Dominic Thiem era, antes del parate del circuito, uno de los grandes candidatos a romper la hegemonía del Big 3: el austríaco, actual 3° del mundo, llegó a las finales de los últimos dos Roland Garros y del Abierto de Australia.
Próximo a cumplir 27 años, Thiem fue la gran figura del tenis masculino en esta etapa de exhibiciones: ganó la primera etapa del Adria Tour (la única que se pudo completar) en polvo de ladrillo. Luego, jugó el Ultimate Tennis Showdown, en cemento, durante dos fines de semana: cayó ante Gasquet y venció a Tsitsipas, Berrettini (los dos finalistas del torneo) y Goffin.
En Kitzbuhel tuvo su paso fallido, en el torneo organizado por él mismo y que se llamó Thiem 7s: ganó su grupo con tres triunfos (Struff, Rublev y Ruud), superó a Bautista en semifinal. En la definición del torneo cayó ante Rublev en tres sets: 4-6, 7-5 y 8-10.
La semana pasada, en Berlín, Thiem ganó la exhibición jugada en pasto, superando en la final a Berrettini, otro de los que mejor anduvo sin torneos oficiales. Luego, en la misma ciudad pero en superficie indoor, el austríaco fue campeón al vencer en la final a Sinner, en el que calificó como su mejor partido de toda esta etapa.
Tras vencer a Sinner, Thiem aseguró que no planea jugar más exhibiciones y que su próximo objetivo es viajar a Estados Unidos para jugar el US Open, en busca de su primer título de Grand Slam.