Peñarol, equipo uruguayo que ganó la CONMEBOL Libertadores en cinco oportunidades, pudo recuperar en la edición 2024 y de la mano de Diego Aguirre la ilusión de que era y es posible volver a ser campeón del continente, llegando hasta las semifinales del certamen, algo que no lograba desde 2011.
Ese fue el mayor triunfo del Manya en esta Copa, más allá de si no se considera contexto el hecho de llegar a semifinales no es tan significativo al considerar la gloriosa historia del club uruguayo.
El volver a creer fue tan importante que hasta se hicieron estampitas con la imagen del entrenador Aguirre, fue tan valioso que hasta el propio entrenador destacó la convicción como uno de los principales argumentos de su plantel para volver a competir en Sudamérica, fue tan mágico y maravilloso que vale la pena repasar el camino del Carbonero en la Libertadores 2024.
Fase de grupos: intensidad, triunfo ante Mineiro y clasificación caliente contra Central
El sorteo marcó que, en su vuelta a la Copa (en 2023 no había clasificado), Peñarol debía integrar el Grupo G con Atlético Mineiro, Rosario Central y Caracas.
El Manya debutó con derrota ante Central en Rosario por 1 a 0 el jueves 4 de abril, encuentro que tuvo graves incidentes que se vivieron antes y después del encuentro, y que terminaron con el futbolista aurinegro Maximiliano Olivera herido y hospitalizado (incluso la marca de un piedrazo estuvo presente en el rostro de Olivera a lo largo de toda la Copa).
Luego fue goleada ante Caracas por 5 a 0, y derrota ante Atlético Mineiro en Brasil por 3 a 2.
Así, el Carbonero debía encarar la segunda rueda con apenas tres puntos en su bolsillo.
Sin embargo, Peñarol primero ganó 1 a 0 ante Caracas en Venezuela con gol de Guzmán Rodríguez, lo que le permitió cortar una larga racha sin vencer como visitante por torneos internacionales. Luego venció 2 a 0 con autoridad y un sensacional trabajo defensivo ante Mineiro en el estadio Campeón del Siglo, para llegar a la última jornada sabiendo que un empate o un triunfo ante Central lo clasificaba a la siguiente fase.
“Se van”, fue el gesto que le hizo Washington Aguerre a los hinchas argentinos antes del inicio del partido y el vaticinio del arquero aurinegro se cumplió: el Manya ganó 2 a 1 con doblete de Leonardo Fernández, quien señaló en ESPN: “Esto para nada es algo histórico porque Peñarol es muy grande entonces tiene que tener aspiraciones grandes también. Este es un objetivo, queda mucho camino y estamos convencidos de que lo queremos recorrer de la mejor manera y con el escudo de Peñarol en el pecho”.
Octavos de final ante The Strongest
Después de 13 años, el Carbonero volvía a clasificarse a octavos de la Copa, y lo hacía bajo la conducción técnica de Diego Aguirre, el mismo entrenador que en 2011 lo llevó a la final del torneo. El pueblo aurinegro comenzó a ilusionarse, a creer en que tal vez se podía conseguir el objetivo en cada próximo partido si jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas ponían todo de sí.
El miércoles 14 de agosto, el Manya goleó 4 a 0 a The Strongest en el Campeón del Siglo y una semana más tarde perdió 1 a 0 en La Paz, obteniendo la clasificación a cuartos.
“El partido que hicimos en Montevideo nos dio el aire que nos faltó acá”, analizó Aguirre. “A la gente de Peñarol no le afectó la altura porque estuvieron cantando todo el partido”, expresó Leo Fernández.
Cuartos: Nuevo triunfo de Peñarol en Maracaná para eliminar a Flamengo
Luego de cinco años, Peñarol jugó nuevamente en el Maracaná por CONMEBOL Libertadores y, como en 2019 con gol de Lucas Viatri, ganó 1 a 0 ante Flamengo en el mítico escenario de Río de Janeiro.
Ese contragolpe sensacional al minuto 13 que finalizó con el gol del Cangrejo Javier Cabrera, el despliegue monumental de Maxi Silvera, las atajadas de Aguerre y la solidaridad y el compromiso de todo el equipo para vencer en Maracaná (y terminar con un importante invicto del Fla en Copa) quedará en la memoria de los carboneros.
La revancha en el Campeón del Siglo tuvo un espectacular recibimiento y unos 90 minutos de máxima tensión.
