“¡Es el último round, cab…!”.
Corría la noche del pasado sábado 7 de mayo en el T-Mobile de Las Vegas. Había terminado el asalto número 11 de la pelea por un título de las 175 libras entre el campeón defensor Dmitry Bivol y el retador Saúl ‘Canelo’ Álvarez y restaban 60 segundos para el comienzo del duodécimo y último asalto.
Allí, con la escasa privacidad que brinda el estar rodeado de unas 20,000 personas, con el reloj en cuenta regresiva de un minuto, los decibeles y luces del entorno al máximo y enormes elementos deportivos, económicos y de legado en juego, Álvarez y su entrenador Eddie Reynoso tuvieron una breve charla.
“¿Cómo te sientes, Saúl?”, preguntó Reynoso.
“Muy fatigado”, contestó Canelo.
“¡Es el último round, cab…!”, replicó el entrenador.
“Es el ultimo round, da lo mejor de ti”, reiteró.
“Dos golpes y mueve la cintura”, agregó Reynoso, en una última directriz técnica, segundos después mientras realizaba las labores habituales de un entrenador en la esquina, de limpieza del rostro del peleador y aplicación de crema lubricante y antiinflamatoria.
“Está más pesado que tú, ya no lo puedes noquear”, continuó.
Unos tres minutos más tarde, el combate había terminado. Con ello se escapaba la oportunidad de Álvarez de convertirse en bicampeón de las 175 libras, sufría su primera derrota en casi una década y apenas la segunda de su carrera profesional y descendía varios escalones en el ranking libra por libra de los mejores boxeadores del planeta.
Canelo permanece como campeón indiscutido de las 168 libras. En su resumé también figuran cetros en 154, 160 y 175 libras. Bivol, por su parte, se mantiene como titular mundial semipesado en la version reconocida por la Asociación Mundial de Boxeo.
Álvarez ha reclamado una revancha inmediata; un reclamo que Bivol acogió e incluso propuso fuese en la división supermediana.
Anteriormente, Canelo solamente había sufrido una derrota, por puntos, a manos de Floyd Mayweather, hoy oficialmente retirado, pero quien hará una pelea de exhibición este sábado en un helipuerto en lo alto de un edificio multipisos en Dubai, Emiratos Árabes.