanta atención y que hagamos comentarios sin sentido; por ejemplo, cuando comparamos a un joven pelotero con Ken Griffey Jr., o decimos que este chico lanza más fuerte que Nolan Ryan; por lo tanto, sugerimos que él podría convertirse en el próximo Nolan Ryan. Sin embargo, lo seguimos haciendo, porque nuestros ansiosos ojos nos hacen olvidar el hecho de que el béisbol es un deporte difícil en el cual el estrellato futuro no está garantizado para nadie, sin importar lo hermoso de un swing o lo veloz de una recta.

A continuación, presentamos nuestra lista de prospectos más publicitados de las Mayores, clasificados en dos niveles, concentrándonos en la época transcurrida desde el momento de la elección de cada pelotero en el draft y su ascenso a Grandes Ligas. Nos inclinamos por la presencia de prospectos de las dos últimas décadas, en mayor parte, debido al hecho que en la actualidad conocemos mucho más que antes sobre el mundo de los prospectos (aunque no es nuestra intención sugerir que figuras incipientes de la talla de Mickey Mantle fueron ignorados en su época). Además, en nuestros tiempos podemos ver videos, leer informes de scouting y soñar con lo que podría ocurrir en el futuro.

NIVEL 1: LOS OCHO ELÉCTRICOS

Washington Nationals: Stephen Strasburg y Bryce Harper (tie)

Otros calificados: Vladimir Guerrero (Expos)

Se podría argumentar que Strasburg y Harper han sido los dos prospectos más publicitados de la era del draft, siendo los elegidos en el primer puesto en ediciones consecutivas, específicamente en 2009 y 2010. Strasburg fue denominado el mejor prospecto del pitcheo de todos los tiempos, mientras que Harper quizás fue el mejor prospecto entre los peloteros de posición, o por lo menos fue el mejor desde los días de Alex Rodríguez o Ken Griffey Jr. Cuando la revista Baseball America publicó en 2016 su obra "Ultimate Draft Book" ("Libro definitivo del draft", recurso invalorable en la investigación hecha para redactar el presente artículo), indicó que Strasburg fue el pelotero elegido en el draft más publicitado de todos los tiempos y puso a Harper en el número 2 de su lista.

Strasburg egresó de la Universidad de San Diego State considerado como un talento único en su generación, el mejor pitcher universitario de todos los tiempos, quizás el mejor prospecto del pitcheo de la historia y probablemente el mejor prospecto de toda la historia del béisbol. Sus envíos alcanzaban las 100 millas por hora, con un lanzamiento rompiente a nivel plus-plus, cambio de velocidad de categoría plus, excelente dominio y la estatura y contextura física que se desean ver en un lanzador. Su debut en Grandes Ligas, enfrentándose a los Pittsburgh Pirates en 2010, despertó una atención sin precedentes y Strasburg no decepcionó, sumando 14 ponches en 7 innings de labor. En el caso de Harper, debido al artículo que la revista Sports Illustrated destacó en su portada, denominándolo "El Elegido del Béisbol", le hicimos seguimiento durante tres años hasta su debut con los Nationals en 2012, con 19 años. Incluso, recuerdo haber escuchado su primer partido en Ligas Menores a través de la radio por Internet. Este dueto son los números 1 y 1A en la lista de los prospectos más publicitados, independientemente del orden de preferencia.


Los Angeles Angels: Shohei Ohtani

Otros calificados: Rick Reichardt, Jim Abbott, Mike Trout

Hace dos años, fuimos testigos de cómo Ohtani, de forma inconcebible, intentó tener éxito en Grandes Ligas como bateador y lanzador. Se puede argumentar que Ohtani no era realmente un prospecto, porque ya era toda una estrella en Japón.

No obstante, apenas tenía 23 años cuando jugó su temporada de novato en las Mayores. Cuando Ohtani jugó su última campaña en Japón, mientras se preparaba para dar el salto a Estados Unidos, el programa "60 Minutes" de la cadena CBS emitió un reportaje sobre él, llamándolo el Babe Ruth de Japón. Considerando lo visto poco después, esa aseveración no fue exagerada. Durante los entrenamientos primaverales, Ohtani fue objeto de una cobertura sin precedentes para un prospecto. Hizo su debut en el Día Inaugural de la campaña fungiendo como bateador. Pocos días después, se estrenó como lanzador, demostrando un nivel asombroso. Posteriormente, conectó un cuadrangular en su segundo encuentro. Y en su tercer partido. Y en el cuarto. Después, hizo su segunda apertura sobre el montículo y ponchó a 12 contrarios. Insólito.


