En la previa del Madrid Open nadie podía discutir a Paula Badosa como una de las principales atracciones en la Caja Mágica. Sin embargo, su intempestiva baja (lesión en la espalda) fue un golpe a la ilusión a propios y ajenos.
Con el correr de los días bajó la espuma de su nombre y el torneo se desarrolló con el mejor nivel de tenis. Como novena jugadora del ranking mundial se dedicó a "curar las heridas" (infiltración mediante) y buscar la recuperación más rápida para llegar, al menos, competitiva la gran cita que significa Roland Garros.
Esa es toda una meta en sí misma: "Reconozco que todavía sigo soñando con un Grand Slam. Este año lo tuve cerca (perdió en semifinales del Australian Open ante Aryna Sabalenka), así que ahora lo quiero más, voy a seguir empujando toda mi vida, aún sabiendo que ahora hay unas jugadoras que marcan la diferencia".
Y no se quedó en el deseo. Lo justificó con aires de grandeza: "Pese a estas lesiones he podido demostrar que, estando sana, soy una de las mejores del mundo. Eso me hace preguntarme: ¿por qué no puedo ser yo la siguiente si estoy en forma?", le dijo a Eurosport.
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