Antes y después, la hinchada de Peñarol explotaba repitiendo una y otra vez la canción que más acompañó su sentimiento en esta Copa: “Esta locura ya no puede parar porque se lleva en la sangre, es la locura de ser de Peñarol un amor inexplicable. Solo una cosa quiero antes de morir, ganar la sexta junto a toda esta gente. Que todos sepan que volvió Peñarol, el capo del continente”.
El empate 0 a 0 del jueves 26 de setiembre selló la clasificación a semifinales. Aguirre comentó en conferencia de prensa: “Peñarol está entre los cuatro de América. Siento un orgullo tremendo. Peñarol está haciendo honor a su historia, todos sienten la fuerza de esta camiseta. (...) Hemos generado un grupo que confía, que se entrega, que da la vida, entonces siento que es merecido”.
“Darle una alegría a la gente, sentirse así en una cancha, saber lo que está sintiendo mi familia me llena de emoción y de orgullo. (...) Estaba muerto al final, pero la gente y esta camiseta te hace sacar algo extra”, destacó emocionado Maxi Olivera en diálogo con ESPN.
Un final raro ante Botafogo, valorando el camino recorrido
El sueño de la Copa tuvo su capítulo de pesadilla en la maravillosa ciudad de Río de Janeiro, donde hinchas de Flamengo, Fluminense y Botafogo emboscaron a los parciales aurinegros en el punto de encuentro fijado por las autoridades locales que no brindaron la seguridad que debieron. Un ómnibus de Peñarol fue incendiado, hubo varios enfrentamientos e incluso 21 hinchas aurinegros aún están detenidos en Río de Janeiro.
La caótica situación y las falencias en el operativo de seguridad hicieron que hasta el ómnibus que llevaba el plantel de Peñarol llegara con retraso al estadio Nilton Santos, razón por la que el partido debió retrasar su hora de comienzo.
En cancha, el equipo dirigido por Aguirre realizó un gran primer tiempo que terminó sin goles, pero en el complemento no pudo repetir, el primer gol significó un golpe muy duro y terminó perdiendo 5 a 0 con Botafogo, una ‘diferencia inesperada’, según calificó el entrenador uruguayo.
En la revancha, Peñarol no pudo ejercer su derecho de localía, dado que un día antes del partido revancha se confirmó oficialmente el cambio de sede. Así lo determinó la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), que informó en un comunicado que se debió a una ‘recomendación de seguridad del Ministerio del Interior de la República Oriental del Uruguay’ el partido de vuelta se jugaría en el Estadio Centenario, y no en el Campeón del Siglo.
A pesar de enfrentarse a una utopía, los hinchas de Peñarol volvieron a realizar un sensacional recibimiento y el equipo se plantó buscando lo imposible. “Teníamos que creer, aunque fuera una locura”, confesó Aguirre.
Con dos golazos de Jaime Báez y uno de Facundo Batista, el Manya ganó la vuelta por 3 a 1 pese a jugar todo el segundo tiempo con diez jugadores por la expulsión de Aguerre en el entretiempo.
"Tenemos que sentirnos orgullosos de la copa que hicimos", fueron las palabras de la Fiera, coincidiendo con lo manifestado por sus jugadores, aún golpeados y dolidos por llegar al final del camino sin haber cumplido el sueño máximo.
En ESPN, el futbolista Gastón Ramírez resumió de gran manera la Copa del Manya y su conexión con la hinchada: “Se recuperó la ilusión de la gente que para nosotros es todo, porque la alegría de ellos es nuestra alegría, y su tristeza es nuestra tristeza”.
Las atajadas de Aguerre, la solidez defensiva con Pedro Milans, Javier Méndez, Rodríguez y Maxi Olivera, la inteligencia táctica del joven Damián García, el despliegue de Eduardo Darias y Cabrera, el talento y la calidad de Leo Fernández, la fase de grupos de Leo Sequeira, los goles y el esfuerzo de Silvera, las incorporaciones de Rodrigo Pérez y Báez, y el aporte del resto del plantel permitieron que todo Peñarol volviera a creer.
Todo bajo la conducción y mística que contagia Aguirre.
Claro que la historia del club exigirá un título (el Campeonato Uruguayo 2024) para recordar con mayor precisión lo conseguido en esta temporada, como sucedió con el equipo de 2021 dirigido por Mauricio Larriera.
De todas maneras, nada borrará de la memoria ni de la retina de los hinchas la mágica sensación, y tal vez no haya cosa más real, de creer. De creer en poder ganar la Libertadores. El glorioso Peñarol, pentacampeón de América, el Peñarol de los milagros volvió en este 2024 a estar entre los mejores del continente y seguirá, porfiado y peleador, en busca de la sexta, que todos lo sepan.