Kansas City Royals: Bo Jackson

Otros calificados: Clint Hurdle, Alex Gordon

Realmente, nadie se imaginaba que Bo Jackson jugaría béisbol profesional. Jackson se había alzado en 1985 con el Trofeo Heisman, el reconocimiento al mejor jugador de fútbol americano colegial, gracias a la estelar campaña que obtuvo jugando con la Auburn University, y los Tampa Bay Buccaneers lo tomaron en el primer puesto general del draft de 1986. Jackson debió abandonar la práctica del béisbol en su último año de estudios, cuando la NCAA le declaró inelegible porque Tampa Bay había costeado su viaje en avión hasta la Florida para someterse a un examen físico. Adicionalmente, los Buccaneers le ofrecieron un contrato por cinco años y $7.5 millones, propuesta que el béisbol no podría superar.

¿Fue Jackson un gran jugador de béisbol? No, la verdad no. Era demasiado indisciplinado al plato y se ponchaba demasiado. A pesar de su velocidad de clase mundial, no fue un gran jardinero defensivo. No obstante, sus herramientas le permitían mostrar esos destellos ocasionales de excelente habilidad atlética, lo que despertaba la incógnita de que pudo haber ocurrido si Bo se hubiese dedicado al béisbol a tiempo completo. Vale la pena mencionar que Jackson mejoraba su nivel antes de sufrir una lesión de cadera mientras practicaba fútbol americano. Con los Royals en 1990, produjo OPS+ de 142 en 111 partidos, octavo mejor registro de la Liga Americana. Lo que pudo haber logrado.


Seattle Mariners: Ken Griffey Jr.

Otros calificados: Alex Rodríguez

¿Griffey o A-Rod? En el ámbito del scouting puro, Rodríguez es usualmente considerado el mejor prospecto aficionado de la era del draft. Ciertamente, A-Rod ya jugaba en las Mayores a los 18 años, apenas 10 meses después que los Mariners lo tomaran en el draft. Como es obvio, Griffey puede formar parte de cualquier equipo de los mejores prospectos de todos los tiempos. El informe del scout de la organización de Seattle que lo evaluó cuando era cursante de último año de secundaria en la Moeller High School de Cincinnati le daba a Griffey calificaciones futuras de 7 por su bateo, 8 en poder, 6 en velocidad, 6 por la fortaleza de su brazo y 7 por su rango. Los Mariners lo reclutaron como primera selección del draft, ignorando los deseos del dueño del equipo George Argyros, quien presionaba para tomar al pitcher Mike Harkey, egresado de la California State University - Fullerton. (Gracias a los dioses del béisbol)

A pesar de todo, creo que Griffey supera a A-Rod en su condición de prospecto publicitado. Primero que todo, Griffey tenía el apellido famoso. Firmó rápidamente y bateó para .313 con 14 cuadrangulares en 54 partidos en la Northwest League de Clase A de temporada corta, jugando contra chicos universitarios que eran cuatro y cinco años mayores que él. En 1988, ligó para .325/.415/.557 con 13 vuelacercas y 36 bases robadas en 75 partidos en Ligas Menores. Contaba con ese swing perfecto. Tenía la sonrisa. Tenía esa barajita de novato fabricada por la casa Upper Deck que todos los niños debían tener. Veinte años después, Sports Illustrated la denominó la última barajita de béisbol emblemática. El bombo publicitario que rodeaba a Griffey a inicios de 1989 está entrelazado con esa barajita.

Cuando Griffey asistió a los entrenamientos primaverales de ese año, siendo un adolescente con apenas 17 encuentros disputados en niveles superiores a Clase A, los Mariners querían que él probase un poco de la vida en el campamento del equipo grande para luego volver a Menores. Griffey bateó para .397, ligando una cadena de 15 partidos con al menos un imparable. Terminó en el roster del equipo grande. Conectó un doblete en su primer turno oficial al bate, enfrentándose a Dave Stewart. Para finales de abril, Griffey ya tenía su propia chocolatina. Era "El Natural".


Toronto Blue Jays: Vladimir Guerrero Jr.

Otros calificados: John Olerud, Carlos Delgado

Caso similar al de Griffey tres décadas atrás, Vlad Jr. tenía un nombre famoso y las condiciones dignas de su apellido (bateó para .381 en Ligas Menores en 2018 con 19 años). Al igual que Griffey, tenía ese porte que le hacía ver como alguien especial, tal como lo hizo su jonrón para dejar al terreno a su rival durante un partido de exhibición celebrado en Montreal durante los entrenamientos primaverales de 2018, frente a la misma afición que aplaudía a su padre cuando jugaba con los Expos.

¿Cuán grande fue el bombo publicitario que acompañaba a Vlad Jr. antes de iniciarse la temporada anterior? Cuando MLB.com lo catalogó como su prospecto número 1, publicó una nota titulada "¿Es Vlad Jr. el mejor prospecto de todos los tiempos?" El consenso radicaba en que Guerrero no contaba con todas las herramientas necesarias para hacerse con dicho honor. No obstante, tal como redactó Jim Callis en su nota: "Es difícil conseguir otro jugador que representara una mayor promesa ofensiva a una edad tan joven".

