El boxeo femenino ha crecido de un deporte especializado en algo un poco más grande en años recientes. Se convirtió en deporte olímpico en 2012. Las peleas de mujeres han encabezado las carteleras principales en los grandes recintos, y poco a poco, las mejores boxeadoras se han comenzado a filtrar en la consciencia de aquellos que ven las peleas.
El año pasado, Claressa Shields consiguió un contrato de peleas de más de $1,000,000 con BOXXER. Este año, Katie Taylor y Amanda Serrano encabezarán una pelea en Madison Square Garden en Nueva York, anticipando que les pagará más que cualquier otra pelea de boxeo en la historia.
No hace mucho tiempo, ese tipo de hitos parecía casi imposible. Y con el crecimiento del boxeo femenino, el futuro tiene oportunidades significativas para que la próxima generación de púgiles intenten abrirse paso hasta la cima del deporte.
ESPN ha identificado ocho boxeadoras -- una muestra de algunos nombres y caras que valdrá la pena conocer en los siguientes dos años como boxeadoras a conocer. Algunas, como Alycia Baumgardner, ya son campeonas. Otras, como Ema Kozin y Kim Clavel, tienen peleas por un título programadas para este año.
Esta lista se creó con criterios claros para poder mirar más allá de peleadoras establecidas como Shields, Taylor, Serrano, Seniesa Estrada y Mikaela Mayer. Cada peleadora tenía que ser lo suficientemente joven donde una carrera larga hacia el futuro sigue siendo una posibilidad, y no podían estar en la lista libra-por-libra por ESPN.
Ema Kozin, 23 años, peso mediano / semipesado
Kozin tiene una oportunidad de convertirse en campeona mundial esta semana, si es que logra la gran sorpresa contra Shields. Incluso si gana, volverá de inmediato a su clase. Es una vida diferente comparado con muchas peleadoras que reciben oportunidades por un título, pero para Kozin, una eslovena que está en sus últimos meses estudiando por un título en matemáticas financieras en la Universidad de Ljubljana; así es la vida. Incluso mientras entrena para enfrentar a Shields por los títulos medianos del CMB, la AMB y el FIB el 5 de febrero, la boxeadora de 23 años ha descubierto el equilibrio entre el boxeo y la universidad.
"La mayoría de la gente, creo, sabe lo que hago con mi tiempo, pero no son tan obvios sobre ello", dijo Kozin. "Solo digo que debo entrenar y dicen, 'Ah claro, ¿cuándo es tu próxima pelea?' Nunca les dije que soy boxeadora profesional ni nada así".
Sus profesores están conscientes de cómo ella hace malabares entre las peleas profesionales y la universidad -- un balance entre el boxeo y la educación que ha hecho durante más de una década, desde que descubrió el boxeo en un gimnasio cerca de su casa a los 11 años de edad. Y se ha vuelto experta en resolver cómo lidiar con sesiones de sparring intensas contra peleadores masculinos y a la vez aprender las complejidades de Medidas de Probabilidad, su clase más difícil.
Kozin ha hecho planes para esto durante un tiempo. La zurda se volvió profesional en 2016 con su preparador, Rudolf Pavlin, y ha peleado continuamente desde entonces, acumulando una foja de 21-0-1 con 11 nocauts. Shields será un paso adelante importante en la competición para Kozin.
Kozin siempre ha sido una organizadora. Es así como terminó peleando por un título importante a los 23 años con una considerable cantidad de experiencia en el ring y por qué no abandonó la universidad. Cuando haya terminado con el boxeo, le gustaría ser dueña de su propio gimnasio, o trabajar para un banco o una corporación en el mundo de datos y análisis.
"Incluso con mi entrenador y mi familia, la educación viene primero y después los deportes", dijo Kozin. "Y siempre tienes que tener un Plan B por si te lesionas o si tienes que dejar el boxeo a un lado -- haces algún otro plan".
