Matteo Arnaldi (44º del ranking mundial) seguía atónito. Llegó a la sala de prensa y todos los flashes se fueron sobre él. Es que acababa de ganarle a uno de los mejores jugadores de la historia, como lo es Novak Djokovic (5º). Y si bien mereció la victoria y hasta la justificó de principio a fin dentro de la cancha, el italiano no se esperaba un partido como el que protagonizó en la Manolo Santana del Madrid Open.
"No sé qué decir. Al principio simplemente estaba feliz por jugar contra él, porque se trata de mi ídolo. Así que estaba contento con enfrentarlo. Jamás habíamos jugado, solamente entrenamos juntos. Jugar ante él en un escenario como este ya era una victoria para mí. Luego, una vez en la cancha, ya no pensé en eso. Estaba nervioso al inicio. Después le quebré en el inicio y estaba seguro de que me lo iba a devolver. Pero me quité la presión y fui capaz de jugar mi partido, intentando disfrutar cada punto", analizó el nacido en San Remo, en conferencia de prensa.
Además, Arnaldi, quien señaló que Nole sigue siendo candidato a soñar con Roland Garros, porque "a cinco sets la historia es diferente", afirmó: "Vi muchos de sus partidos, conozco muy bien su juego, eso juega a mi favor, porque no creo que él me haya visto jugar nunca, quizá en alguna ocasión. Miré todos sus partidos, y hoy sirvió. A veces, sabía lo que él iba a hacer. No está en su mejor momento, pero sigue jugando bien y es un jugador diferente".
Y expresó, contundente: "Se trata de mi triunfo más especial. No sé si fue el mejor por mi nivel, pero no tengo ninguna duda de que se trató del más especial por el jugador al que me enfrentaba".
Por su parte, antes de las palabras del italiano, quien en la próxima ronda jugará ante el bosnio Damir Dzumhur, el que pasó por la sala de prensa fue el propio Djokovic. Y no puso excusas, sino que destacó a su rival. "Sabía que iba a ser un primer partido muy duro en el torneo. Él es un jugador de una gran calidad y yo no vengo con muchos partidos en polvo de ladrillo", reconoció.