La temporada de novato de Guerrero fue sólida, aunque no espectacular (.272/.339/.433, 106 OPS+) y ciertamente, Juan Soto le superó hasta convertirse en el mejor bateador veinteañero de las Mayores. Guerrero tendrá que poner a volar la pelota con mayor frecuencia si quiere aprovechar todo ese poder en bruto que presenciamos en el Derby de Cuadrangulares, pero aún cuenta con tiempo para lograrlo. Apenas tiene 21 años.


Atlanta Braves: Andruw Jones

Otros calificados: Brad Komminsk, Steve Avery, Chipper Jones, Jason Heyward, Ronald Acuna Jr.

Jones tenía 19 años cuando soltó un jonrón en 1996 al enfrentarse a Andy Pettitte en su primer turno al bate en Series Mundiales: un cohete impulsor de dos anotaciones en dirección al jardín izquierdo. Durante su segunda oportunidad ofensiva, conectó otro cuadrangular; siendo en esta ocasión un batazo remolcador de tres anotaciones que cayó sobre el Parque de los Monumentos del Yankee Stadium, lo que parecía ser una analogía apropiada para la mitología que Jones ya empezaba a escribir. Hasta entonces, los Braves contaban con cinco prospectos ubicados en el número 1 de los rankings de Baseball America. Esto no incluye a Komminsk, estrella en ascenso durante la década de 1980, que llevó a Hank Aaron a decir en una ocasión: "Hará cosas que Dale Murphy jamás llegó a soñar".

Sin embargo, esos otros peloteros no sonaron dos jonrones en un mismo partido de Serie Mundial siendo adolescentes. Jones ya era el principal prospecto de todo el béisbol previo a la temporada de 1996, tras haber bateado para .277 con 25 jonrones y 56 estafadas con el Macon Clase-A baja. Jugando en tres niveles de Ligas Menores en 1996, Jones ligó para .339 con 34 vuelacercas, siendo una de las grandes temporadas en Menores para un prospecto de la era del draft, especialmente considerando su joven edad. El nativo de Curazao seguía siendo elegible para jugar en Grandes Ligas bajo condición de novato en 1997 y nuevamente fue líder en los rankings de prospectos. Las comparaciones con Mickey Mantle no parecían tan descabelladas en aquél entonces.


Chicago Cubs: Mark Prior

Otros calificados: Shawon Dunston, Kerry Wood, Corey Patterson, Kris Bryant

Bryant encabezó el ranking de Baseball America en 2015. Prior y Patterson ocuparon el segundo puesto y Wood fue tercero (al igual que Addison Russell). Dunston hizo su aparición antes de la creación de los rankings oficiales de los 100 mejores prospectos; no obstante, la revista especializada en jóvenes promesas de la pelota lo catalogó como segundo mejor prospecto de 1984, por encima de Dwight Gooden. Entonces, ¿a quién elegir? Paso el micrófono a Jim Callis, quien recientemente incluyó a Prior en su equipo de mejores prospectos de todos los tiempos: "Durante mi primer año en Baseball America como empleado a tiempo completo, (Ben) McDonald fue aclamado como el mejor pitcher universitario de la historia del béisbol, título que eventualmente obtuvo Prior y que luego sería reclamado por (Stephen) Strasburg, quien quizás no lo pierda jamás. Los tres contaban con estatura y repertorio, ejerciendo dominio durante sus años de universidad y con la selección de Estados Unidos".

Algunos consideran que el momento decisivo de la carrera de Prior fue su colisión con el segunda base de los Braves Marcus Giles. La única objeción a dicha tesis es que dicho choque se produjo en julio de 2003, en medio de la mejor temporada de Prior. Prior abandonó el partido poco después de haberse iniciado, ausentándose durante varias semanas. A su regreso, sumó marca 10-1 con efectividad de 1.52 en sus 11 aperturas finales. Asimismo, ostentó promedio de 121 pitcheos por partido en sus 10 últimas apariciones (y de 123 lanzamientos en tres aperturas en playoffs). Lo más probable es que su carga de trabajo, combinada con su mecánica de lanzar, fueron los factores que le llevaron al colapso.

NIVEL 2: NEW YORK, NEW YORK

New York Yankees: Brien Taylor

Otros calificados: Joe DiMaggio, Mickey Mantle, José Rijo, Derek Jeter, Rubén Rivera, Joba Chamberlain

Ciertamente, aquí podemos esgrimir argumentos a favor de DiMaggio o Mantle. DiMaggio ligó al menos un imparable en 61 partidos consecutivos en 1933, récord para la Pacific Coast League, lo que acaparó titulares en la prensa a nivel nacional cuando "The Yankee Clipper" era apenas un adolescente. Los Yankees compraron su contrato por $50.000 tras la conclusión de la temporada de 1934, toda una fortuna para la época, permitiéndole jugar una campaña más en San Francisco antes de llevarle a Nueva York en 1936, en medio de un gran alboroto. De forma similar, Mantle fue objeto de mucha atención durante su primer campamento primaveral con el equipo grande en 1951.