Alycia Baumgardner, 27 años, peso junior ligero
Durante años, Baumgardner siempre había sido paciente en cuanto a su estrategia en torno a las peleas. La oportunidad contra Terri Harper era la oportunidad que había estado esperando, a la que había dedicado su vida, desde el momento en que abandonó el Owens Community College para seguir el boxeo a tiempo completo, dándole la espalda a una posible beca de atletismo en el proceso. En los primeros años, trabajó como auxiliar en un hogar de ancianos como una fuente de ingresos adicional antes de enfocarse estrictamente en el boxeo en 2019.
Originalmente Baumgardner no anticipó pelear por un título a su regreso. De hecho, ella había firmado en una tarjeta local del área de Detroit cuando recibió la llamada. ¿Querría pelear ante Harper por el título junior ligero del CMB?
"Pensé, 'Tengo que aceptarlo'", dijo Baumgardner. "Esta es la grande".
Luego de que una combinación de atrasos por COVID y una cirugía de rodilla retrasaron el desarrollo de su carrera, Baumgardner hizo su retorno de forma dramática. El derechazo a la cabeza de Harper la noqueó, le dio a Baumgardner el título y el ritmo para entrar a la próxima fase de su carrera.
"Cambió la dinámica de quién yo era", dijo Baumgardner. "Mucha gente no ha podido ver quién era yo y cómo yo rendía en un escenario más grande, así que yo sabía que ese escenario y esa plataforma me darían la oportunidad de mostrarle a todos.
"Creo que sorprendí a mucha gente y transformé a los no creyentes en creyentes y simplemente pasmé al mundo del boxeo porque el respeto nunca fue dado".
Baumgardner cree que ella puede ser una agente de cambio para el boxeo femenino, como cuando creyó que algún día sería campeona del mundo. Ella tiene planes también. Baumgardner dijo que peleará con una retadora obligatoria del CMB, de ser necesario. Luego le gustaría empezar a tartar de unificar, primero con la campeona de la AMB, Hyun Mi Choi, y entonces espera hacerlo con la campeona de la OMB y la FIB, Mikaela Mayer.
Kim Clavel, 31 años, peso junior mosca
Kim Clavel se sintió intimidada cuando entró a un gimnasio de boxeo por primera vez hace 15 años. Ella no estaba del todo segura qué hacía ahí. El primer jab que lanzó "no fue muy bello". Pero miró a su alrededor en el gimnasio y vio lo que quería ser. Sabía cómo quería practicar.
Dos meses después, en medio de su primera sesión de sparring, estaba enganchada.
"Iba a mi esquina después de los dos minutos y decía, '¿Por qué recibo cada puño en la cara?'", dijo Clavel. "[Mi coach] dijo, 'Tienes que moverte, para mover tu cara'. Dije, 'Oh'. No fue lindo, pero empecé a mover mi cabeza y evité mis primeros puños y dije, 'Guau, quiero hacerlo una y otra y otra vez'".
Ella ganó su primer título nacional canadiense en 2010 y peleó como amateur por siete años más. Cuando no pudo competir en los Juegos Olímpicos de Río 2016 -- su división de peso no era una de las tres divisiones que ofrecieron -- se volvió profesional en 2017. Su estilo y energía eran aptos para convertirse en profesional.
Clavel llevó un balance entre el boxeo y su trabajo como enfermera porque "Me encanta ayudar a la gente". Ella fue una enfermera durante seis años antes de parar por completo porque su carrera boxística despegó. Entonces llegó el COVID, y Clavel dejó de entrenar brevemente para volver a la enfermería. Trabajó en instalaciones de atención a largo plazo para ancianos en Montreal durante meses.
Ella reanudó su carrera de boxeo cuando recibió la oportunidad de tomar un paso importante contra la campeona del CMB, Yesenia Gómez, en Las Vegas el 11 de marzo, pero la pelea se pospondría para mayo.
El riesgo de seguir haciendo ambas cosas era demasiado alto. Pero la enfermería y el cuidado de ancianos nunca estaban lejos de sus pensamientos.
