Por más que era esperado el comunicado donde Saúl ‘Canelo’ Alvarez confirma que no peleará el 14 de septiembre, lo que seguramente nadie esperaba es la razón aludida para no hacerlo: falta de oponentes. El tapatío alega que no han encontrado un rival adecuado para su regreso, en una insólita manera de justificarse. Lo que, precisamente, abunda hoy en el primer nivel son contrincantes de primer nivel en el peso mediano o el súper mediano (donde el mexicano es campeón) para dar un buen espectáculo.
A la comunicación del púgil franquicia del CMB, tomada en acuerdo con Golden Boy Promotions, no obstante, le falta lo más importante: ¿Qué posición tiene DAZN en este nuevo culebrón? ¿La presión de Eddie Hearn y la plataforma digital han sido el detonante?
Y si a la confusión que genera el silencio de Hearn y Cía, le sumamos la presencia de otro actor como la Federación Internacional de Boxeo (FIB), que exigió a Canelo presentarse a subasta el 23 de julio para enfrentar a su rival mandatorio Sergiy Derevyanchenko, lo sucedido hoy es solo un 'punto de quiebre' en un enorme culebrón que no ha finalizado.
Hasta hace pocas semanas se sabía que GBP había realizado ofertas para pelear el 14 de septiembre a rivales tan disímiles como Jaime Munguía (campeón en 154 libras) y Sergey Kovalev (campeón en 175 libras), mientras que de antemano se esperaba por el rival más obvio de todos: Demetrius Andrade, campeón OMB de los medianos con quien se habla de unificar desde hace muchos meses y, además, ambos pelean bajo contrato con DAZN. También sabíamos de la presión existente para que aceptara enfrentar a GGG en una tercera pelea y hasta la posibilidad de aceptar definir el monarcado AMB de las 168 libras contra el otro campeón; Callum Smith.
Sabemos con certeza la razón para que no se diera la pelea con Kovalev: el dinero ofrecido y el compromiso de agosto del ruso contra Anthony Yarde en Chelyabinsk, Rusia. La manejadora del campeón ruso, Kathy Duva, alegó que la oferta de GBP y Canelo, era muy baja, teniendo en cuenta que para aceptar el combate deberían compensar a Yarde, al organizador de esa pelea e incluso a TopRank con quién existe vínculo comercial y promocional.
Sin embargo, no hay certezas sobre las verdaderas razones para evitar a Golovkin, Andrade o Smith, ni tampoco hubo algún dato que permita entender la oferta a Munguía. Una pelea con resultado cantado y que contradice lo que alguna vez prometió Canelo sobre ‘no enfrentar a mexicanos’.
En los corrillos de Las Vegas, a pocos días de la pelea Pacquiao-Thurman, la renuncia de Canelo a pelear en esa ciudad en la tradicional jornada de septiembre se adueñó de las conversaciones y mucho se especula hoy con una posible lesión en la rodilla del mexicano como la verdadera razón para suspender el combate. Sin embargo, resultaría en ese caso inexplicable no haberla utilizado como justificación. Especialmente si se sabe que, al confirmar que no pelea en septiembre, se asume que el 23 de julio Canelo no se presentará a la subasta de la FIB y perderá ese cinturón.
Mi percepción sobre la verdadera causa para la decisión de Canelo podría tener dos razones. La primera un posible cortocircuito en la relación comercial con DAZN y la segunda, un acuerdo firmado con Sergey Kovalev para enfrentarlo en noviembre o diciembre, por ese ambicionado cinturón semipesado y en caso el ruso supere al británico Yarde este 24 de agosto.
Que existan problemas con DAZN responde al sentido común. Si la plataforma de Eddie Hearn desembolsó la mitad de su presupuesto de inversión en contratar a Canelo Alvarez y Gennady Golovkin, suena absurdo que ambos no se enfrenten, cuando el éxito o el fracaso de la inversión depende en gran parte de esa pelea.
La otra posibilidad, esperar a Kovalev, también juega con la lógica. Canelo tiene claro que su carrera ha llegado a un punto de popularidad que se puede permitir libertades que rompan el equilibrio de la competencia real. Subir a intentar vencer al campeón de una división a la que no pertenece y jamás pertenecerá es una de ellas. El tapatío es una atracción por sí mismo y la mayor parte de la afición que le venera solo entenderá los números de la estadística que mostraran ‘la hazaña’ de ganar otro cinturón imposible y no la forma.
El mismo itinerario que siguió Floyd Mayweather peleando con su nombre, eligiendo rivales y hasta jueces, parece querer imitar Canelo. Para lograrlo, ha encontrado un socio a su medida en el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que llegó al extremo de nombrarlo campeón franquicia avalando todas sus decisiones.
La única pregunta sin respuesta en esa parte del culebrón, está directamente vinculada con el que paga la fiesta, DAZN ¿La plataforma es socia y aprueba una posible espera por Kovalev o ya se cansó de tantos caprichos y está a punto de patear la mesa del contrato?
Como en las mejores series, el de hoy es solo un capítulo en una historia de boxeo, donde, por paradoja, toda la acción transcurre fuera del cuadrilátero.