Sin embargo, eran otros tiempos. En 1991, la máquina publicitaria ya no era la misma. El caso de Taylor fue la tormenta perfecta. Los Yankees lo tomaron en el primer puesto del draft, siendo apenas la segunda vez en su historia que habían elegido primeros y la segunda ocasión en la cual un pitcher de secundaria era tomado en la primera posición general del draft. El historial de Taylor, proveniente de Beaufort, un pequeño pueblo costero de Carolina del Norte, era la clase de historia que nos encanta ver en el draft. Asimismo, su selección se produjo durante el apogeo de la época en la cual la industria de fabricantes de barajitas de béisbol producía cromos de prospectos y elegidos en el draft; por ende, los aficionados podían hacer seguimiento a los prospectos como nunca lo habían hecho.

Su agente era Scott Boras, quien negoció un bono récord por $1.55 millones, superando ampliamente la marca anterior de $575,000. "He podido ver los talentos disponibles en 35 ediciones del draft", comentó Boras a ESPN.com hace pocos años. "Cada año puedo evaluar y no he podido ver a alguien similar a él".

Taylor lanzó bien en Ligas Menores entre 1992 y 1993, ponchando a 327 bateadores en 324 entradas de labor; sin embargo, se vio involucrado en un incidente trágico. Durante la temporada baja, el hermano de Taylor participó en una riña en un bar y Taylor acudió a protegerle, alzando su brazo para esquivar un golpe. Se fracturó el manguito rotador, desprendiéndolo totalmente del hueso. Jamás llegó a lanzar en Grandes Ligas.


New York Mets: Gregg Jefferies

Otros calificados: Tom Seaver, Darryl Strawberry, Dwight Gooden

Strawberry fue el elegido número 1 del draft en 1980; por su parte, Gooden arrolló en Menores, sumando 300 ponches en 1983; no obstante, podría decirse que Jefferies fue el precursor de la cobertura moderna de los prospectos, tal como la conocemos hoy en día. Durante los primeros años de publicación de la revista Baseball America, primer medio de comunicación que cubrió a los prospectos en profundidad, Jefferies apareció en su portada en cinco ocasiones. Baseball America lo galardonó como Jugador del Año de Ligas Menores en 1986, luego de batear para .353 con 16 cuadrangulares y 57 estafas con 18 años; repitiendo honores en 1987, tras ligar para .367 con 20 jonrones en Doble A. Era un infielder que bateaba a ambas manos y no carecía de confianza. El diario The New York Times lo calificó como "presumiblemente, el mejor jugador de béisbol que no forma parte de un roster de Grandes Ligas". Tenía todo el aspecto de un futuro invitado al Juego de Estrellas que terminaría haciéndose con títulos de bateo, especialmente tras batear para .321 en una breve aparición de 29 partidos en 1988. "Algunos peloteros son catalogados como 'imperdibles'", expresó el manager de los Mets Davey Johnson. "Él es 'inevitable'".

Sin embargo, su carrera con los Mets nunca llegó a despegar. Ligó para .272 en sus tres temporadas completas vistiendo el uniforme de los Mets. Jefferies no era del agrado de sus compañeros; algunos de ellos sentían celos de la publicidad de la que era objeto. Durante un entrenamiento previo a un partido, se le instruyó que regresara al clubhouse, donde encontró uno de sus bates roto en pedazos. Un compañero anónimo le catalogó como "un bateador designado que jugaba a la tercera base". Jefferies respondió: "Me siento realmente cansado de ser descuartizado. No quiero sonar como un bebé, porque me he mantenido callado al respecto durante tres años. Sólo quiero jugar béisbol. No soporto más esto". Después, hizo una aparición en la radioemisora deportiva WFAN de Nueva York, ampliando su respuesta a las críticas.

Es inevitable preguntarse cómo habría sido la carrera de Jeffries de haber jugado con una organización distinta. A principios de los años 90, los Mets eran todo un desastre. Jefferies llegó a San Luis en 1993, los Cardinals lo pusieron a jugar en la inicial (era un infielder mediocre) y ligó para .342. En 1994, sumó promedio de .324, y se hizo acreedor de invitaciones al Juego de Estrellas en ambas temporadas. Luego pactó con la organización de los Phillies, bateó para .300 en otras dos oportunidades, aunque sin mostrar mucho poder. Después, Jefferies cayó lesionado. No rompió el récord de Pete Rose.