"A veces me siento mal porque en este momento, veo todas las dificultades que tienen las enfermeras, pero sé que yo sola no lo cambiaré todo", dijo Clavel. "Me encantaría estar ahí en mi tiempo libre, pero con el COVID, no puedo tomarme el riesgo de volver al gimnasio, volver a la gente con COVID y entonces regresar al gimnasio.
"Es demasiado estresante y no tiene sentido y no voy por el campeonato mundial, así que quiero estar en una mejor posición. Pero llevo a la enfermería en mi corazón".
Aún está en su futuro. Cuando termine de pelear, Clavel dice que tiene planes de volver a su segunda carrera -- ayudar a salvar vidas.
Ginny Fuchs, 33 años, peso mosca
Inicialmente Ginny Fuchs quería correr. Ese era el plan, desde el momento en que se volvió miembro del equipo de atletismo de LSU, hasta que la echaron del programa por una broma que salió mal; la misma involucró un XBox y tumbar una puerta su primer año.
Años después, ya sin deporte en el cual competir, Fuchs encontró el boxeo. Se volvió amiga de un boxeador profesional, y después de verlo entrenar, decidió que quería boxear también. De inmediato, los entrenadores del Centro Recreativo Baton Rouge vieron el potencial de Fuchs.
Fue un diferente tipo de entrenamiento comparado con el de sus días de atletismo como fondista, pero conocer el nivel de dedicación ayudó a hacer la transición más fácil.
"Pregúntale a cualquiera de las chicas en el equipo olímpico, pregúntale a Mikaela [Mayer], cuando podían correr, si podían estar detrás de mí o un poco detrás de mí o podían mantener mi ritmo, decían, 'Oh, vamos bien'", dijo Fuchs. "No se van a preocupar por mí, yo las iba a batir a todas ".
Ella peleó como amateur por años. Se perdió los Juegos Olímpicos de Río 2016 tras no clasificarse a través de las peleas clasificatorias internacionales y debatió si hacerse profesional entonces, como Mayer y Shields. En vez, decidió que quería intentar una vez más por los Juegos Olímpicos, y al fin logró ser parte del equipo como una capitana en Tokyo el año pasado.
Ella está esperando su primera pelea profesional más adelante este año, y mientras tanto está ayudando a entrenar boxeadores en el Gimnasio de Boxeo Baby Bull en Houston.
Fuchs también es activa continuando con su trabajo de defensa con la salud mental y el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), sobre el cual ella ha sido abierta durante gran parte de su carrera amateur.
"Todo el mundo tiene dificultades con algo y son vulnerables sobre eso y no quieren que la gente sepa", dijo Fuchs. "Pero está bien. Yo solía pensar, 'Si le digo a la gente sobre mi TOC, pensarán menos sobre mí' pero mientras me abrí más sobre ello, ellos de hecho pensaron más sobre mí.
"Pienso que la gente debe aceptar su lucha interna y hallar algo, el boxeo es lo que encontré para seguir adelante a diario y batallar contra eso".
Oshae Jones, 24 años, peso welter / junior mediano
Jones pisó un gimnasio por primera vez cuando tenía 12 años y no esperaba pelear. Nunca había pegado un puño en su vida, y cuando se lo pidieron por primera vez, ella no quería boxear para nada. Ella había ido con su padre al gimnasio, imaginando que podría ejercitarse.
Entonces él dijo, "Las envolturas". Jones no sabía lo que significaba, así que aprendió. El primer día de Jones en un gimnasio de boxeo, ella hizo sparring con otra niña.
"Cuando peleé con ella y le di una paliza, ni siquiera sabia lo que hacía", dijo Jones. "Pero lo hacía y dominaba, y me sentí bien después".
Su carrera desde ese punto se ha disparado. Ella ganó un torneo de la Liga Atlética de la Policía en 2014 y títulos nacionales en 2016, 2017 y 2018. Por el camino, Jones se dio cuenta que algún día podría ir a los Juegos Olímpicos. Jones ganó oro en los Juegos Panamericanos de 2019, y en 2021, representó a los Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Tokio y ganó una medalla de bronce en el peso welter.
