Llega un torneo histórico. El US Open, en su majestuosa Nueva York, con su encanto y sabor especiales, es el escenario de Grand Slam donde los argentinos festejaron más títulos individuales en mayores, entre los profesionales.
Guillermo Vilas fue el pionero, seguido por Gabriela Sabatini y Juan Martín del Potro. Ellos tres hicieron historia en serio en esta cita ineludible del calendario tenístico porque, como frutilla del postre, les ganaron en la final al N°1 del mundo del momento y además defensor del título.
En total, hubo 17 presencias de albicelestes en finales de Grand Slam en singles en mayores. En esta cuenta no ingresan las distintas especialidades de dobles, tampoco los juveniles ni el tenis adaptado. Vale aclarar, este repaso toma en cuenta a la disputa individual de los profesionales contando los cuatro Majors, es decir, el US Open, Roland Garros, el Abierto de Australia y Wimbledon.
No se trata de 17 finales con argentinos en acción, sino 16 debido a la histórica definición de 2004 en París, cuando Gastón Gaudio salvó dos match points para ganarle a Guillermo Coria. Esa fue y sigue siendo la única final profesional entre dos jugadores latinoamericanos, más precisamente entre dos argentinos.
Por historia, por la adaptación general de los albicelestes al lento polvo de ladrillo, el Major más ganado debiera ser Roland Garros, pero igual en este punto hay que marcar un asterisco. Es que en su glorioso 1977, tras coronarse en París, Vilas obtuvo el Abierto de Estados Unidos sobre el clay de Forest Hills, más lento que el cemento de Flushing Meadows que empezó a utilizarse desde el año siguiente en ese campeonato, siempre en Nueva York.
Por eso, Argentina disfrutó tres veces de tener un campeón de ese Grand Slam. En 1977, entonces, Willy Vilas se dio el gran gusto de conseguir por única vez dos Majors en una misma temporada, con el plus de que se impuso al local Jimmy Connors en el duelo decisivo del US Open. Lejos de ser un número nefasto, pasaron 13 años para que otro compatriota tocara el cielo con las manos en la Gran Manzana: en 1990, Gaby Sabatini venció por única vez en su carrera a la alemana Steffi Graf en una final de Grand Slam.
Aún más tiempo transcurrió para que otro albiceleste se diera semejante placer: fue Del Potro, en 2009, quien, al igual que Sabatini, se adjudicó su único Grand Slam en el cemento de Nueva York y superando nada menos que al suizo Roger Federer en la finalísima. Ese golpe fue realmente impactante y, para colmo, el tandilense venía de aplastar al español Rafael Nadal en semifinales.
El plus de los tres argentinos dueños del US Open es que vencieron en cada final al N°1 del ranking y que venía de conquistar ese título el año previo. Vilas participó en 1977 siendo el cuarto preclasificado y Connors, su víctima en la definición, no figuró primero entre los cabezas de serie debido a que Björn Borg lo había desplazado de la cima por una semana, justo en la previa, cuando se realizó el sorteo. Por eso el estadounidense figuró esa vez como segundo sembrado y el sueco encabezó la lista.
Por su parte, Sabatini actuó en 1990 como quinta cabeza de serie y Graf, su vencida en el choque definitorio, se ubicó como principal favorita del cuadro. Para Del Potro, sexto preclasificado en 2009, fue la misma situación que Gaby, ya que Federer arribó a Nueva York como gran candidato (para colmo, venía de ganar ese Major en los cinco años previos). Y otra coincidencia: los tres N°1 mencionados, Connors, Graf y Federer, conquistaron en cinco ocasiones el US Open.
Los otros Grand Slam en poder de argentinos fueron los citados Roland Garros de Vilas y de Gaudio y los éxitos de Vilas en el Abierto de Australia en 1978 y 1979, cuando por entonces se jugaba en canchas de césped. Así, tres de las siete copas las levantaron los jugadores de ese país en Nueva York. Por eso mismo, sus hazañas serán siempre inolvidables.
Vilas, Sabatini y Del Potro, cada uno con su estilo, dejaron una huella enorme en el Abierto de Estados Unidos. Y bien vale la pena recordar, revivir semejantes hitos. Sin ninguna duda.
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