Populares por su ferviente, incesante y, a veces, hasta molesto apoyo, el público francés de Roland Garros suele complicarle la vida a aquellos tenistas que enfrentan a representantes locales, tal como lo sufrió este martes el checo Jakub Mensik (19°), previo a derrotar a Alexandre Muller (39°) por 7-5, 6-7, 7-5 y 6-3 en una verdadera batalla por la primera ronda.
Luego de adueñarse del tercer set para recuperar la ventaja en el marcador, el nacido en Prostejov, de 19 años y último campeón del Masters 1000 de Miami, se desquitó con gritos, gestos desafiantes y un bailecito al compás del ritmo de los aficionados, quienes jugaron su partido y lo abuchearon sin piedad en clara muestra de reprobación.
"Antes del partido sabía que estaría difícil, que sería una atmósfera increíble, en realidad para él. Pero no esperaba tanto, honestamente. Fue una gran experiencia. Todos me dijeron que en Roland Garros la gente franecesa es especial", manifestó el potente diestro, que se presentó por primera ocasión en el segundo Grand Slam de la temporada, en conferencia de prensa.
En sintonía, el confeso simpatizante de Gimnasia y Esgrima La Plata por su novia argentina prolongo: "Como Novak dice, cuando alguien del público está en contra suyo: solo repetía en mi cabeza que al hinchar o al gritar su nombre en realidad gritaban el mío. Claro que a veces era super difícil, pero creo que lo hice bien. En esos momentos de presión jugué realmente mi mejor tenis, que fue la clave. Como dije, quizás ellos me empujaron y por eso jugué tan bien en el cuarto set".
"En la celebración solo imaginaba que estaban hinchando por mí. Esa fue la clave, porque si hubiese sido rudo conmigo mismo o dicho algo malo, que no me gusta, habría empezado a jugar mal. No sé si recuerdas pero fue como el festejo de Novak, creo que contra Sinner en Turín durante el Masters, que hizo como una orquesta", expresó el pupilo de Tomas Josefus, el cual se sitúa como uno de los principales exponentes de la nueva generación.
Por último, Mensik, que en la próxima instancia enfrentará al portugués Henrique Rocha (200°), argumentó: "Es difícil decir qué es demasiado y qué no. Creo que en algunas situaciones de presión como 30-40, break point abajo, puede pasar siempre que sea fair play. Pero a veces gritar, hacer gestos y todo entre esos saques es demasiado. Como dije es una gran experiencia, la gente francesa es super animada. A veces parece un partido de fútbol".
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