Sin embargo, el año pasado ha sido especialmente difícil para Jones. Mientras entrenaba para los Juegos Olímpicos, su casa en Toledo se prendió en llamas. Mientras alcanzaba la cumbre de sus logros amateur antes de volverse profesional, casi lo perdió todo.
"Estoy probablemente y, siendo realista, un 65 por ciento [de vuelta], yo diría", Jones dijo recientemente. "Ganar los Juegos Olímpicos solo me hizo su subir un 15 por ciento. Las cosas materiales se pueden reemplazar ".
Lo bueno en 2021 no fue tan solo sobre ganar una medalla en Tokio. Fue lo que sucedió después. Ella volvió a Toledo, y tuvieron un desfile. Lo enseñaron en las noticias locales e hicieron una reseña en el periódico local. Fue entonces -- no cuando ella ganó su pelea, o subió al podio y le dieron su medalla -- que Jones lloró debido al trabajo que había invertido y la efusión de apoyo que recibió.
Fue entonces que ella se dio cuenta que todo por lo cual se había esforzado era de verdad. Había pequeñas compensaciones al deshacerse de su anonimato -- ella ya no podía ir a un Walmart o Walgreens sin que la detuviera un fan pidiendo una foto. Se convirtió en una aventura.
"Pero no me molesta. Solo una foto, una Buena conversación. Yo podría alegrarle el día a alguien", dijo Jones. "Alguien podría estar viviendo el peor día de su vida y entonces me ven, se toman una foto conmigo y tal vez piensen, 'Guau, tal vez puedo hacer algo con mi vida'.
"Nunca sabes. Nunca rechazaré a nadie".
Convertirse en profesional es el próximo paso lógico en su carrera. Ella no piensa que será un cambio drástico en estilo ni resistencia, y Jones tiene fe en el propio potencial de ella. En el próximo año, dice ella, ella quisiera estar peleando por algo.
"Pienso en ello todo el tiempo. Lo veo en mi mente", dijo Jones. "Me veo a mí misma en el podio. Lo veo. Tengo una visión sobre ello. Solo manifestándola. De verdad pienso que seré una de las grandes del boxeo femenino".
Micaela Luján, 22 años, peso gallo junior
La travesía de Micaela Luján hasta un título mundial comenzó en un estacionamiento. Hace una década en su natal Argentina, Micaela -- entonces de 12 años -- ganaba dinero cuidando carros afuera de un supermercado por propinas. Un niño, según ella, tomó su lugar habitual. Ellos pelearon. Ella ganó.
Un testigo lo notó y le dijo a Luján que debería boxear. La idea le sonó bastante bien a ella, así que fue al gimnasio La Esperanza cerca de su casa en Villa Mercedes. Tres días más tarde, ella comenzó a entrenar, lanzando su carrera.
"Un entrenador me vio y lo primero que me dijo fue, 'Te voy a hacer campeona del mundo'", dijo Luján con un intérprete. "Y no le creí".
Para los 17 años, ella había conquistado el campeonato nacional de Argentina. Sin rivales para vencer y con una restricción por edades evitando que se convierta en profesional hasta que cumpla los 19 años, Luján fue a Colombia y noqueó a Mileydis Mercado en menos de un minuto. Ella peleó en México y entrenó durante un periodo de tiempo en el gimnasio de Canelo Álvarez, hasta 2019, cuando tenía la edad suficiente para volver a Argentina para continuar su carrera -- esta vez como profesional.
En su tercera pelea profesional en Argentina, Luján ganó una decisión unánime sobre Débora Anahí Dionicius, mereciendo una pelea por el título en 2019 contra Jorgelina Guanini. Luján ganó ese combate por decisión mayoritaria, haciéndola la campeona mundial gallo junior de la FIB. Desde entonces, ha defendido ese cinturón dos veces, y ha recorrido un largo camino desde cuando le pagaban 500 pesos -- equivalente a menos de $1 -- por pelear.
Con marca de 10-1-1, ella quiere defender su título mundial una vez más en Argentina, en su pueblo, y entonces viajar rumbo a los Estados Unidos en búsqueda de peleas más grandes y para generarse más fama.
"Esa es mi meta en los próximos dos años, encontrar una pelea afuera de Argentina, para que los promotores me vean y tener oportunidades para peleas por el título en Las Vegas", dijo Luján. "Mi sueño siempre ha sido pelear en Las Vegas y comprar una casa para mi madre, por eso cada día estoy más convencida que quiero lograr mi meta [este] año".
Lucy Wildheart, 28 años, peso ligero / pluma
Lucy Wildheart encontró el boxeo porque se mudó. Después de entrenar en karate de niña en su ciudad natal de Lessebo, Suecia, ella se mudó a Ronneby para trabajar como entrenadora personal. No tenían dojos, pero tenían un gimnasio de boxeo.
Era trabajo diferente -- más brazos, menos piernas -- pero a los 19 años, le encantaba.
"Pensé que era un desafío apropiado", dijo Wildheart. "Y me dije a mí mismo eso desde el primer día, necesito un reto como este en mi vida y ver cuán lejos puedo llegar".
Eso fue hace casi una década. Seis meses después de que comenzó, ella peleó sus primeras dos peleas amateur en un día en Finlandia. Después de la primera pelea, ella no quería volver a pelear jamás. Estaba tan cansada. Pero una hora después, cambió de parecer y quería pelear.
Le tardó a Wildheart casi cuatro años para que ella se sintiese como una Buena boxeadora, pero ella tenía siempre la noción de que quería ser profesional. Ella quería hacer algo "correctamente" después de ver algunas peleas K1 en la televisión.
Para cambiar su carrera, ella también decidió que necesitaba irse de Suecia. Wildheart se mudó a Inglaterra hace casi cuatro años para entrenar -- primero con Colin Lynes, y ahora Sam Mullens -- para ayudar a impulsar su carrera
"Estoy aquí para tomar control. Ellos verán", dijo Wildheart. "No estoy exponiéndome demasiado porque no es lo mío en realidad. Me gusta demostrar mi destreza y lo que puedo hacer y la gente, una vez estén dentro del ring, sentirán lo que no pueden ver".
Gabriela Fundora, 19 años, peso mosca
Gabriela Fundora tiene una meta audaz para 2022: Pelear cada mes del año.
Siendo realistas, tal vez no sea alcanzable -- ella y su padre, Freddy, lo abordan mes por mes - pero la estrategia es clara. Fundora se volvió profesional el año pasado con el deseo de acelerar su paso en el boxeo. La hermana menor del contendiente de peso mediano junior, Sebastián Fundora, ha visto el arco de la carrera de su hermano y siente que ella puede emularlo.
"Veo sus peleas y me anima al prepararme para mi próxima pelea", dijo Fundora. "Tan solo verlo, antes de esta pelea noqueaba a cada tipo. Yo pensaba, 'Pues, es fuerte, sí".
Ella es el miembro más reciente de la familia Fundora que encuentra las peleas. Gabriela empezó a entrenar a los 6 años porque iba con su madre a verla hacer sombra. Su padre es su entrenador. Sebastián, por ahora es el Fundora más conocido, y sus hermanos Alberto y Freddy Jr. también tuvieron carreras profesionales.
Durante la pandemia, Gabriela también encontró un pasatiempo en la serigrafía textil, así que ella y su madre han estado decorando toda la vestimenta con logotipos que viste su familia para las peleas suyas y de Sebastián.
Gabriela entrena constantemente, y por eso ella y su padre se han atenido a un plan agresivo de planificación. Ella casi no toma tiempo libre y concluye que es lo suficientemente joven que su cuerpo puede recuperarse más rápido. Desde que se convirtió en profesional el año pasado, ha peleado seis veces en tres países con una marca de 5-0 y una pelea sin decisión, incluyendo una victoria por decisión unánime sobre Nataly Delgado en Panamá el 14 de enero.
"Solo estén pendientes", dijo Fundora. "Voy a subir y cuando lo haga, será muy rápido, ya verás".